El editorialista Gabriel Gallar reflexiona sobre la importancia de accionar por los otros. Desde Correveidile te invitamos a ser parte de la cruzada por dar.
Hace mucho hicimos una nota destacando la labor de una señora que en su bonita casa tenía un comedor solidario. Estaba ubicado en el Barrio Mauricio de Carrodilla. Por ese entonces -tal vez hayan pasado 16 o 17 años-, no eran tan habituales estos comedores donde se atendía principalmente a niños en edad escolar, quienes además de alimentos recibían apoyo en las tareas. Recuerdo que en una parte de la entrevista la mujer nos contó que comenzó sólo dando ayuda escolar a un grupo de pequeños estudiantes. Pronto advirtió la falta de atención: que los chicos estaban dispersos, somnolientos y no demostraban interés en las tareas. Entonces les ofreció una taza de té, pan y dulce.
Luego de la elemental merienda la actitud de los chicos cambió, se mostraron un poco más entusiastas para emprender sus tareas. Su ecuación fue sencilla: primero alimentarse y luego estudiar. Así empezó su comedor comunitario. Hoy con la pandemia del Covid 19, estamos viendo realidades que estaban más o menos encubiertas. La falta de inversión en salud y educación fue lo primero que salió a la luz. Luego afloraron serios problemas económicos en todos los sectores. Algunos se van reactivando paulatinamente y otros siguen postergados. A los barrios pobres ahora se los llama, eufemísticamente, ‘vulnerables’. Son las barriadas donde la gente vive básicamente de empleos informales o de hacer changas. El aislamiento les quitó el sustento, ya no pueden ir a ‘cartonear’, los chicos dejaron de asistir a las escuelas donde recibían el alimento diario que escasea en el hogar… La ecuación de nuestra entrevistada sigue más vigente que nunca: sin alimentación no se puede aprender. La desnutrición infantil no es sólo un problema corporal, afecta todos los factores de desarrollo del niño, incluyendo el cerebral y las capacidades de aprendizaje.
Por eso hoy más que nunca es necesario tomar conciencia de esta realidad, que probablemente no nos toca vivir de forma directa, pero sabemos que existe y está afectando a miles de hogares desamparados de todo auxilio. Todos podemos ser solidarios, aunque nuestro pequeño gesto no solucione la raíz del problema. La cuestión es empezar a ayudar cada uno según sus posibilidades. Además, ayudar nos hace sentir bien y buenos. En Chacras de Coria un grupo de vecinos tomó ‘el toro por las astas’ y se puso manos a la obra para comenzar una campaña para colaborar con las personas que viven en estas barriadas. Como siempre ocurre, los principios son difíciles y la cuesta se hace muy arriba. Pero hoy todo va cambiando. Cada día más personas se suman a este empeño. Alberto Cabanillas, uno de sus organizadores, contó que están recibiendo muchas donaciones de empresas o comercios y también de los generosos vecinos del pueblo. Dinero en efectivo, ropa de abrigo y alimentos no perecederos. Esto último es lo más necesario. Para todos ellos el agradecimiento por su ayuda y desinterés.
Por suerte esta campaña solidaria va bien. Pero siempre falta algo. Los invitamos a sumarse con su granito de arena para que esto continúe marchando. Pensemos todos que lo que se consigue tiene como destino a muchos comedores y merenderos que no reciben ningún subsidio, para los hogares donde los niños no tienen alimentación suficiente… Seamos conscientes de que esta campaña es de vecinos para vecinos sin ninguna intervención del Estado y sin perseguir otro fin que la solidaridad entre seres humanos. En Correveidile encontrarán la información necesaria para sumarse a esta hermosa cruzada.