El espacio de los libros del distrito fue una fiesta. Hubo encuentro, música, alegría, recuerdos y agradecimientos. El 19 de octubre se cumplieron 23 años de la creación de la Biblioteca de nuestro pueblo, por la iniciativa solidaria de Chela Cocucci y un grupo de vecinos. Su vida comenzó en la casa Mazzolari-Cerutti cedida en comodato, luego pasó a otro local prestado por Fiona Fleming, hasta que logró la actual casa propia, que fue adquirida a la familia Cruz con un subsidio del Senado de la Nación y remodelada por los arquitectos Javier Argumedo y Luciano Badino. Allí se desarrollan múltiples actividades para la comunidad.
Además del natural trabajo de préstamo de libros en sala y a domicilio, la Biblioteca es un lugar de encuentro, un pequeño y cálido centro cultural donde se multiplican cursos de toda índole, muestras, charlas y presentaciones de libros. Cumple tareas de servicio, ofreciendo clases de apoyo a niños de las escuelas de la zona, llevando con sus voluntarios libros y narraciones orales a escuelas, geriátricos y cárceles, o ayudando a sacar turnos para diferentes trámites.
El pasado viernes 18 de octubre, a las 20, se celebró el aniversario con la actuación del Coro Malbec, los Pajaritos de la Biblioteca, el dúo La Fragua y el grupo “A viva voz”.
El Coro Malbec está dirigido por Cecilia De Borbón y ensaya todos los martes en la Biblioteca, mientras que los Pajaritos son el grupo de niños del taller de canto -a cargo de Noelia Montiveros y Jésica Gomenza-. El Dúo La Fragua, integrado por Luciana Benítez Schaeffer y Verónica Barroso, juglaresas que interpretaron romances tradicionales y latinoamericanos, viajaron con la palabra a través de las diferentes culturas, en su espectáculo “De boca en boca”. Josué Parra, integrante del grupo de estudiantes de la Universidad Nacional de Cuyo “A viva voz”, narró una leyenda peruana acompañado por el charango de Verónica Barroso.
Texto: Nicolás Munilla