Un héroe de la aviación que fue vecino de Chacras

El distrito se caracterizó por tener entre sus vecinos a grandes personalidades de la vida política, militar y cultural a nivel local y nacional. Muchos se sorprenderán al conocer que en esta tierra vivió el recordado aviador militar, el capitán Luis C. Candelaria.

Por Carlos Campana

Su gran proeza fue vencer en abril de 1918, la gran Cordillera de los Andes en un aeroplano. Este vuelo fue realizado desde la localidad neuquina de Zapala rumbo a Chile, en donde aterrizó cerca de la ciudad de Cunco. Luego de retirarse como piloto del cuerpo aéreo del Ejército Argentino, se instaló en Chacras por muchos años.

Luis Cenobio Candelaria nació en Buenos Aires el 29 de octubre de 1892. Sus padres fueron don Victorio Candelaria y Luisa Micossi. Su madre tuvo gran influencia en su formación, y en 1908 ingresó al Colegio Militar. Después de cursar en esa institución castrense egresó como subteniente en el arma de ingenieros.

Con 21 años, Candelaria se entusiasmó al conocer las denominadas “máquinas voladoras”, más conocidas como aeroplanos, que en Argentina comenzaban a ser promovidas de la mano de Newbery y otros pioneros.

Por aquel tiempo, los militares vieron el gran potencial que tenían estos aparatos y fueron insertados como un arma más en el Ejército Argentino.

Se cree que la muerte de Jorge Newbery en Mendoza el 1 de marzo de 1914, influyó en la vida del joven militar, quien un par de años después obtuvo la patente de piloto.

A principios de 1918, el juvenil aviador cumplía servicio en la base militar de El Palomar -Provincia de Buenos Aires- e inició una serie de reparaciones sobre un aeroplano de marca Morane Saulnier Parasol de 80 H.P, denominado con el nombre “Mendoza” y donado por las Damas Mendocinas, que había sufrido varios accidentes.

Con la ayuda del personal mecánico de esa unidad, la nave fue reparada y el entonces teniente Candelaria solicitó a sus superiores viajar con ese aparato a Mendoza: le negaron la posibilidad. Su verdadera intención era realizar la hazaña del cruce de los Andes en aeroplano.

Ante la negativa no se amilanó y pidió que se lo trasladara a Zapala, Neuquén, a lo que las autoridades militares accedieron. Después de un tiempo, el piloto y sus mecánicos estaban listos para emprender la aventura de traspasar el macizo andino. Hazaña que realizó solo y luego de unas horas, en un complejo aterrizaje que casi destruyó el avión. Así, Luis Candelaria se transformó en el primer argentino en ejecutar la trascendental epopeya. De regreso a Buenos Aires, a los 25 años, a este militar se lo agasajó como a un gran héroe.

Una Virgen lo acompañaba en Chacras

A fines de 1920, el capitán Candelaria pidió su retiro efectivo del cuerpo aéreo del ejército y por problemas de salud, pudo cobrar su pensión y no tuvo mejor opción que llegar a la provincia de Mendoza y establecerse en Chacras de Coria.

Aquí, el militar compró una propiedad a la familia Dalla Torre, que se ubicaba en la esquina de Pueyrredón y Viamonte. Por varios años el piloto vivió allí y se comenta que en una gran inundación -posiblemente el aluvión de 1934- encontró flotando en el agua una imagen de la Virgen. Luego de recuperarla le construyó un pedestal casi en la esquina de su vivienda. Con el tiempo, el lugar comenzó a llamarse “La esquina de la Virgen” y fue objeto de devoción por parte de los vecinos del lugar.

Durante los años que vivió en Chacras, Candelaria fue un vecino muy admirado, no sólo por su fama como piloto, sino por su agradable personalidad y principios éticos y morales. Durante largas temporadas residió en nuestra localidad, pero luego vendió su propiedad y se radicó en Misiones. De allí viajó a Tucumán, donde falleció el 23 de diciembre de 1963. Días después fue enterrado en la ciudad de Zapala, en Neuquén.

Una calle en Chacras de Coria lleva su nombre.

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