TAMEN es una sociedad de hecho que trabaja con Almendra, Menta y las cachorras que reciben educación especial, Milka e Ipa. Las especialistas Jimena de Borbón y Noelia Echevarrieta* nos explican más sobre este abordaje que llevan adelante desde hace veinte años.
“Esta preparación nos ha permitido el conocimiento profundo de esta hermosa herramienta que utilizamos para cumplir nuestros objetivos: ayudar a mejorar la calidad de vida de quien lo necesite”, explican las creadoras de TAMEN (Terapia Asistida con Perros Mendoza). “Hace miles de años se formó una simbiosis en la relación humano-perro, donde se crearon vínculos de supervivencia: el perro ayuda al humano y éste es su proveedor de recursos de sustentabilidad”, comparte Jimena de Borbón.
Es por este vínculo histórico que el perro posee capacidades comunicativas interespecíficas mayores a las que presentan otras especies. Al hablar de animales que se comunican, las especialistas hacen referencia a seres vivos que comparten información sobre estados subjetivos (sentimientos, deseos, percepciones, proposiciones, pensamientos y similares) o que se refieren al mundo exterior (otros animales, alimento, rango social, relaciones, etc.)
“Muchas formas de comunicación, en el sentido de intercambio de información entre individuos animales, tienen lugar sin que el animal sea consciente de ello. Podría compararse con la percepción sensorial, que también se basa en los procesos de asimilación inconsciente”, agregan las mentoras de este programa de asistencia.
El perro es capaz de derivar energías y emociones para abrir canales de comunicación entre los hombres y con el propio animal. Mediante sus sonidos, movimientos y demás recursos no verbales, puede interpretar el estado de ánimo de las personas desarrollando un vínculo con el paciente, provocando que emerjan expresiones individuales. Se produce así un intercambio de energías dándole al paciente la posibilidad de reconocer y expresar emociones desconocidas.
“El perro acepta al hombre como es, sin prejuzgar, sin querer cambiarlo, ni intervenir en sus procesos, en consecuencia devuelve la propia imagen de quien esté a su lado. Es que los humanos construimos nuestra propia imagen a partir de la imagen que nos devuelven los demás”, apuntan desde TAMEN.
¿Qué es la intervención asistida con perros?
Una disciplina destinada a mejorar la calidad de vida de las personas beneficiando su funcionamiento físico, social, emocional, mental y cognitivo, con un abordaje ya profundizado científica y experimentalmente, donde interviene un perro o más. ¿Por qué el perro? “Porque es un animal que nos acepta tal como somos, sin prejuicios, de una fidelidad incondicional, que se conecta por lenguaje no verbal, que todos poseemos y que quizás se ve opacado por el lenguaje verbal de los humanos”, acota Jimena.
La terapia debe ser aplicada por una persona especializada en terapia asistida con perros, con objetivos entre los profesionales que intervienen en el tratamiento. Las sesiones son individuales de aproximadamente 30 o 45 minutos; el terapeuta especializado planifica cada sesión y realiza cada mes un informe de evolución. El perro debe ser seleccionado mediante los tests correspondientes, debe recibir un adiestramiento especial y ser certificado como perro de terapia asistida. El perro y el terapeuta son un binomio que tienen un vínculo especial que los lleva a tener un entendimiento único.
Actualmente TAMEN trabaja en Naranjito, Estimular y Dorado: centros de día que atienden pacientes con todo tipo de patologías.