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Mary Loza: Una vecina comprometida con la niñez

Desde hace casi tres décadas coordina el Jardín Maternal y el Centro de Apoyo Escolar Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Junto a un grupo activo y comprometido de mujeres, algunas de ellas, madres, reciben, contienen, cuidan y alimentan a muchos niños en situaciones delicadas que viven en Chacras de Coria.


Por Andrea Calderón

Voluntaria de lunes a viernes de 8 a 14, aunque comprometida todo el día, Mary Loza asume esta misión con la realidad, la de los niños que asisten a diario al Jardín Maternal Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, desde hace casi 30 años. Con su vida puesta un poco allí y junto a un equipo de mujeres, trabaja en la amorosa tarea de acompañar a decenas de pequeños que cada mañana concurren al lugar. “Además esta tarea requiere de un esfuerzo extra que consiste en visitar socios, mantener el espacio y buscar recursos”, comparte. “También tengo mi casa, mi familia, mis temas que resolver”, dice.

La labor del Jardín Maternal es sostenida por la ONG Asociación Cooperadora Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, de la que Mary es representante legal. El nombre obedece a que en sus inicios, el proyecto tuvo su sede en la Parroquia de Chacras de Coria. “El fin es cuidar a los niños, que tengan un lugar donde puedan educarse, recibir alimentación y formarse como personas mientras sus padres trabajan”, explica. Esos chicos, muchos de ellos, que antes quedaban al cuidado de vecinos, hermanitos o inclusive solos, encontraron y encuentran en la Asociación, un espacio seguro.

Pequeños del Valle Encantado, hijos de inmigrantes peruanos o bolivianos alejados de sus familias, madres en contextos difíciles son algunas de las situaciones por las cuales los menores llegan al espacio de la calle Italia. “La idea es proteger a esos niños, cuidarlos mientras sus padres trabajan y estar al tanto de su salud”, explica Mary. Luego de una entrevista y de una previa evaluación, ingresan quienes lo necesitan con más urgencia.

Al Jardín Maternal asisten niños de 1,2 y 3 años mientras que al Centro de Apoyo, alumnos de 1º a 4º grado. En total 147 bebés, nenes y nenas conforman la comunidad a la que se dirige la Asociación. Desayuno, almuerzo, merienda, refuerzo escolar, atención pedagógica son actividades presentes en el diario aprendizaje. “Hábitos de alimentación, de higiene, de agradecimiento, de compartir, de respeto, son importantes para nosotras al momento de transmitir”, señala. “Los lugares se sostienen a pulmón, gracias a colaboradoras que son socias y aportan una cuota voluntaria que ronda entre los $50 y los $100. Con esos fondos cubrimos algunos gastos, las maestras cobran su sueldo desde el Gobierno y en cuanto a los alimentos, tenemos cerca de 130 raciones cubiertas y el resto las proporcionamos nosotros. También hay madres voluntarias y padres que ayudan”, apunta.

“¿Por qué lo hacés?”, le preguntamos a Mary, madre de tres hijos y abuela de cuatro nietos. “Es mi desafío que esto funcione. Me siento involucrada desde el comienzo con la tarea. Hace 27 años que soy voluntaria y es muy reconfortante ver los logros. Hay personas que traen a sus hijos y que a su vez fueron alumnos nuestros y que por haber pasado por acá tuvieron un mejor porvenir porque esto les permite trabajar y llevar el pan a sus casas. Acá nadie les regala nada. Es una felicidad enorme poner todo el esfuerzo para una buena causa. Siempre sentí la necesidad de hacer algo por alguien, más allá de mi casa y mi familia.”

Cómo colaborar

La Asociación realiza por estos días los arreglos necesarios en techos y paredes. Quien desee colaborar puede comunicarse al 4964125 de 8 a 14 hs. y preguntar por las formas de hacerlo. Hasta hace unos días se requerían cerca de 10 rollos de membrana y pintura blanca para poner a punto las instalaciones. Además, siempre es bienvenida ropa para chicos de 1 año en adelante, así como alimentos no perecederos y cualquier otra colaboración que se quiera brindar.

¿Dónde? En Italia 5480, Chacras de Coria.

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