Además de sus proyectos con las formaciones Argento y Trébol, está a cargo de un programa donde los adolescentes son los protagonistas.
Antes de regresar a Mendoza, la violonchelista -y psicoanalista- Lilian Giubetich residió diez años en Europa, a donde viajó un tanto motivada con romper los límites de la música clásica. En busca de abrir puertas a terrenos desconocidos ligados a lo experimental, compartió junto a su pareja, el guitarrista Luciano Pietrafesa una aventura que tradujo ya de vuelta en la provincia, en nuevos proyectos.
Argento es uno de ellos, el dúo que ambos conforman y que se destaca por presentaciones donde lo ambiental, las capas de sonido y la incorporación de nuevas disciplinas son parte de la propuesta. También Trébol, la agrupación de cellos que completan Noelia Pavez, Lelé Bengolea y Gabriela Guembe.
Desde los cinco años, Lilian toca el piano y se conecta casi a diario con la música. Dio sus primeros pasos durante su infancia en Cipolletti, Río Negro, y continuó su formación en Mendoza guiada por el maestro Néstor Longo y ya con el cello como hermano instrumento. “El cello es cercano a la voz humana e implica un contacto muy fuerte, una vibración directa. Su sonido profundo impacta sobre el cuerpo. Tener conexión con la música es una suerte y un privilegio para mí, es un canal abierto a lo no racional y eso es maravilloso”, dice.
Aprender con la música
Desde hace un año, Giubetich coordina el Programa Provincial de Coros y Orquestas Infantiles y Juveniles, una tarea que transforma caminos e invita a los chicos de zonas alejadas a encontrar espacios de convergencia artística. De este modo se estimula el contacto entre los estudiantes a través de la música y ya son 20 las escuelas que cuentan con su formación, una de ellas en Luján de Cuyo.
“El Programa funciona en lugares rurales y urbano marginales y si bien no es muy conocido lo que se hace, es fundamental posibilitar que chicos que no tienen muchas opciones puedan tocar en una orquesta. En Luján existe un coro en la triple frontera en la Escuela Profesores Mendocinos y la intención es abrir algo más. La idea es que surjan núcleos en sitios inaccesibles. Esto representa una oportunidad, un lugar de pertenencia y una herramienta para transitar de otro modo la etapa escolar”.
Todos conmovidos
Recientemente la Orquesta de Las Fincas, integrada por alumnos de la secundaria César Milstein, de El Vergel, tocó junto a Fernando Ruiz Díaz, líder de Catupecu Machu. Fue en el Plus+Arte, la propuesta experimental y artística que coordina Gabriela Nafissi en la Bodega Monteviejo previo a la realización del Wine Rock.