Archivo | agosto 23rd, 2018

Chiara Singarella: Una promesa de 14 años -->

Chiara Singarella: Una promesa de 14 años

La lujanina integró la Selección Argentina Sub 20 en los Juegos Odesur 2018. Es nieta de Ramón Alberto Sacaba, para muchos el mejor arquero Granate de todos los tiempos.


Por José Félix Suárez – Especial para Correveidile

Una expresiva sonrisa acompañó el relato de Chiara Pilar Singarella Sacaba cuando compartió su experiencia en los Juegos Suramericanos Odesur 2018, que se desarrollaron entre el 27 de mayo y el 5 de junio en Cochabamba, Bolivia. Chiara integró el plantel de la Selección Nacional Femenina Sub 20, que con cuatro unidades se clasificó en el quinto lugar detrás de Paraguay, Colombia, Ecuador y Chile, mientras que el equipo local ocupó el último puesto.

La lujanina llegó a la Selección Nacional convocada por el entrenador Carlos Borello, quien quedó impresionado al verla jugar en la preselección realizada en Ezeiza, de la que también participó su compañera Camila Aballay, arquera de Las Pumas, que no resultó citada.  

Chiara es nieta de Ramón Alberto Sacaba, el arquero que brilló en Luján Sport Club en las décadas del 50 y del 60 y al que se considera el mejor de todos los tiempos. Así es como desde niña heredó de su abuelo la pasión por el juego, hoy convertida en una  promesa a los 14 años de edad.

Desde su posición de volante ofensiva, la joven defiende los colores de Las Pumas en el torneo de la Liga Mendocina. Pero no sólo patea la pelota porque también practica balonmano en la división  cadetas de la UNCuyo y en 2017 formó parte junto a Giuliana Zafarana, Candela Strazón y Abril Pereyra, del Seleccionado Argentino, campeón sudamericano de ese deporte.

Nuevos sueños

Admiradora de Gimena Blanco, que juega en la Fiorentina de Italia, Chiara actuó en el Sudamericano de Ecuador y en la Sub 17 que tuvo lugar en San Juan. Sus logros alcanzados están ligados a su gran amor por la pelota, como comentó a CORREVEIDILE su abuela Pastora, quien además agregó que es una excelente alumna del colegio Santa María Goretti, donde cursa el segundo año del secundario.

“Nunca imaginé que sería convocada junto a chicas que son más grandes que yo. Lo tomé con mucha confianza y una gran  seguridad, convencida de que podía demostrar mis condiciones para quedar en el grupo que viajó a Bolivia. Resultó  algo hermoso para mí. Mis nuevas compañeras me recibieron de la mejor manera y pude compartir con jugadoras del nivel de Yamila Rodríguez y Rocío Correa, por citar a dos de nuestras grandes goleadoras. Teníamos muchas esperanzas y empezamos de la mejor manera pero después dos apretadas derrotas contra Colombia y Ecuador nos dejaron sin chances. Luego vino el empate con Chile y la caída ante Paraguay, que resultó”, compartió.

“Más allá de los resultados y de la posición final siento que ha sido una gran experiencia, por lo que puedo mirar con ilusión y optimismo el futuro que me espera. Sé que tengo mucho por aprender y progresar, pero a veces me imagino jugando en el exterior. Si tuviera que elegir me gustaría hacerlo en Estados Unidos o en el Barcelona de España. Tengo sueños como cualquier persona de mi edad, pero con los pies sobre la tierra. Voy mejorando cada día, me cuido, entreno fuerte y sigo los consejos de mis padres: Mauricio y Claudia, y de mis profesores”. Palabras de Chiara Pilar Singarella Sacaba, la lujanina que es la nueva cara del fútbol femenino en la provincia. Como para que el abuelo Ramón, aquel grande del arco, se sienta cada día más orgulloso.

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Vinos: Cata, degustación y análisis sensorial -->

Vinos: Cata, degustación y análisis sensorial

Por Silvia Avagnina

A través de los sentidos podemos decidir sobre las cualidades de un vino. Lo importante es tener en cuenta algunos pasos fundamentales y conocer el vocabulario adecuado para hacer una descripción.

Cata: Considera al vino en todos sus aspectos -precio, botella, etiqueta, copa, lugar, luz, temperatura, evocación, subjetividad-. Es lo que hace el consumidor habitualmente, dando una opinión respecto al tipo, la calidad, las características.

Degustación: Describe y opina acerca del vino. Hace referencia a sus descriptores y está a cargo de expertos.

Análisis sensorial: Mide la intensidad de los descriptores organolépticos del vino. Utiliza jurados, un ambiente normalizado y pruebas codificadas analizadas por la ciencia estadística. Por medio del análisis sensorial, apreciamos la suma de las percepciones a través de los sentidos. La degustación invita a valorar la calidad de un vino y a conocer mejor su identidad, es una práctica contra la degradación de los sentidos. Permite rescatar las facultades sensoriales debilitadas por nuestra vida cotidiana, nos hace perceptivos y nos sensibiliza para apreciar, describir y comunicar los descubrimientos cuyos resultados somos capaces de juzgar.

La degustación: ¿Qué es? ¿Para qué sirve?

No se puede apreciar un vino si no se tienen mínimos conocimientos acerca de la degustación. Todos estamos capacitados para degustar, sólo que debemos entrenar nuestros sentidos, como un deportista se prepara para competir en su especialidad. No existe ningún equipo científico de medición capaz de detectar ciertas sensaciones fácilmente captadas por el hombre. Su aparato de percepción es de gran precisión, sensible y el más perfeccionado de todos.

