Se ubicaba en calle España y Gutiérrez en la capital de Mendoza. Aquel edificio fue construido con un estilo que llamaba poderosamente la atención en una aldea que se transformaba de a poco en una ciudad progresista. Fue uno los teatros más emblemáticos que tuvo la provincia desde fines del siglo XIX.
Por Carlos Campana
Por su escenario pasaron grandes artistas nacionales e internacionales de la música, el ballet, el drama y la comedia. Además, sus instalaciones se utilizaron para grandes exposiciones de escritores, periodistas, educadores y políticos de todo el mundo. Pero esta usina de la cultura, también había servido en sus primeros años para proyectar por primera vez imágenes en movimiento, en mayo de 1899. Este lugar se llamó Teatro Municipal.
A fines del siglo XIX, en una esquina de la antigua calle Suipacha -hoy España y Gutiérrez- existió un terreno que fue propiedad de un francés quien luego lo donó al municipio con el único y exclusivo fin de erigir allí un teatro.
Después de la donación, el municipio capitalino construyó en ese sitio un teatro al que se lo denominó “Teatro Municipal”. Al poco tiempo, se iniciaron allí las actividades en donde pasaron grandes artistas de fama internacional, nacional y local.
A comienzos del siglo XX, su estructura fue reforzada con vigas de cemento, también se mejoró la fachada dándole una hermosa decoración acorde a su época y luego se lo amplió agregándole palcos para mayor comodidad de los espectadores.
En la ochava del edificio existía un bar que era muy concurrido por los asistentes a la sala antes de las funciones, en el intervalo y después de las presentaciones artísticas. El teatro tenía una profundidad, hacia el oeste, de unos 50 metros por unos 30 de frente.
Por su escenario pasaron nombres como Tito Schipa, Emma Gramática, Jacinto Benavente, Frégoli, Saccone, los hermanos Podestá, Ignacio Corsini, Tita Merello, Luis Sandrini, Berta Singerman y Libertad Lamarque, entre otras reconocidas estrellas. También se presentaron allí importantes conferencias de personajes como Maipina de la Barra, Enrico Fermi, Ortega y Gasset, Pietro Gori, Vicente Blasco Ibáñez o Belén de Sárraga.
No cabe duda que ese lugar fue por muchos años el centro cultural de Mendoza hasta 1924, en donde su concurrencia decayó al construirse el “Teatro Independencia” que tomó la vanguardia cultural. Esto hizo que el “Teatro Municipal” generara con el tiempo una gran deuda económica.
En 1946, la Municipalidad de Capital luego de buscar sin éxito un terreno para erigir su nueva sede municipal que reemplazaría a la antigua edificación de calle Sarmiento al 200, decidió demoler el teatro y utilizar el predio que ocupaba el antiguo establecimiento teatral así como el Círculo de Armas donde funcionaba el Concejo Deliberante de la Capital por considerarlos obsoletos.
Así, la piqueta del progreso hizo que el edificio del Teatro Municipal fuese destruido al igual que la construcción lindante. Pero por distintos motivos, el proyecto nunca se concretó y el terreno quedó baldío.
En 1969, el municipio puso a la venta aquellos terrenos. El lote del antiguo teatro fue vendido a la constructora Kolton y el otro predio quedó en manos del Banco Unión Comercial e Industrial (BUCI). Por diferentes motivos el predio permaneció baldío y hasta 1991, fue utilizado como playa de estacionamiento.
A principios del siglo XXI y luego de sortear algunos problemas legales, se levantó allí un hotel de 4 estrellas perteneciente a una cadena Internacional. Lamentablemente, la ignorancia y la desidia hicieron que aquel palacio de la cultura desapareciera de ese lugar así como de la memoria de los mendocinos.