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Desarrollo Integral Humano: Hablemos de Economía Social

Todos están/estamos preocupados por la pobreza; sean o no pobres. Tanto que estén en esa situación como que la observen. Parece irremediable su existencia y parece una tarea titánica la erradicación. La indiferencia sobre el tema es o sería considerada enfermiza, desalmada. ¡Inhumana! Y de eso se trata…La pobreza, como su indiferencia son inhumanas, su eliminación es prioritaria…cuando no mitigar sus nefastas consecuencias.

Por Domingo R. Godoy[1]

Una necesidad prioritaria humana es vivir en una economía que sea dignificante. Que permita satisfacer las necesidades, escalar el desarrollo integral humano, engrandezca a la persona y la familia o admita armonizar la vida en sociedad.

La economía es para el hombre y no al revés. Por eso, la mala economía, la aplicación descarnada de una economía de satisfacción ilimitada e insensible de las necesidades no es humana. O, mejor dicho: no se adecua a la humanidad. La individualidad de la búsqueda de satisfacción aísla al hombre y permite el funesto avance del “todos contra todos”. De la superveniencia del más fuerte.

Identificamos e impulsamos una manera de hacer la economía en forma más humana. Es la que conocemos como Economía Social. Esta reconoce al hombre como hacedor y destinatario de la economía. Ella, se basa en la solidaridad, estimula las sociedades de personas; induce a la participación, promueve la satisfacción de necesidades reales más que la búsqueda del lucro o incremento de riquezas; induce al ser más que al tener; plenifica la vida en sociedad con un orden en el consumo y no al revés. Las cosas creadas o fabricadas son para los hombres y no a la inversa.

La economía social está marcada por la gestión y organización de los recursos, priorizando el interés social y equitativo.

Se conocen como entidades del tercer sector y se las vincula con la pobreza, pero sus misiones son mitigar, luchar contra esa pobreza. Son soluciones solidarias. Atemperan el rigor de las consecuencias del individualismo generador y promotor de las insensibilidades sociales. Algunos las perciben –despectivamente- como garantía de permanencia en la pobreza. El error surge en interpretar que la empresa de capital superavitaria es el destino exitoso; cuando en realidad, el final más humano es la optimización de todos los bienes para satisfacer las necesidades.

  1. 1. Ejemplos

Hay innumerables ejemplos o casuística de estas empresas; como las OSC (organizaciones de la sociedad civil); ONG; fundaciones; cooperativas (con todos sus objetivos ) y mutuales (con sus diferentes reglamentos); PYMES y MIPYMES; Voluntariado Profesional;  sociedades laborales; uniones vecinales; asociaciones caritativas. Además, ligas de amas de casa; de consumidores; federaciones y confederaciones cooperativas o mutuales; sociedades de fomento; clubes; instituciones culturales en general y educativas en particular; consejos económico-sociales, uniones de padres; cooperadoras escolares; centros económico-sociales regionales; descentralizaciones público-privadas en nodos solidarios de servicios básicos; etc.

Todos estos ejemplos y muchos más, presentan las convenientes, adecuadas y necesarias características comunes a las entidades del tercer sector: solidaridad, participación, integrativas, entidades de personas, democracia en las decisiones, búsqueda del bien común, prescindencia religiosa, evitan el espíritu de lucro, respetan la propiedad privada en función social, promueven la subsidiaridad estatal, son de capital nacional y permanecen en el territorio… Esperamos poder abundar más sobre este tema, porque son soluciones para el problema de la pobreza.

[1] Contador Público Nacional, UNC. Maestría en Docencia UM. Cursó Descentralización en la FUNDACIÓN KONRAD ADENAUER Alemania. Diplomado en Descentralización y Desconcentración en (I.I.A.P) Paris. Ex Director y Asesor del INAES. Asesora entidades y publicó numerosos artículos de la especialidad. Autor del MANUAL DE ECONOMIA SOCIAL.

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