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Economía Social: La nueva normalidad, ¿será normal?

Lo normal es natural, pero no necesariamente común. Hace tiempo, el subjetivismo, el relativismo navegando sobre el materialismo, ha desdibujado la “estabilidad” del concepto de normalidad y afirman “lo común” como reemplazo. Si consideramos normal a nefastas situaciones sociopolíticas (porque se hubieran mantenido temporalmente) podrían llegar a ser lo sufrido en regímenes totalitarios, disfrazados de democráticos; mostrándose como comunes.

Por Domingo Godoy – Especialista en Economía Social

Se promueven figuras escudadas en falsas solidaridades como el capitalismo filantrópico acompañado de mega ONG´s. Bastardean legítimas acciones participativas y solidarias encubriendo sus deseos de poder con la excusa de luchar contra el pro-mercado liberal promoviendo el pro-estado socialista. Dichas ideas se encarnan en ideólogos, generadores de espacios “multipartidarios, acompañando “operaciones” como el Foro de San Pablo. Se los ve en corrientes partidarias estratégicamente contrarias entre sí.

Las proyecciones sociales de esos líderes -congregados como los nuevos gurúes de la modernidad- generan el temor del cumplimiento de sus deshumanizadas propuestas: control poblacional universal; nuevas formas de contrataciones personales; manipulación genética; riesgos sobre la propiedad; la salud mental post COVID; destrucción de la clase media; aceleramiento de desigualdades económicas… Algunas de sus propuestas.

¿Podremos ser protagonistas del nuevo escenario alternativo a eso? ¿Podremos tener decisión en la ejecución de nuestra “nueva normalidad”, diseñando soberanamente el futuro, desde intereses fundados en la naturaleza humana, recuperados de ella?

La tarea se plantea en lo CULTURAL. Ni en las cosas ni en el patrimonio. No es en el tener sino en el ser. Lo cultural debemos observar. Si corresponde, modificar. Reconozcamos que hemos pasado -patológicamente- de una economía de mercado a una sociedad de mercado. Rescataremos la cordura social de esta manera:

  • Primero la intención de servir. Esta cualidad expectante complementarla con la recta intención: Querer hacer cosas buenas y hacerlas. Ahí es donde deben ponerse los ojos docentes.
  • Cuando decimos educar, ¡esos son los CONTENIDOS a entregar a las nuevas camadas! Actuar según la naturaleza perceptiva de las necesidades y carencias. Esa acción enriquecida por la observación de ejemplos históricos o actuales, participativos y solidarios. Nuestros mismos padres, vecinos, voluntarios, servidores públicos o privados deben observarse, imitarse y apoyarse. Sus experiencias replicadas en aulas, escritos, periódicos, libros y redes sociales.
  • Al observar los “electos o candidatos”, recordemos/le que su legitimidad representativa la obtienen por ejercitar el bien común. Su ausencia deviene en la carencia de ética de ellos.
  • Esas acciones de observación, hacerlas con nuestros hijos o con los alumnos presentes. Enseñar con ejemplo es VER el ejemplo. Cuando decimos que la salida es EDUCACIÓN, se entiende saturada de lo citado. Educar en valores, virtudes y solidaridad. Plenificar el ser y luego el saber.
  • De moda se ha puesto decir: “Educar e investigar en tecnología”. No negamos su importancia, pero no como objetivo final vital. Lo que faltan son buenos hombres más que ilustrados.
  • La ejemplaridad recopilarla en lo educativo y motivarla desde lo vecinal, municipal. La acción de fomentar lo solidario es así, sumando LO CERCANO. Imponer trasnacionalmente modelos es contrapuesto con la acción cultural REAL, próxima, visible, conocida.
  • Demostrar que somos ADMINISTRADORES del proceso de recuperación de la subsidiaridad. Rescatar el accionar de la responsabilidad sobre lo propio. El estatismo es enemigo de esto: sobre todo del asociativismo.
  • Agreguemos que habrá que hacerlo con CORAJE, con VALENTÍA. Obedecer a la naturaleza y la conciencia antes que a la moda.
  • Auto control del consumo, razonar antes de comprar. Tener capacidad de producir semejante a la capacidad de consumir y ordenar la apetencia de la acreencia. Moderar esa intención de lucro. Compartir, sobre todo el tiempo.
  • Debe rescatarse que las entidades intermedias CRECEN en situaciones críticas. Ése es el tiempo, donde la crisis muestra tu debilidad y ésta lleva a compartir la salida pandémica. Donde las carencias estarán expuestas, la asociatividad dará la “fuerza” de expulsión ascendente fuera del indeseable abismo cultural.

Si volvemos a lo mismo, confiando en la “fortaleza” del individualismo, no habrá derecho a la queja posterior. Si los dirigentes NO ayudan a promover este estilo, serán merecedores del olvido. El contenido -humildemente creemos- es lo ahora sugerido. La salida desde lo local es la estrategia. El desarrollo de NODOS DE SERVICIOS LOCALES, pueden ser algunas de las tácticas adecuadas.

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