La Filial de Luján de Cuyo realizó una serie de encuentros virtuales en cuarentena para reflexionar sobre esta relevante figura de la historia argentina y de la región.
Prof. Mgter. Gabriela Curi Azar*
El trabajo presentado en el Ciclo de Conferencias organizado por la Junta de Estudios Históricos, Filial Luján de Cuyo denominado: “Recordando a Manuel Belgrano a doscientos años de su muerte”, analiza las ideas económicas, sociales y educativas del Gral. Don Manel Belgrano volcadas en las “Memorias” efectuadas de 1794 a 1810 durante su actuación como Primer Secretario -americano- en el Consulado de Buenos, una institución que se encargaba del comercio con España y hasta ese momento todos los puestos de gobierno eran ocupados por españoles.
De allí su importancia; sus escritos como periodista para el “Telégrafo Mercantil, Rural, Político, Económico e Historiográfico del Río de la Plata” fundado por Antonio Cabello y Mesa, de 1801 y 1802; el “Semanario de Agricultura, Industria y Comercio”, editado por el comerciante criollo Juan Hipólito Vieytes, entre los años 1802 a 1807 y el “Correo de Comercio” de 1810 a 1811; su Autobiografía redactada en 1814; asimismo el cargo de vocal de la Primera Junta de Gobierno Patrio, formada el 25 de mayo de 1810, le otorga la posibilidad de tomar numerosas medidas en el ámbito social, como por ejemplo el “Reglamento para el régimen político y administrativo, y reforma de los pueblos de Misiones” escrito en diciembre de 1810 en el que declara la igualdad de derechos entre indios y blancos, así como resalta los abusos del que son víctimas los pueblos originarios y les otorga tierras, educación y trabajo.
Merece destacarse, también, su preocupación por la educación como base para el progreso del país. Progreso que encuentra su asiento en el fomento de la agricultura, la ganadería, el comercio y la industria en manos capacitadas. De allí, la creación de las Academias de Geometría y Dibujo, Náutica -1797 y 1799 respectivamente- y, en 1813, la fundación de escuelas en Salta, Tucumán, Tarija (en el Alto Perú, hoy Bolivia) y Santiago del Estero.
En cuanto a la educación de las mujeres, como bien puede apreciarse en los números de julio de 1810 del “Correo de Comercio” puede leerse: “Deben poner escuelas gratuitas para las niñas donde se les enseñase la Doctrina Cristiana, a leer, escribir, coser, bordar, etc. y principalmente, inspirarles el amor al trabajo para separarlas de la ociosidad tan perjudicial” y las considera fundamentales para la creación de un país nuevo siendo -como se apuntó anteriormente- la educación para Manuel Belgrano el principal motor de cambio y progreso.
De esta forma se puede trazar una afinidad y continuidad ideológica entre estos los hombres que signaron el acontecimiento fundante de la historia argentina: la Revolución de Mayo de 1810 y Manuel Belgrano, uno de sus principales hacedores. Manuel Belgrano, un hombre que trabajó por engrandecer su tierra, NUESTRA tierra. Manuel Belgrano un hombre que supo cuál era el ingrediente esencial para un país: la UNIÓN. La UNIÓN como “valor inestimable de una nación”.
*La autora es profesora adjunta efectiva de la cátedra “Historia Argentina Virreinal e Independiente” de la Facultad de Filosofía y Letras, UNCuyo.