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El Museo Fader reabre sus puertas

Después de 7 años, el 29 de noviembre, a las 20, se realizará la reapertura de uno de los grandes íconos de nuestra cultura. Fotos: Javier Gallar.

Tras un importantísimo trabajo de restauración, desarrollado por profesionales destacados a nivel local, nacional e internacional, dentro de muy pocos días se podrá volver a visitar el Museo Provincial de Bellas Artes Emiliano Guiñazú – Casa de Fader.

Restauradoras en la foto: Mariana Gilgan, Sol Von Wuthenau, Silvina Scalzi, Valentina Ruggiero (coordinadora técnica), Cristina Sonego (directora), Marcela Lucero, Giovanna Lombardo, Sofía Galdame. El equipo también lo integraron Rebeca Sarelli, Laura Villarreal, Azul Sayanca, Rosella Bione, Cecilia Shortrede, Carla Parisi, Jon Paredes, Carla Santilli y Enrique Testasseca.

Este espacio lleno de historias, en el que el pasado se une con la vanguardia y que posee una inmensa colección, recuperará su esplendor, para el disfrute de mendocinos y turistas. En 2012, el centro cultural cerró sus puertas, pero desde el próximo 29 de noviembre, a las 20, los amantes del arte se podrán reencontrar con esta joya mendocina.

El 3 de agosto de 2016, se anunció la inversión provincial para restaurar el simbólico espacio de arte de Luján de Cuyo. Luego de un estudio estructural minucioso, a cargo de un grupo de especialistas en estructuras de la Universidad Tecnológica Regional Mendoza, el Ceredetec (Centro Regional de Desarrollos Tecnológicos para la Construcción, Sismología e Ingeniería Sísmica), la Dirección de Patrimonio y Museos y el Ministerio de Infraestructura, se decidió conformar las bases para el proyecto de restauración.

“Nosotros llamamos a un concurso público a fines de 2018. Desde una mirada patrimonial entendimos que el proceso de trabajo sobre el Museo requería de un cuidado y de una protección específica y hasta científica por parte de la Secretaría de Cultura”, explica la asesora de gabinete Noelia Santino. “Con los fondos necesarios y un jurado idóneo para la selección de proyectos,finalmente la propuesta de Cristina Sonego quedó seleccionada. Ella presentó su equipo de trabajo integrado por mujeres y ha sido la directora de la restauración del Fader”, agrega.

El ícono

El Museo Provincial de Bellas Artes Emiliano Guiñazú – Casa de Fader, concebido para una función activa como cátedra de arte, cuenta con colecciones originales de importantes artistas provinciales, nacionales y con reproducciones de cuadros y esculturas del arte universal. Lleva el nombre del extraordinario artista plástico Fernando Fader, quien pintó los maravillosos murales del hall y de la piscina interna.

La casona donde funciona fue donada por doña Narcisa Araujo de Guiñazú en 1945 y transformada con una original concepción de museo-parque: trazado geométrico de cipreses que forman salas al aire libre para la exposición de esculturas.

Abrió finalmente sus puertas al público en 1951. En 1998, se declaran Bienes del Patrimonio de la Provincia de Mendoza el Edificio del Museo, su Parque y la obra de Fernando Fader, señal del reconocimiento oficial por el valor patrimonial que el museo tiene para la vida de Mendoza.

Se firmó la tercera etapa del proyecto

El proyecto de restauración fue estructurado en tres etapas, la primera consistió en tareas de consolidación del histórico edificio, que incluyó el recalce de muros, mediante la construcción de submuración bajo cimientos, hasta alcanzar suelo granular; la reparación de fisuras y grietas, mediante relleno adecuado; la vinculación en distintos niveles de los muros de mampostería, mediante perfiles; el refuerzo del muro de fachada; torreones y cubierta de losa de bovedillas y la construcción de cubierta para modificación de desagües pluviales.

En la segunda etapa, pronta a concluir y en inminente inauguración, se trabajó en la puesta en valor, conservación y restauración del conjunto murario existente en el Museo. Esta tarea, fue desarrollada por un equipo de 12 mujeres profesionales, encabezado por la experta mendocina Cristina Sonego. Este equipo fue seleccionado mediante un concurso público, del que participaron importantes profesionales.

Antes de comenzar a trabajar sobre la histórica casona, el plan de trabajo en el Museo Fader contempló un abordaje integral sobre las 1700 obras de arte con las que cuenta. Se categorizó y registró cada obra bidimensional y tridimensional, teniendo hoy un conocimiento detallado del estado de conservación que tiene cada cuadro y escultura, con la restauración preventiva de las mismas.

“Es interesante destacar que durante el proceso de trabajo se descubrieron elementos como murales, pinturas debajo de las paredes ya pintadas y columnas de hierro escondidas dentro de la fachada del Museo”, dice Noelia Santino. La tercera etapa, que ya cuenta con proyecto ejecutivo para llevar adelante, consiste en la recuperación de la vieja construcción, ubicada detrás del Museo. El objetivo es sumarla como parte del emblemático espacio de arte. Para ese fin, se trabaja desde una concepción más moderna, ya no en el sentido patrimonial, sino que este espacio contará con salas de restauración y de guarda, además de nuevas salas de arte.

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