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Liliana Bodoc: El recuerdo a una querida maga de las letras

Su paso por Luján de Cuyo y algunas vivencias personales son las que comparten Raquel Azanar y Rosa Ruiz Huidobro, de la Biblioteca Popular Alberdi.

Y la magia se coló por la ventana*

Lo que me queda de ella es su sonrisa y el carisma que la caracterizaba en cada charla.

Pasó por la Alberdi en varias oportunidades, pero hoy quiero recordar y contarles sobre una fría noche de mayo que en conmemoración del 104° aniversario de la institución nos regaló una noche inolvidable.

A “la Liliana”, como decimos los mendocinos, la conocí a través de Adriana Correa, una socia, lectora y escritora relacionada con la Alberdi desde hace muchos años; desde ese momento formó parte de la vida lectora de la biblioteca, porque sus libros fueron y son de los más leídos por el público joven.

Vuelvo a la noche fría de mayo: Liliana y la sala de lectura llena, durante casi dos horas nos contó sobre su infancia, su familia, la docencia, la decisión de escribir y nos llevó por sus mundos reales y fantásticos.

Una mujer simple, una trabajadora con la ternura intacta de la niña que fue. Aquella charla con Liliana abrió otras puertas y nos habló de mitos y leyendas que supo recrear para los que habitamos la América.

Precursora de la Literatura Fantástica Latinoamericana, nos dijo que dicho género siempre fue de otros lares y que para ella fue un gran desafío. La pluma de Liliana, esa noche, comenzó a escribir dedicatorias y nombres en las portadas, conversó con cada lector que se acercaba, los libros desfilaban por sus manos, las fotos con sus lectores, las risas, el disfrute de un momento inolvidable.

La magia entró por la ventana, la calidez de los aplausos aún retumban en la sala, pero no alcanzan para el frío que dejó su partida.

Muchas páginas dejó escritas, muchos libros autografiados; pero aquella noche, nos dejó la mejor de las caricias para un corazón lector.

*Rosa Ruiz Huidobro, directora de la Biblioteca Alberdi

Un hasta siempre, Maestra*

Liliana Bodoc, en su pasar por la Casa Grande de los Libros de Luján de Cuyo, despilfarró por doquier la poética de su decir ante los lectores, que abigarrados en la Sala de Lectura, supieron de su cercanía, de su piel revestida de palabras. La participación de los jóvenes fue efusiva, alentadora, un espejo de lo que fue capaz de transmitir y provocar en la lectura de sus obras. Una maestra de la vida literaria.

Una persona luminosa, la designan, y sin dudas su luz se hace memoria, descuelga en la imaginación un torrente de verdades, de designios. Decía y hacía presentir que la escritura no tiene que ver con la inspiración, se busca y a veces se encuentra.

Su vida de búsqueda ancestral, mítica, épica nos encontrará siempre en la historia que nos remite y compromete.

*Por Raquel Aznar, presidenta de la comisión de la Biblioteca Popular Alberdi

Liliana Bodoc en la Alberdi. Foto de Valentina Mazziero

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