Quizás el mismo que se le cayó a la señora que vino, con muchas dificultades para moverse, para saludarnos o a los que llegaron de San Juan. O los cientos, miles, que se acercaron a decir… ¨No puede ser, si de La Reina fue el vestido de casamiento de mi abuela, de mi mamá, del mío, yo esperaba que fuera el de mi hija¨ O el señor muy elegante, que entró a pasear para recordar a su mamá, con la que venía siempre.
La Reina termina ahora, después, bueno es después. Lo claro, lo definitivo que tras 94 años cierra un referente de Mendoza. Como lo fueron El Guipur, Casa Konig, Guante, Deltado, Gath y Chavez, Jomir, Select Modas, si hasta cerró el Restaurante Trevi, y tantos otros.
En todos ellos estaba lo que uno buscaba, en su mejor calidad, así de sencillo. Seguramente olvido otros hitos mendocinos. Pero quedan algunos como La Marchigiana, Montecatini, Don Mario y diario Los Andes, que nos acompaña todas las mañanas. Pero hoy, qué menos, se me pianta un lagrimón, por eso decidimos invitar a una gran fiesta y la gente viene y llena nuestro salón y vuelven a decir… ¨No puede ser¨.
Un referente que prácticamente estuvo todo el tiempo es César Mauro, hoy un hombre de 60 y tantos, jubilado. Entró hace más de cincuenta años como cadete, a los 15. Quiero en él agradecer a tantos que hicieron posible estos 94 años, sin ellos no hubiéramos podido cumplir lo que hoy cumplimos.
Un clásico, como es hoy La Reina está llena de detalles y hay que atenderlos bien. Muchas gracias, Mendoza, por permitirnos estar juntos en tantas y tantas fiestas, con nuestras mejores telas.
Luis Jait
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