“Crisis es oportunidad” reza el antiguo proverbio oriental y creo que es cierto. La pandemia y la consiguiente cuarentena nos han obligado a adoptar unas formas de vida a las cuales no estábamos acostumbrados.
Por Dr. Alberto Montbrun – Universidad Nacional de Cuyo
La lúcida conciencia de nuestro colectivo social -al reconocer en el aislamiento la mejor estrategia frente al pícaro y escurridizo virus- ha permitido llevar adelante con éxito una empresa de envergadura: tener a millones de personas guardadas en sus casas durante semanas.
De paso, muchos y muchas decidieron hacer lo que hace tiempo deseaban: conocer a sus hijos (“-hola, soy tu papá, remember me?, mucho gusto”); retomar un viejo amor (¡y justo vive a dos cuadras, qué suerte!); leer ese libro que nos mira desde el estante, estudiar esa materia que nos demora el título, avanzar en la tesis, arreglar algo en la casa, intoxicarnos con la tele o Netflix o Internet, empezar el Quijote y mil cosas más. (¿Engordar? Ché, ¿quién dijo engordar?). Quienes tienen ingresos fijos no lo han padecido tanto pero, para quienes viven al día, su durísima realidad nos interpela con fuerza.
Me parece que el Poder, el Poder en general, sin discriminar por partidos, niveles u órganos de gobierno vuelve recurrente a viejas pautas autoritarias -y a veces corruptas- agravadas por la excepcionalidad de la situación. Elaboré mi propio Top Ten, pero imagino que cada uno puede sugerir el suyo.
7. Ciberpatrullaje. Dime qué opinas y te mandaré en canuta. La Ministra de Seguridad anunció operativos de ciberpatrullaje para que las fuerzas federales puedan generar “alertas tempranas de malhumor social”. Esa práctica viola la ley de inteligencia que prohíbe “obtener información, producir inteligencia o almacenar datos sobre personas por razones de raza, religión, opción política, pertenencia a organizaciones, etc.”, pero bueno, si hay emergencia todo se justifica.
6. Viejas estructuras corruptas: ¿Cuánto te puedo cobrar por unos fideos? Increíble el espectáculo de un Ministro de la Nación diciendo “se nos plantaron con el precio” refiriéndose al grupete de desgraciados que conforman la burocracia corrupta de intermediación en los precios de alimentos y que obligaron a pagar el 50% más de los precios sugeridos… ¡por el propio gobierno! El Presi se enojó y echaron a varios… que seguirán, según la información disponible, en otros cargos.
5. La ciencia a veces comete pequeños errores. A pesar de que tenemos un gobierno de científicos, la chingaron feo con los jubilados, beneficiarios de planes sociales y otras personas desasistidas que se lanzaron sobre los bancos tipo scrum de rugby un frío viernes de abril. El Presi se volvió a enojar pero no echó a nadie, creo que porque ya estaban echando por lo de los fideos.
4. Los legisladores se aburren. Pobres. Se aburren. No tienen nada que hacer. Cobran entre ellos y sus asesores y secretarios más de 300 lucas al mes. Y algo tienen que hacer. Entonces aparecen diputados que quieren mandar a la cárcel (¡y multar claro!) a quienes “difundieren, publicaren, propagaren o divulgaren, por cualquier medio, noticias falsas”. Ay mamita, ¿por qué joden a la gente? ¿en el ciberespacio ponerse a buscar qué es cierto y qué es falso? Y otros, aburridos claro, proponen que modificando un solo artículo de la constitución provincial nos limpiamos una cámara legislativa entera o que modificando un solo artículo nos limpiamos los concejos deliberantes, ¡y listo! Ay diosito ¿a qué hora termina la cuarentena?
3. Los filósofos del fin de época. Ay mamita, los más piores, mire vea, pero simpáticos. Profetizan el fin del capitalismo, el cambio de civilización y la emergencia del hombre nuevo, solidario, generoso, colaborativo, ecológico, amoroso. Leen a Zizek, Agamben, Borón o Naomi Klein. Me permito cierto escepticismo frente al fenómeno pero soñar no cuesta nada y tiempo es lo que sobra.
2. Boudou, mártir del macrismo oligarca y apátrida ¡libre al fin! El ex vicepresidente tiene varias condenas firmes en Tribunal Oral Federal y Casación Penal por sus delitos pero… su salud está en riesgo, pobre, así que conmovió a un juez que lo mandó a su casa. Libre al fin reclama ahora por los derechos humanos junto a Hebe.
1. Moyano nuestro San Martín vivo. El gremio de los camioneros, que conduce el inefable presi del rojo de Avellaneda, reinauguró un sanatorio que nunca jamás funcionó (¿leyó bien? nunca jamás) pero que fue inaugurado en 2009, en 2017 y en 2018 siempre previo apoyo y ayudas del Estado para terminarlo. ¿La cuarta será la vencida? Hay una causa por lavado de más de 200 millones por el tema. El Presidente lo fue a inaugurar y se deshizo en elogios al líder sindical.
En fin, creo que las ciudadanas y ciudadanos de este país estamos dando un ejemplo importante de conducta cívica y sacrificio y sería bueno que nuestros líderes nos estimulen con el ejemplo y no con la amenaza represiva. El mundo post crisis también lo reclama y lo sabrá valorar.
