El Festival GRABA dejó grandes películas y un espacio que se consolida en el desarrollo de la industria audiovisual de Mendoza como referente regional.

Por Lic. Patricio Pina*

Acaba de concluir la tercera edición del Festival Audiovisual GRABA, organizado por la UNCuyo. Concluido un trabajo de seis meses y como parte del equipo de programadores -el mejor oficio del mundo, sin dudas-, no sólo queda el recuerdo de tardes y noches imborrables, sino de unas cuantas películas inolvidables y una certeza: los festivales de cine recrean y potencian la experiencia audiovisual mancomunada, el cruce de miradas, gustos y opiniones que rescatan del olvido del streaming solitario y compulsivo a algunos films que precisan y requieren (como los que siguen a continuación) el mimo de espectadores ávidos, de una pantalla grande, de la magia del silencio y la oscuridad de una sala.

LAS HEREDERAS. Chela y Chiquita son una pareja de mujeres maduras que debe desprenderse de apreciados objetos de su casa. Son damas de una clase social en descomposición, en un país habituado a los modos machistas. La película replica una mirada femenina que necesita liberarse y salir del closet impuesto por viejas y nuevas represiones para ampliar sus horizontes. Cuerpos y deseos reorientan su norte, a una edad poco usual para estas aventuras.

LA CASA LOBO. Primero secta creada por un ex nazi, luego centro de torturas pinochetista. Colonia Dignidad inspiró a Cristóbal León y Joaquín Cociña para hacer una relectura de cuentos infantiles en clave de pesadilla psicológica. Que sea un film de animación realizado por la técnica de stop – motion, que además no oculta su factura artesanal, es un hallazgo tan brillante como políticamente necesario: a veces solo el arte puede develar lo inenarrable. Y aquí lo hace como una proeza visual de creatividad apabullante.

BIXA TRAVESTY. Linn da Quebrada es una mujer trans negra que se autodenomina “marica travesti”. Y también es una artista musical del funk brasilero. Así, cuerpo, mente y música se funden para encarar una narrativa donde biologías fluidas e identidades mutantes desafían patrones sociales arcaicos y reaccionarios. El devenir político actual de Sudamérica hace de este documental una experiencia visual y sonora imprescindible.

EL ÁRBOL NEGRO. La comunidad Qom no suele tener más visibilidad masiva que un comentario al pie de las noticias sobre los pueblos originarios. Este documental se acerca con elegancia contemplativa tanto a las leyendas como a las problemáticas actuales de este pueblo en el noreste argentino. El film restablece visualmente el vínculo entre cielo y tierra que parece perdido ante la ausencia del árbol del título.

EL SILENCIO ES UN CUERPO QUE CAE. El padre de la directora lo grababa todo. Con estas home – movies, Agustina Comedi reconstruye una faceta desconocida de la vida de su padre, iluminando a la vez zonas poco visibles de nuestra historia (homosexualidad y SIDA, en cruce con la militancia de izquierda). Trabajando con aquellas imágenes encontradas, Comedi completa el pasado familiar para entender mejor un presente que, en más de un sentido, es también el nuestro.

*Junto a Claudia Nazar brindan un taller de cine en la Biblioteca Popular de Chacras de Coria, todos los sábados a las 18 hs.