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Ser sustentable: Tomar responsabilidad de la propia vida y dar el ejemplo

Este artículo es una invitación a mirarnos juntos en las acciones de cada día a través de una palabra que se escucha bastante: sustentabilidad. En los últimos años, personas, organismos de estado, docentes, investigadores y empresas han mencionado o referido la sustentabilidad en sus discursos, artículos, tesis, clases, políticas públicas, acciones y campañas de marketing.

Por Paola Studer*

¿Qué es ser sustentable?

La sustentabilidad surge como desafío mundial a través de la ONU, con el informe Brundtland en 1987, donde por primera vez se habla de desarrollo sustentable y se acuerda definirlo como aquel que “satisface las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones”. Planteándose, entre otros, los siguientes objetivos: promover un sistema económico donde los países menos desarrollados puedan hacerlo; conservar y cuidar el planeta sin poner en riesgo los ecosistemas que sostienen la vida en la Tierra; promover el uso de energías renovables; tomar consciencia de los patrones de consumo y crecimiento poblacional.

A partir de este hito, se sucede un proceso de difusión del término, y si bien ha sido ampliamente divulgado, hay un reduccionismo a la hora de ejecutarlo, por ello es importante comprender que la sustentabilidad no es una campaña de marketing, no es protocolo, certificación o autoevaluación, no es una moda, no es un concepto, no es unidimensional, no es sustituir insumos contaminantes por otros menos nocivos, es mucho más que esto.

La forma de comprender la sustentabilidad creció y se complejizó y hoy entendemos que es más que un concepto, transformándose en la posibilidad de crear un nuevo mundo basado en el respeto, la diversidad (étnica y ecosistémica), el cuidado, la equidad en los accesos y la responsabilidad de dejar un planeta mejor para el futuro de tus hijos, nietos, sobrinos.

Ser sustentable es un cambio cultural que empieza en uno/a, tomando consciencia de quién sos, cuál es el propósito de tu vida y qué deseás modificar en vos, para aportar en tu cotidianeidad -trabajo, estudios, casa e impactar en esta nueva consciencia global-.

Podés empezar desde lo más simple tomando responsabilidad sobre tus actos: sí, cada uno de nosotros es responsable del mundo que crea. ¿Qué podés hacer? TrabajaR en tu crecimiento personal, no arrojar basura en las calles, reciclar, tratar a las personas de tu entorno con respeto, amor y humildad, usar tu bicicleta para ir a lugares cercanos, comprar en los negocios locales, cultivar tus alimentos, cuidar el uso del agua. Cuando sos sustentable, tu empresa, tu trabajo, tu familia, tu hogar, tus relaciones lo serán: sé un ejemplo.

*Ingeniera Agónoma, coach, trainer espiritual, docente e investigadora, consultora independiente en agricultura sustentable y consultora en bioneuroemoción.


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