Archivo | enero 30th, 2018

Receta del día: Tarta de cebollas tibia con ensalada -->

Receta del día: Tarta de cebollas tibia con ensalada

Compartimos este riquísimo plato del chef cordobés Pedro Lambertini, que va muy bien acompañado de ensaladas frescas. Para el día o la noche, un menú tan rico como liviano. Del FB de Pedro Lambertini.

“La tarta de cebollas tibia con ensalada de tomate y orégano es la comida más sentadora, versátil y nostálgica porque me recuerda a las tartas que mi madre nos hacía de chicos. Además, se puede comer a cualquier hora del día hasta para un “brunch” de domingo. Rellenar un molde de 24 cm forrado con una masa básica blanca precocida, con: 4 huevos de campo, 300 g de queso crema, 5 cebollas grandes cortadas en pluma y rehogadas en aceite de oliva, sal, pimienta, tomillo fresco, 100 g de parmesano rallado y un puñado de arvejas (que a todo le dan esa entidad de “alimento”). Cocinar en horno precalentado a 160 grados hasta que esté firme y dorada. La ensalada tiene tomate, vinagre de vino, orégano fresco, aceite de oliva virgen extra, sal y pimienta”.

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Buenos vecinos: Patricio Barroso, el fotógrafo del pueblo -->

Buenos vecinos: Patricio Barroso, el fotógrafo del pueblo

Durante décadas este vecino ha retratado los eventos sociales de Chacras de Coria.

Patricio Barroso hace la tarea. De una semana a la otra reúne algunas fotografías que guarda de la Chacras de Coria de antaño: la calle Italia una mañana de setiembre de 1985, donde aparece su hija caminando con un pan bajo el brazo; la casa de Nicolino Locche en la calle Pueyrredón, donde el campeón mundial posa junto a unos fanáticos; un grupo de jóvenes durante su primera comunión en 1981 abrazados al padre Jorge Roque Barrera y el aluvión que hubo en el pueblo el 4 de enero de 1970. También una imagen de su mujer y sus dos hijos en el Hotel de Potrerillos, durante el mundial de 1978, junto a un jugador holandés “famoso”, del que no recuerda el nombre.

Patricio y Perla, una pareja de buenos compañeros.

Patricio Barroso fue en algún momento el fotógrafo de las reuniones sociales del pueblo. Por sus ojos pasaron momentos inolvidables para sus protagonistas: cumpleaños, bautismos, fiestas de 15, casamientos, comuniones y cuanto festejo hubo en una época en la que las familias no tenían cámara y las imágenes eran en blanco y negro. A sus 26 años, Barroso conoció Chacras de Coria en el momento en que su noviazgo con Norma Málfere se consolidó.

“Sigo de novio”, dice el compañero de “Perla”, nacida y criada en este terruño, ama de casa. Se conocieron en la Avenida San Martín, “caminando”. Luego de tres años de relación se casaron en los años ’70 en Carrodilla, con una fiesta en la casa de sus suegros, en la calle Italia. Allí vivieron los primeros años de matrimonio, hasta que compraron la vivienda de la ex calle 6 de setiembre, hoy Roberto de la Motta, donde aún residen. La primera vez que pisó Chacras, comparte, fue a bordo de un colectivo de la empresa TAC. “Recuerdo los árboles cortaditos, los troncos pintados de blanco y sentí que habíamos demorado un día en llegar desde el centro hasta acá”.

Aunque en un principio el lugar mucho no le gustó, con el tiempo Patricio encontró la magia de vivir en este pueblo. El paisaje era muy distinto, en todo sentido, al actual: sin teléfono -ni fijo ni celular-, sin cloacas ni gas ni luminaria. “Antes me gustaba más, era más tranquilo, olía a flores y venían los pajaritos. Hoy vivimos encerrados por el progreso y las construcciones”.

Barroso nació en la Ciudad de Mendoza en una familia de “gente de trabajo”. Con el traslado de su padre a Buenos Aires se mudó junto a su madre y sus tres hermanos; a los 12 años empezó a trabajar en una papelería en el armado de cajas de cartón corrugado. Más tarde ingresó en una fábrica de transformadores, donde tuvo su primer contacto con la fotografía gracias a que el dueño del lugar tenía una casa y un laboratorio de revelado. “No tiene fin la fotografía, podés mostrar tantas cosas…”

En 1965 Patricio regresó a la provincia y conoció al dueño de una casa de fotografías en la Galería Kolton: “Por intermedio de ellos empecé a hacer Sociales en cumpleaños y casamientos”. Con su cámara Yashica iba para todos lados; fue colaborador del Diario Mendoza, donde realizó coberturas deportivas, especialmente de fútbol; y se adentró en los eventos de los nativos de Chacras, incluidas las actividades que tenían lugar en la Escuela Teresa O´Connor, hasta que llegó la foto a color.

Cuando conoció al fotógrafo Atilio Spinello, Patricio recuerda que su colega le pedía que por favor le acercara los rollos para practicar en su laboratorio. En su casa de la calle Roberto de la Motta, además, hacía fotos carnet, al tiempo que siguió desempeñándose en una fábrica de transformadores, donde se dedicó al armado de dispositivos de baja, media y alta tensión.

Desde la aparición de la fotografía digital, Patricio Barroso ya no saca fotos: “Antes el único que lo hacía era justamente el fotógrafo; hoy cualquiera tiene una cámara a mano. Económicamente dejó de ser un negocio para mí, aunque es mi pasión”, reconoce. Barroso se jubiló en EDEMSA en el 2004 y continuó realizando algunos trabajos de plomería y gas. Desde 1986, este hombre laborioso y comprometido integra además el Sindicato de Luz y Fuerza de Mendoza, donde opera en favor de los jubilados y pensionados.

La calle Italia de antaño. La esquina con calle 6 de setiembre -hoy Roberto de la Motta- donde ahora se encuentra la farmacia Los Pinos. Camina con un pan bajo el brazo, la hija de Patricio Barroso, autor de la foto.

El día del aluvión, 4 de enero de 1970. En esa esquina, intersección con las vías, hoy está el kiosco La Tranquera.

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