Mecanismos utilizados

Son principalmente neurofisiológicos y psicológicos. Los órganos fundamentales para el análisis sensorial son los de los sentidos, capaces de percibir los estímulos sensoriales que emiten una gran parte de los más de 400 componentes que existen en el vino. Estas múltiples sustancias que se encuentran naturalmente en el vino estimulan las terminaciones sensibles de las células nerviosas (neuronas) y producen una “sensación”. Estas sensaciones se reúnen y sintetizan en zonas específicas del cerebro, que las evalúa y codifica. Son comparadas con otras que ya conoce el degustador y que tiene memorizadas. Si se trata de una sensación desconocida, no puede ser interpretada y pasa desapercibida o la confunde con otra. Si el cerebro la reconoce, se produce lo que se llama “percepción”, es decir, la interpretación real.

Tipos de degustación

Existen diferentes tipos y lo que tienen en común es la necesidad de conocer y entrenar los sentidos.

Del aficionado: el degustador busca un mejor conocimiento de los vinos y por lo tanto una mejor apreciación de los mismos. Su interés es llegar a diferenciar vinos entre sí y posteriormente identificarlos.

Comercial: interesa conocer el valor comercial del producto, su posible adaptación al gusto de los consumidores y su calidad en comparación con otros vinos.

Técnica: necesita una degustación analítica que permita conocer la composición del vino y poder seguir su desarrollo, conservación y crianza y controlar su calidad. El enólogo realiza una permanente búsqueda de posibles defectos con intención de mejorar el producto.

Dificultades que se presentan en una degustación

El lugar, la luz, la hora, los ruidos, entre otros, influyen sobre las condiciones de la degustación. Es importante el estado de salud y de ánimo del degustador. Es necesario un cierto entrenamiento de los sentidos. Es difícil codificar el vocabulario del catador. Se debe tener en cuenta la gran variedad de vinos que existe en el mundo.

Para interpretar un vino no hace falta ser un profesional, sino apreciarlo dentro de algunos parámetros que nos permitan señalar sus cualidades y defectos. Para ello es necesario tener una base de conocimientos, realizar ciertas técnicas y mucha práctica. Un curso nos brindará bases para enseñarnos a catar un vino, también información como las técnicas de elaboración, cómo interpretar una etiqueta o servir una botella. La mejor forma de aprender es probar y probar, poniendo en ello toda nuestra atención.

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Historias del Pago: Unas chacras llamadas “de Coria” -->

Historias del Pago: Unas chacras llamadas “de Coria”

Por Carlos Campana

Se cree que antes de la llegada de los españoles a estas tierras, los incas se establecieron muy cerca de Chacras.

Recién en 1568 -siete años después de la llegada del conquistador Pedro del Castillo- se inició la historia de este lugar, con el casamiento de Juan de Coria Bohórquez, un español nacido en el pueblo de Utrera (Sevilla) que llegó a América a los 18 años y acompañó la expedición del licenciado Juan Vadillo en el norte de Colombia y otras partes de Centroamérica, para luego establecerse en Mendoza.

Don Juan se casó con Beatriz Yánez Palma. Esta pareja tuvo nueve hijos. Lo cierto es que las Chacras tuvieron origen en una Merced Real que otorgó a uno de los hijos, Juan Hilario Coria Yánez, las tierras denominadas por los indígenas como Lanyení (hondonada).

Con el tiempo, varios de estos descendientes tomaron posesión de esos terrenos y ocuparon importantes puestos dentro del Cabildo de Cuyo.

Durante el siglo XVIII, las tierras de “los Coria” se fueron sumando, y sus límites alcanzaron del zanjón a unas leguas de la Precordillera y del Río Mendoza a Godoy Cruz.

Fue a mediados de 1700 que las Chacras lograron su mayor esplendor ya que allí se plantaron viñas, alfalfares, otros cereales y árboles frutales. También la ganadería ocupó un papel preponderante que tuvo gran incidencia dentro del mercado interno a través del abastecimiento para la Ciudad.

Gracias a la construcción de acequias, el agua fue un factor preponderante para el desarrollo de la hacienda de los Coria y con este aprovechamiento del recurso vital, se construyó un molino denominado “de Godoy”, propiedad de don Andrés Godoy, quien utilizó la fuerza hídrica para la molienda de cereales y su posterior elaboración de harinas para el consumo de la población.

Una hacienda progresista

A principios del siglo XIX, los terrenos de los descendientes de Coria se extendieron aún más y en épocas de la Revolución de Mayo, la chacra contaba con una población de 180 habitantes y una treintena de casas.

A eso había que agregarle más de un centenar de personas que se encontraban en tierras que actualmente pertenecen al departamento de Godoy Cruz.

También por aquel tiempo existía un camino que pasaba por algunas casas de las chacras y conectaba con el sur hacia el Valle de Uco.

Así se inició un proceso de crecimiento de importancia, no solamente en lo cerealero, sino también en la incipiente industria vitivinícola.

Además, en las primeras décadas de ese siglo, la ganadería de Chacras creció a tal punto que se exportó por varios años ganado vacuno a Chile por el camino principal de la Cordillera -actual Ruta Internacional 7- denominado “de la Cumbre” o “de Uspallata” y otro hacia el sur por el paso del Portillo.

Faltaba más de un siglo para que Chacras de Coria se erigiera como la conocemos hoy… pero eso es otra historia.

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