El pasado 11 de setiembre, conmemorando el Día del Maestro, el Presidente Fernández se equivocó al atribuirle a Domingo Faustino Sarmiento la implementación de los guardapolvos blancos en las escuelas argentinas.
Error bastante común. Incluso algunos dicen que fue Alberdi y otros Pizzurno. En realidad fue una maestra de la Escuela Cornelia Pizarro, que aún existe en la Ciudad de Buenos Aires. Matilde Filgueiras era su nombre. En 1915 tuvo la idea de implementar una prenda para evitar las diferencias entre las vestimentas de los alumnos de familias con mucho dinero y las de orígenes más humildes.
La iniciativa surgió de una reunión entre padres de los alumnos y docentes de la escuela. Allí fue que la señorita Matilde propuso el uso de la prenda que luego se llamaría ‘guardapolvo blanco’. Entusiasmada con concretar su idea la docente pagó de su bolsillo la tela. Se las regaló a las mamás del colegio con las instrucciones para confeccionar los delantales que usarían en clase.
Pero esta iniciativa recién se concretó el 1° de noviembre de 1919, durante la primera presidencia de H. Yrigoyen. Se tardaron 23 años más, en 1942, para que el uso del guardapolvo blanco se convirtiera en obligatorio para los alumnos de escuelas públicas.
Setiembre tiene un vínculo muy especial con la educación. El 11 es el Día del Maestro, el 17 el Día del Profesor y el 21 el Día del Estudiante. Este último coincide con la llegada de la primavera, pero en realidad se festeja porque el 21 de setiembre de 1888 llegaron a la Argentina los restos repatriados del prócer Domingo Faustino Sarmiento.
Los docentes, sobre todo los mayores, ya están acostumbrados a escuchar en su día a los gobernantes de turno leyendo discursos para honrar su labor, para elogiar a la educación, etc., etc. La realidad nos demuestra lo contrario. Cada vez se invierte menos en educación y los salarios docentes no alcanzan a cubrir lo necesario para una canasta básica. Por esto un gran porcentaje de maestros debe trabajar en doble turno. En fin, una misma historia que se repite desde hace décadas.
Este año que transitamos, el Covid 19 complicó aún más el trabajo de todos. Los docentes se tuvieron que adaptar a educar a distancia. Perdieron el insustituible contacto personal con sus alumnos. Todos sabemos que lo presencial nunca puede compararse con lo virtual. Cualquier manual básico de pedagogía nos enseña que antes de comenzar la enseñanza de un nuevo tema, el docente debe motivar a sus alumnos. Pues cualquier docente debe estar padeciendo lo difícil que se le hace motivar a sus alumnos vía Zoom.
Sumado a esto muchos maestros andan ‘rastreando’ a sus alumnos porque no aparecen nunca frente a la pantalla para ‘asistir a clases’.
Para los estudiantes y sus familias tampoco ha sido fácil adaptarse a esta modalidad por muchos motivos que ya hemos descripto en otra editorial.
En 2020, por si fuera poco, los estudiantes se vieron imposibilitados de festejar su día. El 21 de setiembre en Mendoza estuvimos nuevamente en la fase 1 de la cuarentena. Hubo miles de policías controlando evitar reuniones al aire libre y en espacios privados. Es razonable puesto que en Mendoza la situación de personas contagiadas está aumentando. Aunque a los jóvenes les cueste aceptar, es mejor quedarse en casa.
Y para terminar, nuestro reconocimiento sincero a maestros y profesores. Muy especialmente a los de Chacras de Coria.