Categoría | Rincón de Ciencias

Aportes de la ciencia argentina: El conocimiento y la resolución de la pandemia Covid19

Por Dra. Graciela Jahn*

La pandemia del COVID-19, provocada por el coronavirus SARS-CoV2, además de provocar conmoción mundial, ha generado un esfuerzo sin precedentes de los sistemas científicos y de salud nacional e internacionales para poder conocer el virus, la enfermedad que provoca, y encontrar herramientas eficaces para contrarrestarlo.

La Argentina tiene una tradición centenaria en investigación científica, especialmente en el área de biología y salud, y a pesar de las políticas erráticas y la falta de un apoyo sostenido en el tiempo, sigue contando con un sólido sistema científico en investigación básica y aplicada. Desde la aparición local del primer brote de COVID-19, el sistema liderado por los ministerios de Salud  y de Ciencia, Tecnología e Innovación, ha impulsado el apoyo a proyectos relacionados a la pandemia, a través de la creación de la Unidad COVID-19. Gracias a esto y a las asociaciones entre organismos públicos como el CONICET, INTA e instituciones privadas, se han obtenido logros notables en el conocimiento del virus, su tratamiento y el desarrollo de herramientas diagnósticas.

Se presentaron casi 1000 propuestas de investigación y desarrollo para enfrentar la pandemia. Entre las 64 aprobadas figura la de un grupo de investigación local, dirigido por el Dr, Walter Manucha, del IMBECU CONICET y la Facultad de Cs. Médicas de la UNCuyo,  para estudiar el rol de la vitamina D en la evolución y tratamiento de la enfermedad. Hay indicios que la deficiencia en ésta vitamina, frecuente en adultos mayores, está asociada a la presentación de síntomas graves. Confirmar estas evidencias y diseñar un tratamiento con vitamina D contribuirá a mejorar el pronóstico y evolución de la enfermedad.

Se han iniciado otros dos estudios clínicos en Argentina, uno nacional y otro internacional para determinar el efectividad de posibles tratamientos. El estudio nacional está dirigido a determinar la efectividad del tratamiento de pacientes graves con plasma inmune obtenido de pacientes curados de COVID-19. Este método fue desarrollado hace décadas en Argentina por el Dr. Julio Maiztegui, para el tratamiento de la enfermedad hemorrágica argentina (mal de los rastrojos), que logró disminuir mucho la mortalidad por administración de transfusiones de plasma inmune de pacientes recuperados. Ya hay resultados que indican que es muy efectivo.

La Argentina también fue seleccionada por la OMS, junto con otros 10 países, para participar en un estudio multinacional, denominado Solidaridad, para estudiar la efectividad de cuatro tratamientos, la hidroxicloroquina, el antiviral remdesivir, dos antivirales antiVIH y la combinación de estos tratamientos con interferón beta, un activador del sistema inmune. Los primeros resultados sugieren que el remdesivir disminuye la carga viral y mejora el pronóstico  mientras que la hidroxicloroquina no es efectiva y puede tener efectos secundarios graves.

Además, un consorcio científico conformado por la Universidad Nacional de Salta, el Civetan, la Universidad de Quilmes, el Cemic, el laboratorio Elea Phoenix (que aporta la droga), la Fundación Mundo Sano y el Hospital Garrahan, está ensayando la efectividad de la ivermectina (un antiparasitario de uso veterinario frecuente) para el tratamiento en fase temprana de la infección.

En cuanto al estudio del virus, recientemente el grupo liderado por la investigadora del CONICET Mariana Viegas, del Laboratorio de Virología del Hospital de Niños Dr. Ricardo Gutiérrez logró secuenciar los genomas de 26 tipos de virus aislados de pacientes argentinos. Para que sirve esto? Permite determinar si el virus es capaz de mutar  y si estas mutaciones están relacionadas a cambios en la severidad de la enfermedad, o en el grado de contagio. Es muy importante para poder estimar la posible evolución futura de la pandemia (si se va a agravar, si  el virus va a pasar a ser uno más de los que provocan las enfermedades respiratorias estacionales, quizás lo más probable).

Recientemente investigadores argentinos desarrollaron dos tests de diagnóstico, serológico y molecular, que permitirán realizar muchos más tests sin depender de la provisión de kits importados, caros y difíciles de conseguir.

El primer desarrollo fue realizado en un tiempo record de 45 días, por investigadores del CONICET, del Laboratorio de Virología Molecular, Fundación Instituto Leloir, liderado por la Dra. Andrea Gamarnik, junto con especialistas de la UNSAM y el Laboratorio Lemos. Es el test serológico COVIDAR IgG, que detecta anticuerpos circulantes dirigidos contra el virus en personas infectadas. Su utilidad fundamental es estimar cuantas personas infectadas hay en una población, hayan o no tenido síntomas, y a los potenciales donantes de suero inmune. Es un test muy sensible, y de bajo costo.

Científicos del CONICET en el ICT Milstein-Fundacion Cassará, liderados por el Dr. Adrián Vojnov desarrollaron el segundo test, NEOKIT-COVID-19, de diagnóstico molecular, que permite identificar rápidamente la presencia del virus en hisopados. Este test, que a diferencia del anterior, reconoce pacientes que están cursando la infección, es rápido, seguro y mucho más barato que los importados usados hasta ahora.

Estos dos tests, además de permitir identificar rápidamente a los infectados para su tratamiento, mejorar el control de los contagios y conocer la situación real de la epidemia en nuestro país, podrán ser exportados y así ser una fuente genuina de divisas para nuestro país, cuando se puedan producir masivamente.

Todo esto es una demostración de la importancia del desarrollo de la ciencia y la tecnología nacional, que no es un gasto ni un lujo, sino un componente fundamental para el desarrollo de nuestro país. Apoyar a la ciencia significa estar preparados para los nuevos desafíos y amenazas que surgen continuamente.

Desde hace décadas los científicos y los epidemiólogos, la propia OMS, vienen previniendo sobre la posibilidad de una pandemia como la actual. NO fueron escuchados. Si lo hubieran sido el mundo hubiera estado mucho mejor preparado para enfrentar al COVID19, los hospitales estarían mejor equipados y estaríamos mucho más cerca de la vacuna, o de los tratamientos efectivos.

*IMBECU CONICET, CCT CONICET. Mendoza

Deje su comentario