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Día del Escritor: ¿Para quién escribe quien escribe?

La escritora Raquel Aznar comparte su mirada sobre el trabajo silencioso y el diálogo imprevisto que el autor establece con su público.

La experiencia lectora surge tan propia en cada lector, que los pensamientos, intuiciones, evocaciones que conciernen a su mirada, a su proyección imaginativa, a veces inquietante, otras delirantes, trasciende en el  devenir de las historias contadas.

El 13 de junio fue el Día del Libro y del Escritor. La lectura nos remite y conduce al pensamiento en la proyección imaginativa sin aquietar las ansias y las búsquedas personales. De lectura y lectores mucho se puede decir y rastrear en experiencias individuales o espacios públicos.

La espontánea sensación de transferencia entre quien escribe y quien lee, nos insinúa las innumerables lecturas que pueden desprenderse de una misma obra. Un abanico de vivencias personales subyace en la intimidad que resguarda la literatura en su ávida condición emocional.

¿Para quién escribe el  escritor?

El mundo de las palabras, nuestro mundo, es abordado por la palabra literaria y su conspirada posibilidad interpretativa. Con insistencia, el autor presiente al lector desconocido.

“A veces pienso en un lector que se recueste en mi hombro y haga complicidad a mi lado”, decía Ernesto Sábato. Esta cercanía pareciera un deseo indispensable al  transferir el entramado existencial.

Sin dudas, el escritor narra la realidad que conoce o le inquieta y a partir de allí, llega a los conflictos de la condición humana. “Escribo sobre lo que me duele. Lo que no puedo resolver. Yo trabajo mucho como lectora cuando escribo”, sostiene Samanta Schweblin.

En este andamiaje de vínculos que absorbe el pacto lector, se enciende la maquinaria imaginativa que da rienda suelta a vivenciar y descifrar la trama que condensa la invención ficcional. Entonces, es aquí donde el lector se acerca al autor, posiblemente para sugerir tensión en la trama sin debilitar el argumento.

Es este un análisis muy breve que pretende dejar inquietudes y testimonios al momento de tener un libro a nuestro alcance. Deshojar las historias noveladas, deshilvanar los versos de un poemario, encierran una conversación interna que se escucha a sí misma liberando la espontaneidad interpretativa entre autor y quien la recibe.

Es posible entonces pensar para quiénes escriben los escritores.

Cada 13 de junio, en Argentina se recuerda el nacimiento del poeta, ensayista, periodista y político, Leopoldo Lugones, en cuya memoria se instituyó el Día del Escritor. Fundador y primer presidente de la Sociedad Argentina de Escritores, fue un precursor y un hombre clave en la configuración del canon literario argentino.

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