Archivo | enero 9th, 2019

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Cine: Maratón de series en los ’60

Segunda parte de un recorrido por producciones televisivas que marcaron una época con historias que nos mantuvieron prendidos a la pantalla.


Por Lic. Patricio Pina*

Si creemos vivir en el paraíso de las series, basta viajar en el tiempo para notar que antes, aunque la oferta era infinitamente menor,  teníamos de sobra para ser felices. Sigamos recordando (o descubriendo) momentos inolvidables frente a nuestros  televisores.

“Los Locos Addams”. Aunque contemporánea a otras familias modélicas, que trasladaban juguetonamente el optimista american way of life de los sesenta a otras épocas (las sitcom animadas Los Picapiedras y Los Supersónicos), Los Locos Addams hacen la diferencia por varias razones.

El riguroso blanco y negro es un adecuado gesto retro – pop que acompaña al estilo decimonónico de la mansión familiar y, sobre todo, remite sin rupturas al cine de terror clásico de los ‘30. Este mundo tenebroso, absorbido y regurgitado en el cine de los ’60, encuentra en la TV su parodia más eficaz y perfecta, incorporando sus tics a un adorable clima familiar.

En ese contexto, la planta carnívora, el Tío Cosa, Largo y el gran Dedos eran vistos como excentricidades de gente rica por el resto de los personajes incidentales de la serie, un bello delirio de un mundo de ficción que ridiculizaba cualquier intento de racionalización, un tiempo que ya no volverá porque su inocencia murió hace rato. Recordar su jingle de presentación siempre me arranca una sonrisa.

“Los invasores”. Al comenzar cada capítulo, una voz en off resumía los hechos con precisión dramática: “Los invasores. Seres extraños de un planeta que se extingue. Destino: la Tierra. Propósito: adueñarse de ella. David Vincent los ha visto. Para él, todo empezó una noche en un camino solitario, cuando buscaba un atajo que nunca encontró (…)”.

Fines de los ‘60: la Guerra Fría como contexto geopolítico, los malos son iguales a nosotros (¡aunque no pueden doblar el dedo meñique!) y David Vincent es el único que sabe la verdad. Antes de que la paranoia fuera una constante en las series, “Los invasores” la llevaron al lugar más alto con recursos escasos y el anticomunismo como aliado.

“Misión imposible”. Antes de que Tom Cruise llevara este asunto a la pantalla grande, hubo un cassette que humeando se autodestruía en cinco segundos, un fósforo que relampagueaba y una mecha encendida que siseaba hasta fundirse con la genial creación musical de Lalo Schifrin. Toda esa secuencia inicial dejaba planteada una situación compleja, a priori imposible de resolver en un tiempo acotado. La mecha, al encenderse, ponía en marcha una suerte de cuenta regresiva que debía ser detenida, la inminencia de un final destructivo que funcionaba como un thriller contrarreloj. Siempre el sabio Peter Graves coordinaba todo y, comparada con la actualidad, la escasez de recursos tecnológicos en aquellos años potenciaba las fichas del factor humano, otro punto que me acercaba a aquellas retorcidas aventuras.

¡Feliz año!

*El autor es Rector de la Escuela Regional Cuyo de Cine y Video.

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Pasado entrañable: Los surtidores de Chacras -->

Pasado entrañable: Los surtidores de Chacras

El ingeniero agrónomo José Guillermo García Sáez indaga sobre estos elementos urbanos con fines utilitarios. ¿Dónde se encuentran los surtidores de las siguientes fotos?

Queremos recordar la historia de los surtidores de agua, medio por el cual recibíamos la famosa “agua del Río Blanco”, que durante muchos años se convirtió en un lema que nos identificaba  a  los “chacrenses”. Por su calidad, se utilizaba para beber y cocinar. Para el resto de las necesidades de la casa,  se utilizaba la que se aclaraba en piletas que recibían el agua de riego a través de las acequias.

El ir a buscar agua a los surtidores era una actividad cotidiana de las familias. Era el lugar de encuentro obligado, en el que los vecinos hacían largas colas para llenar las damajuanas o cacerolas, los jóvenes de entonces se refrescaban después de los partidos de fútbol callejeros, o llenaban las bombitas en época  de carnaval.

Hoy el tiempo ha pasado y queda funcionando uno solo como testigo de esa historia, en la esquina de Almirante Brown y Viamonte. Otros dos abandonados, uno en calle Los Ranchos y otro en Mitre, antes de la Estación del ferrocarril. Desaparecieron los que estaban ubicados en la esquina de Mitre y Newbvery, y en calle Liniers sobre el costado norte de la actual Delegación Municipal, que fueron destruidos.

Nos preguntamos si no valdría la pena volver a reactivarlos, como una manera de rescatar parte de la historia de nuestro pueblo y a la vez saciar la sed de muchos habitantes, que mantienen el hábito de salir a caminar, además de convertirse en motivo de atracción para los turistas que nos visitan.

Es interesante destacar que en muchas ciudades con historia de Europa los surtidores forman parte de su tradición y prestan utilidad como tales.

Antiguo surtidor de agua.

Antiguo surtidor de agua.

Surtidor en funcionamiento: ¿Dónde carga el agua este vecino?

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