Muchos recordarán con una sonrisa latente, aquel 10 de diciembre de 1983 en que se reinstauró el gobierno del pueblo luego de años de una cruenta dictadura y tras la histórica elección del 31 de octubre de ese año, cuando Raúl Alfonsín ganó la elección con 7.659.530 votos, el 52 por ciento.
En su primer discurso, el mandatario prometió la inmediata derogación de la ley de autonomía, con la que los militares pretendían eludir sus responsabilidades y le aseguró a los argentinos que se haría justicia durante su mandato. “Hay muchos problemas que no podrán solucionarse de inmediato, pero hoy ha terminado la inmoralidad pública. Vamos a hacer un gobierno decente. Ayer pudo existir un país desesperanzado, lúgubre y descreído. Hoy convocamos a los argentinos no solamente en el nombre de la legitimidad de origen del gobierno democrático, sino también del sentimiento ético que sostiene a esa legitimidad”, remarcó Alfonsín en su discurso de 58 minutos.