Cristian Bassin: La generosidad como naturaleza

Este docente es un incansable trabajador social que brinda asistencia, comida y propuestas culturales a su entorno, sin ayuda del Estado. Desde “Comunidad Solidaria” hemos sumado con entregas de donaciones. Coherente, fiel a sus principios y decidido a ser útil para fines sociales y educativos, el ex sacerdote salesiano Cristian Pablo Bassin lleva adelante con ayuda vecinal y de particulares, el centro de inclusión social “Vengo a proponerles un sueño”, ubicado en Palmira Sur, del departamento de San Martín.

-¿Qué podés compartirnos sobre tu persona en relación a lo que hacés?

-Soy oriundo de Palmira, donde me crié. A los 18 años cumplí con el Servicio Militar y a los 20 partí a la Congregación Salesiana a estudiar el profesorado de filosofía y teología, donde me ordenaron sacerdote en 2001. Trabajé en Tucumán y en Córdoba en colegios salesianos, y luego fui enviado a Rodeo del Medio, donde fui cura párroco. Estudié en Quito y también en Roma para hacer la docencia en salesianidad en la vida de Don Bosco. En 2013 decidí retirarme de la vida religiosa tras la muerte de mi madre. Tengo un hermano menor con síndrome de Down y junto con otro hermano nos hemos hecho cargo de él. En 2016 falleció mi padre y eso confirma mi presencia en mi familia, porque la caridad comienza por casa. Soy docente de escuelas secundarias, de un terciario de San Martín y de la Universidad de Congreso con sede en el departamento. Soy profesor de filosofía y ciencias de la educación con orientación en pastoral juvenil.

-¿Cómo surgió la idea de abrir un centro de contención social?

-En 2013 el gobernador Francisco Paco Pérez me propuso ser Ministro de Desarrollo de la Provincia de Mendoza. Siempre trabajé desde niño en sectores de alta vulnerabilidad, en barrios pobres, en villas de emergencia y estuve escuchando a la gente, armando mesas de gestión, pidiendo a los municipios correspondientes los servicios públicos y ayudando desde Cáritas. Mis padres fueron muy solidarios y en esa cuna crecí yo. El 31 de mayo de 2015, el día de mi cumpleaños, me quise hacer un regalo y fue comenzar con un espacio de inclusión social. “Vengo a proponerles un sueño” no se reduce a merendero o comedor sino que también tiene un ropero comunitario, promueve el deporte, brinda apoyo escolar y paseos con niños y madres de familias de alta vulnerabilidad.

Primero alquilamos un salón y con la crisis de los últimos cuatro años no pudimos más y nos trasladamos a la casa de una de las mamás. Hoy funcionamos en tres casas simultáneamente, en una con la leche, el cacao y el azúcar; en otra con la mercadería y el ropero comunitario y en otra con el panificado. En tiempos de cuarentena estamos de alguna manera llevando a las casas, botellas con leche y bolsitas con panificados, de lunes a viernes de 16 a 17 hs. para 91 niños y los sábados de 12.20 a 13.30 hs, con los tupper del almuerzo.

-¿Cuáles son las necesidades? ¿Cómo se puede colaborar?

Las necesidades actuales son leche, azúcar, cacao como primera necesidad; alimentos no perecederos (harina, levadura), calzado, ropa de abrigo, mantas, colchones. Y cuando comiencen las clases presenciales, útiles escolares, juguetes, lavandina, alcohol en gel; todo lo que nos donen, suma.

¿Dónde? “Vengo a proponerles un sueño” funciona en Calle Maestra Cancio al 630, 642 y 652, en Palmira. Para colaborar, comunícate con Cristian Bassin al 261 575-7856.


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