Por Laura Hart
Frente al crecimiento poblacional que Chacras y Vistalba han tenido en los últimos tiempos, es lógico que se presenten cambios; transformaciones que apuntan a dar fluidez a la vida cotidiana de los pobladores. Los barrios se suman, y se multiplican las personas, las actividades comerciales, educativas, los establecimientos y los vehículos, por lo que es indispensable renovar las vías de circulación.
Sin embargo hay cambios nocivos y crecimientos mal encaminados. Hay acciones transformadoras que más que beneficiosas pueden llegar a ser nefastas.
Los espacios públicos no son tema menor sino el reflejo de la cultura de la comunidad, el escenario del día a día de los habitantes, el paisaje que por ser el mismo de los antepasados constituye buena parte de nuestra memoria colectiva.
Por eso los cambios en vialidad deben ser hechos considerando todos los aspectos. No sólo los de circulación. Deberían resguardarse, por ejemplo, las arboledas añosas, los sitios patrimoniales, las acequias y todo aquello que forme parte de la historia del lugar además de la estética que caracterizan los rincones de esta zona y que son tan preciados por los lugareños y los que nos visitan.
Esto me lleva a pensar y a escribir proponiendo reflexiones de cómo será ese proyecto que se piensa para la calle Almirante Brown. Se habla de un bulevar… ¿Será necesario? ¿A qué costo? ¿Se perderán los viejos álamos, parte de la casa de los perros, la acequia, el ambiente solariego y rural de esa calle emblemática? ¿Será necesario cambiar y transformar hasta desfigurarla por completo? Es cierto que los vecinos sufren el polvo que los autos levantan… ¿Se podrá, quizás, asfaltar solamente sin cambiar su entorno paisajístico?
Recordemos que las cosas distintivas de ciertos lugares son las que le dan valor. ¿Qué sería de Mendoza sin los álamos centenarios, las acequias y los canales, las compuertas de riego, las cortaderas, los túneles formados por la copa de los árboles en las rutas y las calles? Perderíamos nuestra identidad lugareña.
Sería como pensar a Buenos Aires sin el barrio de La Boca o a Bariloche sin el Lago Nahuel Huapi… Paris sin la Torre Eifel o Florida sin sus bulevares con palmeras.
Sería como haciendo una exagerada pero válida comparación, echar abajo al Cabildo de Buenos Aires por estar fuera de la línea de edificación.
Creo que a veces las transformaciones y los cambios en espacios públicos son también una forma de instaurar una impronta que, más que una obra útil y bien pensada para la gente termina siendo los símbolos, marcas y colores del poder con los que el gobierno busca quedar identificado.
Sería muy bueno, en mi opinión, que se reconsidere el proyecto para la “modernización” de nuestra querida calle Almirante Brown, así como también se conserven las zonas residenciales en la condición de tal, evitando actividades que atentan contra la vida tranquila que hemos elegido para vivir en Chacras de Coria y Vistalba.