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Al rescate de las estaciones del tren trasandino

El anuncio de la puesta en valor de la estación Paso de Los Andes, de Chacras de Coria, se suma al enorme trabajo de recuperación y museo que realizó el último jefe de la estación de Blanco Encalada.

Por Francisco Guerrero

Paso de los Andes, un cartel cargado de historias al oeste de Chacras que hoy parece reverdecer el pasado ferroviario del pueblo. Con la recuperación de la antigua estación del tren Trasandino se abre un abanico de posibilidades para convertir las instalaciones en un centro cultural, museo, atractivo turístico y hasta reciclar parte de la estructura para permitir que llegue el metrotranvía.

A principios de año, el municipio anunció la puesta en valor del sitio, que estará a cargo de dos destacados profesionales y vecinos, los arquitectos Adolfo Mallea y Miguel Liendo. Según se supo, en los próximos meses se conocerán algunos detalles de este trabajo. La noticia ya ha generado grandes expectativas, especialmente entre los pobladores históricos del lugar, aunque también se nota un fuerte interés por conocer la estación por parte de los turistas que visitan Chacras. Y hace unos días, en la estación filmaron escenas de la película Empieza el baile, con la actuación de Darío Grandinetti y Mercedes Morán, entre otras figuras nacionales.

La refuncionalización de la ruta 82 y el anuncio de puesta en valor de la estación tendrá un fuerte impacto en el distrito, el desafío será la generación de un espacio adecuado para que el vecino pueda mantener la tranquilidad y el visitante se sienta cómodo en el lugar, sin problemas de tránsito o movilidad.

La histórica construcción prácticamente marca el fin de la calle Mitre y hacia el oeste de esta se mantiene el paisaje histórico del lugar, marcado por el ingreso al cerro San Luis y el paseo Benito de San Martín, junto a la Ruta 82.

Hasta hace un tiempo, la estación fue ocupada por un grupo de personas y luego de un acuerdo con el municipio estas personas se retiraron a fines de 2021. Los primeros días de enero la comuna lujanina recuperó el sitio y posteriormente anunció su puesta en valor.

La historia

Comenzó a funcionar a principios del siglo XX. Se trata de una estación del Ferrocarril Trasandino Argentino, que unía Buenos Aires con Chile, ramal que se mantuvo en servicio hasta principios de los 90. Según el trabajo del investigador Luis Alberto Coria y  la web ferrocarril-trasandino.com.ar entre 1904 y 1925, la Paso de los Andes mantuvo un servicio local con cinco  frecuencias diarias hasta la estación cabecera del Trasandino (unos 13 km), ubicada en la Quinta Sección de la Ciudad de Mendoza, en Belgrano y Sargento Cabral, casi Arístides Villanueva (allí hoy funciona el Archivo General de la Provincia). El recorrido total del Trasandino, conforme a los registros de entre 1907 y 1960, comprendía el viaje desde Buenos Aires hasta la Estación Mendoza -Las Heras y Belgrano-, trasbordo en Belgrano y Sargento Cabral. Luego se sumó la estación de carga y pasajeros ubicada en Guaymallén -Mitre y Godoy Cruz-. El tren arribaba a la Paso de Los Andes, para luego hacer escalas en Blanco Encalada, Cacheuta, Potrerillos, Guido, Uspallata, km 121 Río Blanco, Polvaredas, Km 133 Zanjón Amarillo, Punta de Vacas, Puente del Inca, Las Cuevas. Y en Chile se paraba en las estaciones Portillo, Juncal, Guardia Vieja, Río Blanco, Vicuña y Los Andes. Desde Mendoza a Los Andes, el tren a vapor demoraba 17 horas y 50 minutos según los horarios de 1907. Se podría realizar un segundo trasbordo para continuar hacia Santiago o a Valparaíso.

La docente y escritora Onelia Cobos comenta: …”los vecinos grandes creemos sentir el andar de los viejos fantasmas que habitan la estación y saludan al transporte local, evocando tiempos idos. Dos trenes, uno local y otro internacional, incluyendo uno de cargas, visitaban la estación. El local se llenaba de alegría cuando iba a Potrerillos los domingos  “picniqueros”, lleno de familias con niños”. Más adelante, Onelia, en un escrito que fue publicado por diario Los Andes describe: “El internacional, con dos clases de pasajeros, primera y segunda ofrecía a la altura de Las Cuevas un inolvidable café caliente, mientras que, detenido como cóndor en la cima de la montaña, esperaba el permiso aduanero para pasar a Chile. La lenta cremallera elevaba al cielo los vagones alineados como juguetes en un campo de diversiones”. Onelia, en otra parte del texto resalta … “hay simpáticos fantasmas en las ventanas de la vieja estación que nos cuentan cómo la mamá de “Chela” Cocucci disfrutaba de pasear por los andenes socializando, como otros lo hacían en nuestra plaza, frente a la iglesia”…  Y destaca: “El viento se cuela por la galería abierta de la estación. Un grupo de fantasmas, abrazados, sentirán nostalgias ante el paso de la medieval figura de barba larga del gran artista Víctor Delhez, rumbo a su casa sin calles”.

