Si sostenemos que vivir con conciencia ambiental implica reconocer cuáles son los problemas que aquejan a nuestro entorno, cómo lo afectamos con nuestras acciones y qué podemos hacer para remediarlos, debemos reconocer que el manejo que, por lo general, hacemos de nuestros residuos deja mucho que desear. Las rutas lujaninas son un ejemplo.
Por Adriana Sayavedra
“El manejo de los residuos debe ser parte de una política integral de desarrollo sustentable y humano, en la que no solo se considere la protección de los recursos naturales y de la salud humana, sino el bienestar social de todas las comunidades del país, la promoción del empleo, la mejora de la competitividad del sector productivo, la prevención o reducción de la generación de gases con efecto de invernadero y de contaminantes orgánicos persistentes, por citar algunos de los aspectos que comprende dicho desarrollo”, asegura la bióloga mexicana y doctora en Ciencias Naturales por la Universidad de París, Cristina Cortinas.
Esto quiere decir que el manejo sustentable de los residuos no sólo comprende a las autoridades gubernamentales en su tarea de limpieza y recolección, y en la de diseño de políticas de desarrollo económico y social; si no que también a los sectores de la sociedad -población en general y empresarial-, por ser generadores primarios de residuos. Nos cabe entonces la responsabilidad de minimizar y prevenir su generación.
Un claro ejemplo de lo que no se debe hacer es la contaminación de los caminos, ruta y vía pública. Más aún, en un Departamento como el nuestro, que fomenta el turismo permanentemente. A pesar de las campañas de limpieza institucionales, la gente sigue ensuciando y arrojando sus deshechos por cualquier lado. Sería bueno que la Municipalidad, además de los operativos de limpieza, pensara seriamente en realizar campañas de concientización, apoyadas en cartelería, mobiliario adecuado como contenedores y cestos de residuos, multas para los infractores, brigadas de recolección, etc. etc.
Hacia otro paradigma
Últimamente, la implementación de modelos de gestión enmarcados en el paradigma de la economía circular, parece ser una de las vías de acción que aparecen como óptimas para la eficientización de los recursos.
En este sentido, son varios los departamentos de nuestra provincia que vienen trabajando bajo este enfoque, como Godoy Cruz, Las Heras y Luján de Cuyo. Veamos qué se está haciendo en el nuestro.
Centro Verde Luján
“El Centro Verde fue inaugurado en el mes de mayo pasado. Allí llegan los residuos que aportan los vecinos en los 30 Puntos Verdes distribuidos por el Departamento”, cuenta María Pía Santarelli, subdirectora de Desarrollo Sostenible de Luján, y sigue: “La idea es llegar a 100 Puntos para ampliar la disponibilidad y ganar en comodidad para los vecinos”.
En estos Puntos Verdes se acopia papel, plástico, vidrio, cartón, textiles, envases metálicos, tetras, botellas de amor. “Estos contenedores no tienen separación interna porque la clasificación la hacen los recicladores en el Centro Verde. Para el vecino es más cómodo porque no tiene que clasificar el material en su casa, por lo que con un solo canasto para los residuos recuperables es suficiente”, continua Santarelli y aclara que también la logística de recolección es más económica, ya que los volúmenes son diferentes.
Ubicado en las inmediaciones de la Feriagro, cuenta con una dimensión de 500 metros cuadrados y “con herramientas, equipamiento y maquinaria adaptados para la recepción, acopio, clasificación y acondicionamiento de estos materiales, hasta el momento de su comercialización. Esta última actividad se encuentra a cargo de los recuperadores de la Cooperativa “La Fortaleza de Mi Tierra”, explican desde el municipio.
Cooperativa La Fortaleza de mi tierra
Esta cooperativa de trabajo se conformó con 18 familias del Bajo Luján, que hoy forman parte de la planta trabajadora del Centro Verde. De esta manera, estas personas mantuvieron el oficio de varias generaciones: la recolección de residuos reciclables. Al mudarlos a los nuevos barrios construidos con el proyecto de transformación del Bajo, era necesario también crear un centro de acopio y clasificación de residuos, hoy a cargo de los recicladores de la Cooperativa. “Así cumplen un rol ambiental, pero en forma salubre y digna. La Muni acompañó en su conformación, conjuntamente con la UNCuyo en la capacitación, varias empresas, Bodegas de Argentina, Chandón. También los recuperadores fueron capacitados en el Centro COREME de Las Heras y en la Cooperativa de Godoy Cruz Los Triunfadores”, cuenta Pia Santarelli.
Según nos cuenta Mema Cabudio, la presidenta de la Cooperativa, una de sus últimas grandes actividades, impulsada por Luján Joven, fue la recolección de casi 100 mil botellas plásticas por los alumnos de escuelas secundarias del departamento y que serán recicladas en el Centro Verde, por los trabajadores de la Cooperativa. Ellos son los que se encargan de su venta, logrando así reunir fondos para su funcionamiento y el beneficio de sus integrantes.
“Así se logra vincular el cuidado del ambiente con la solidaridad de la gente y la responsabilidad social de las empresas. Estaría bueno que se sigan sumando empresas en esta movida”, explica Santarelli. Y, la verdad es que es imperativo que esto suceda, ya que la emergencia de los tiempos así lo reclama. Ninguna acción en este sentido debe dejarse de lado si lo que queremos es dejarles un planeta más o menos viable a nuestras generaciones venideras.
La Ley 24.605 de 1995, declaró el 27 de septiembre como “Día Nacional de la Conciencia Ambiental” en conmemoración de la tragedia ocurrida en esa fecha en 1993, en la ciudad de Avellaneda, provincia de Buenos Aires, debido a un escape de gas cianhídrico.
El mantra: Reducir, Reutilizar, Reciclar
Si hablamos de manejo sustentable de los residuos, debemos pensar en cambiar totalmente el manejo actual que implica generalmente la disposición final de los deshechos en vertederos a cielo abierto. Pero si tomáramos conciencia del estado de contaminación y vulnerabilidad que estas acciones ocasionan a nuestra calidad de vida, todos los actores sociales -estos son sociedad, empresas y gobiernos- nos pondríamos de cabeza a cambiar los malos hábitos. Es sabido ya por todos que existen tres acciones correctoras para el problema de la gestión de residuos: la reducción, la reutilización y el reciclaje. Incluso algunos países ya trabajan en la recuperación de energía, a partir de la basura.
Reducir. Para disminuir la producción de basura es fundamental un cambio de actitud de las personas y un Estado, que estimule las buenas prácticas y castigue las malas. Ya que los patrones no sustentables de consumo nos “están consumiendo” los escasos recursos no renovables que van quedando.
Reutilizar. Darles a todos aquellos productos viables la posibilidad de “tener una segunda oportunidad” de vida y servicio. Las ferias de ropa usada son un excelente ejemplo.
Reciclar. Consiste en variar un producto, total o parcialmente, para darle una nueva utilidad, diferente o similar a su uso original. Hacer compost en casa, para convertir residuos orgánicos en abono para jardines y huertas.