Compartimos la nota que le hicimos tiempo atrás con motivo de recordar su historia familiar.
En 1935 la familia Orsini dejó atrás su vida en Las Heras y se instaló en Chacras de Coria. Eran parte de ese núcleo, Horacio Orsini, Asunta Grasso y sus siete hijos: Antonio, Nicola, Margarita, María Esther, Oscar, Héctor y Elio, quien relata esta historia una fría mañana de agosto en la casa ubicada en la calle que lleva por nombre su apellido. Lo acompañan en este rememorar, dos de sus hijos y su mujer, Clara Colombano, una porteña que de niña vivió en Chacras y a la que él, a pesar de la diferencia de edad, le prometió casamiento.
En Nápoles, el abuelo paterno de Elio trabajaba en la chacra y con ese aprendizaje creció y llegó luego Horacio Orsini a Mendoza, donde alquiló un galpón para el empaque de frutas que poco a poco fue creciendo. “Llegaron a trabajar unas 300 personas, mayormente mujeres y muchas de nuestro pueblo”, dice Elio acerca de la empresa familiar que exportó su producción a Brasil, Venezuela o Alemania, que tuvo su frigorífico y armado propio de cajas en nuestro pueblo y que contó con un puesto además de oficinas en el Mercado del Abasto en Buenos Aires. Unas 300 hectáreas en Tunuyán fueron otras de las aristas del negocio que, luego de retirado Horacio, continuaron sus hijos hasta 1963, año en que se disolvió la sociedad Orsini Hermanos.
“A los 7 años empecé clavando cajones; a los 12 ya rotulaba las ciruelas, peras y manzanas que más tarde eran distribuidas; a los 15 supervisaba la cuadrilla de cosecha y a los 18 manejaba camiones y coordinaba otro establecimiento dedicado a la uva de mesa. Dos años más tarde ingresé en el Servicio Militar, ahí está el diploma que me dieron por buena conducta”, dice Elio, más conocido como Pochi. Hacia 1954 el hombre se instaló en Buenos Aires, donde retomó contacto con la ya no tan pequeña Clara, la mujer con la que se casó en 1962 y tuvo cuatro hijos -Marcelo, María Eugenia, Paola y María- y regresó una década más tarde a Chacras de Coria, donde aún residen.
“La hermana de él, Margarita, era muy amiga de mi mamá y entonces nos visitábamos. A mí me daba vergüenza cruzármelo a él, porque cuando me veía, me tiraba las trenzas y me decía: Cuando seas grande me voy a casar con vos. Después yo me fui a vivir a Buenos Aires nuevamente, y allá nos encontramos”, recuerda Clara, hija de Emilio Colombano, quien fuera presidente del Club Chacras de Coria.
Elio recuerda que por entonces, en tiempos de la infancia, el pueblo era muy distinto al lugar que vemos ahora. Pura viña. En Mitre y Viamonte, dice, estaba el Turco Chantiri -actual supermercado Dandi-. Además de un almacén en el que había de “todo”, se encontraba en la zona un surtidor de nafta: “Ese era el casco comercial. También estaba Gelasich, al lado una ferretería y una tienda de ramos generales, Casa Quilisi. A Chacras venían las familias de mucho dinero a pasar el verano. Cuando yo era jovencito hacíamos bailes, “malones”, les decíamos. Ahí íbamos con el Ñato Spezia y Elaskar”, se sonríe Elio, cuando recuerda a sus amigos.
julio 11th, 2017 at 13:44
Siempre en nuestros corazones,