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Semana Mundial del Parto Respetado: “El poder de parir está en vos”

Este año, se apunta a visibilizar el derecho a que se respete la fisiología del nacimiento, sus procesos y sus tiempos, sin intervenciones innecesarias.

Por Sabrina S. Yañez – Doctora en Antropología e integrante de Alumbra

Desde hace ya 15 años, a mediados del mes de mayo se celebra la Semana Mundial del Parto Respetado (SMPR). Esta iniciativa surgió de la Asociación Francesa por el Parto Respetado y hoy en día convoca numerosas actividades de información y concientización en distintos países alrededor del globo. Cada año, se elige un lema para visibilizar algún aspecto de esta temática.

En ocasiones anteriores, algunos de los lemas han sido: “Respetemos los Tiempos del Nacimiento” (2006), “Por el derecho a elegir Dónde, Cómo y con Quién Parir” (2011), “Mi cuerpo, mi decisión, mi bebé” (2016), “Menos intervenciones, más cuidado” (2018). Para el 2019, el lema difundido es “El poder de parir está en vos. Que se respete la fisiología del nacimiento es tu derecho y el de tu bebé”. Es decir, que en esta edición de la SMPR el énfasis está puesto en la capacidad que tenemos las gestantes de parir, si nos dejan; es decir, si se respeta el proceso de nacimiento sin intervenciones innecesarias y con un acompañamiento personalizado.

¿De qué hablamos cuando nos referimos al parto respetado? En nuestro país, desde hace varios años contamos con legislación específica que define los derechos que nos amparan a la hora de dar a luz. En el 2004 se sancionó la Ley Nacional 25.929 de “Derechos de padres e hijos durante el proceso de nacimiento”, más conocida como ley de parto respetado. La misma establece, entre otras cosas, los siguientes derechos para las mujeres durante el embarazo, parto y postparto:

- a ser informada sobre las distintas intervenciones médicas que pudieren tener lugar durante esos procesos de manera que pueda optar libremente cuando existieren diferentes alternativas

- a ser tratada con respeto, y de modo individual y personalizado que le garantice la intimidad durante todo el proceso asistencial y tenga en consideración sus pautas culturales

- al parto natural, respetuoso de los tiempos biológico y psicológico

- a no ser sometida a ningún examen o intervención cuyo propósito sea de investigación, salvo consentimiento manifestado por escrito

- a estar acompañada por una persona de su confianza y elección durante todo el trabajo de parto, parto y postparto, cualquiera sea la vía de parto (vaginal o cesárea)

- a tener a su lado a su hijo/a durante la permanencia en el establecimiento sanitario, siempre que no requiera de cuidados especiales

También hay que destacar la Ley 26.485 de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales, sancionada en 2009, que reconoce a la violencia obstétrica como una modalidad específica de violencia contra las mujeres y la define como “aquella que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres, expresada en un trato deshumanizado, un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales, de conformidad con la Ley 25.929”.

A pesar de que han existido avances desde que contamos con esta legislación, los derechos durante el nacimiento siguen sin ser ampliamente difundidos y respetados por parte de las instituciones y los/as profesionales de la salud. Tenemos por delante mucho camino por transitar y la necesidad de cambios profundos en las instituciones, no solamente en cuanto a la sensibilización sobre estos temas, sino a una verdadera reestructuración del sistema de atención del parto y el nacimiento.

Una gran impulsora de los estudios sobre maternidad(es), la estadounidense Adrienne Rich, decía que cambiar la experiencia del parto significa cambiar la relación de las mujeres con el miedo y la sensación de vulnerabilidad e impotencia, superar la alienación de nuestros cuerpos y adquirir una noción de nuestro poder. Si pensamos en el lema de la SMPR de este año, el tipo de poder que Rich propone y que necesitamos para parir no es el que conocemos en nuestras sociedades, un poder que se ejerce sobre otras personas, sino el poder de transformación, poder sobre la propia vida, sobre el propio cuerpo. En este mismo sentido, y pensando en el momento en el que las criaturas llegan al mundo, Michel Odent, obstetra francés promotor del parto humanizado, asegura que para cambiar el mundo, hay que cambiar la forma de nacer. Ojalá podamos brindarles a las nuevas generaciones nacimientos cada vez más amorosos y respetuosos.

Para más información: http://alumbramza.wixsite.com/alumbra

Paula Festa es doula. En sus palabras, una doula es una mujer que se pone al servicio de otra, para acompañarla en su embarazo, trabajo de parto, parto y/o puerperio, sosteniendo, escuchando, facilitando lo que cada mujer, desde su singularidad, su historia, su situación emocional, necesite.

Consultada sobre el lema de la SMPR de este año y cómo se vincula con la función de una doula, nos dice: “Parir si nos dejan es la oportunidad de encontrarnos con el saber que tenemos las mujeres. Es un acto de amor y entrega absoluto, infinito. Es continuar más allá de todos los límites. Es seguir, cuando sentimos que ya no podemos. Una doula confía en el saber que tienen las mujeres para parir. Y les recuerda que ellas pueden, que ellas saben. Que hay que confiar, entregarse. Transitar, fluir, soltar. Mientras, le prepara un chocolate, pone música, sahúma, abraza, le canta…”

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