Marta Ventura de Guillot es otra de las vecinas que recuerda con nostalgia y cariño la antigua estación de trenes. “Mis recuerdos son de los inicios de los 70, por allí también pasaba el colectivo TAC, era un viaje de media distancia a Mendoza. Eran otros tiempos, otra infraestructura”, señala para dar una idea de lo lejos que quedaba Chacras de la ciudad en ese entonces. Y agrega: “en los 90 se detuvo completamente la actividad ferroviaria y la construcción fue víctima del abandono”, cuenta Marta, quien ganó un concurso de fotografía basado en una imagen de la estación titulada: “Abandonada por el tren”.

El titular del Concejo Deliberante de Luján y vecino de Chacras, Andrés Sconfienza, resaltó la gran oportunidad que tendrán los chacrenses para recuperar un hito del distrito y coincidió con lo anunciado por el intendente Sebastián Bragagnolo de continuar con las gestiones para que la Paso de los Andes se convierta en una estación del metrotranvía y así contar con una movilidad sustentable, uno de los tantos reclamos de los pobladores de Chacras y del resto del departamento.

Museo y taller de capacitación en Blanco Encalada

Como antecedente a la recuperación de las estaciones del trasandino, vale destacar el inmenso trabajo que realizó Néstor Antonio Flores, el último jefe de la estación Blanco Encalada, que era la próxima escala del tren en su derrotero hacia la cordillera de Los Andes. Tras el cierre del ramal, Flores se quedó sin trabajo de un día para otro, y junto a su esposa, Avelina Germiniani, lograron sobreponerse mediante un exitoso emprendimiento basado en la elaboración de dulces. Paralelamente Don Flores acondicionó la estación y expuso diverso material ferroviario que logró rescatar. Así, el emprendimiento se instaló en la estación y desde hace casi dos décadas dispone de un museo ferroviario. “Gracias al accionar del jefe de estación, hoy podemos visitarla, ver los aparatos, herramientas y objetos necesarios para el funcionamiento del ferrocarril”, señala la web ferrocarril-trasandino.com.ar

“Mi abuelo ya está en una avanzada edad como para continuar atendiendo este maravilloso espacio que armó y pensamos de qué manera podíamos ayudarlo para que no se pierda todo este trabajo que realizó con tanto amor por el ferrocarril. Por eso decidimos crear una fundación para preservar y proteger el museo y estación”, explica Nadin Minuzzi, titular de la Fundación Estación Néstor Flores.

Por el momento, las instalaciones están cerradas al público. “Para reabrir el Museo Alejandrino Alfonso, queremos poner en condiciones todo el material, colocar los objetos en vitrinas, ya que están a la vista; realizar breves explicaciones escritas y audios para que el visitante pueda comprender mejor de qué se trata. Por otra parte, al lado de la estación, en el antiguo galpón de carga y descarga tenemos pensado recuperarlo y transformarlo en una sala de arte, con degustaciones y un espacio para brindar talleres para la comunidad del lugar”, explica Nadin.

Sobre Néstor Antonio Flores, su nieta comenta que Flores nació en Entre Ríos, su padre también fue ferroviario, al igual que el de su abuela, Avelina Germiniani, también entrerriana. Cuenta que ellos se conocieron cuando tenían 8 ó 9 años en la provincia mesopotámica, se reencontraron en Mendoza a los 18, se enamoraron y  se fueron a vivir a la estación Guido, en medio de la montaña y allí se casaron. Estuvieron en Córdoba y luego volvieron a Mendoza, para hacerse cargo de la estación Blanco Encalada hasta que cesó su actividad.

Para después de la Vendimia, la Fundación tiene pensado realizar una presentación artística en el sitio. Nadim dice que el grupo de baile folclórico Mujeres del río, junto a otros artistas, se presentará en el andén de la estación con una propuesta musical y puesta en escena basada en dos historias del lugar que le contó su abuelo Néstor a una reconocida escritora lujanina.

Interesados en colaborar

La Fundación Estación Néstor Flores acepta donaciones de todo tipo, desde vitrinas, material ferroviario y cualquier tipo de colaboración. Los interesados pueden comunicarse al 2612403787 Instagram: Museo Ferroviario Alejandrino. Facebook : Museo Ferroviario Alejandrino Alfonso


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