Laura Horta tiene 53 años, es madre de tres hijos y docente, Decana de la Facultad de Educación de la Universidad Maza. Su objetivo es subir en agosto el Manaslu, uno de los 14 picos más altos del planeta, para lo cual necesita la ayuda de la gente para su lograrlo.
Durante toda su vida Laura practicó una gran cantidad de deportes, sin embargo, luego de formar su familia, decidió dejar de lado parte de sus actividades para dedicarse 100% a sus hijos. Sin embargo, a los 42 años, cuando sintió que éstos ya eran grandes e independientes, decidió retomar la actividad y empezó a correr. Hoy Laura siente que puede volver la mirada hacia adentro y comenzar a concretar esos sueños que antes no pudo.
Sus grandes expediciones
Su primera gran cumbre fue el Aconcagua, una experiencia que asegura no olvidará jamás. No sólo porque de las 12 personas que iniciaron el ascenso, ella fue una de las cinco que lograron llegar al punto máximo de la montaña más grande de América, sino también porque en cada paso descubría que era realmente feliz.
Y aunque también cuenta con más de 50 cumbres en el Cordón del Plata de Mendoza, siente que uno de los cerros más bellos que hizo fue el Cerro Plomo en Chile.
Otra experiencia que no olvidará nunca, es La Misión, una larga travesía de autosuficiencia, en la que Laura participó cinco veces, un Non Stop 200k y 160k en solitario, en el sur de Argentina.
“Al ser 100% de autosuficiencia te mantiene conectada con una estrategia física y otra emocional como pocas experiencias. Es casi un encuentro sagrado con la vida, la naturaleza y tu existencia”, asegura Laura.
Laura se define como una mujer común, pero con un coraje y fuerza interior que la lleva a querer superar las cosas que le cuestan o que exigen ir más allá de sus límites. Ejemplo de esto es el Ironman 70.3, una de las series de carreras de triatlón de larga distancia, que le permitió vencer el miedo a las aguas abiertas.
Sin embargo, con el paso del tiempo, descubrió que podía desafiarse mucho más, por lo que gracias al apoyo de su entrenador Sergio Furlán, decidió emprender su nuevo objetivo: alcanzar el Manaslu, una de las montañas más altas del mundo.
Manaslu, la montaña de los Espíritus
Durante abril de este año, la docente mendocina, junto a un equipo de montañistas, emprendió un corto viaje hacía la base del Everest en Nepal. Su objetivo era conocer el terreno y buscar apoyo para su próxima travesía. Pero también aprovechó el viaje para hacer cumbre en el Kala Patthar, de 5.644 metros de altura, localizada muy próxima a la frontera con China.
Si bien en un inicio su plan era hacer cumbre en el Cho Oyu, no fue posible por motivos administrativos y sanitarios de China, que es por donde se ingresa a esa montaña. Por lo que decidió que su expedición hacia el Manaslu -8.163 metros de altura- comenzaría el 30 de agosto de este año.
La “Montaña de los Espíritus”, como también se la conoce, está situada en el macizo Mansiri Himal, parte del Himalaya en la zona centroccidental de Nepal.
Laura necesita ayuda para lograr su sueño
A partir de ahora, comienza la cuenta regresiva en la que Laura deberá prepararse no sólo física, técnica y mentalmente, sino también conseguir los fondos necesarios para lograr su sueño.
“Sin ayuda no puedo”, admite y comparte que en sus redes sociales muchas personas le han compartido la cantidad de sueños que no pudieron lograr porque no supieron pedir ayuda. Es un gran desafío, ya que deberá amalgamar sus tareas como madre, ama de casa, docente y deportista.
El proyecto tendrá un valor aproximado de 45.000 dólares, por lo que además de haber vendido su camioneta y pedido un préstamo al banco, invita a todas aquellas personas y empresas que deseen y puedan sumarse con un poco de ayuda.
El objetivo de esto, más allá de lo económico, es que cada persona que realice un aporte, sin importar el monto, sepa que está subiendo un metro con ella: “Quiero que cada persona suba conmigo el Manaslu y, si logro la meta, quiero que sea un orgullo comunitario”. Asimismo busca empresas que quieran actuar como sponsors y así apoyar a “una mujer que decide ir nuevamente por sus sueños a pesar de todo”, define.
Laura nos cuenta también que “esta cima es, además, en honor a Nancy Silvestrini, quien el 5 de julio de 2003, a la edad de 31 años, se convirtió en la primera mujer argentina en conquistar un ochomil, el Gasherbrum I, pero desafortunadamente falleció durante el descenso de la cumbre.
“Este sueño es también por cada mujer que más allá de ser madre y ama de casa, asume su derecho a soñar en grande”, decreta Laura.
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