Un equipo de destacados especialistas junto con la Secretaría de Cultura iniciaron un registro documental de obras, que se encuentran en el Museo ubicado en Mayor Drummond, Luján de Cuyo.
Se trata de tareas de relevamiento de los cuadros y diagnóstico digitalizado. El tratamiento de recuperación previsto, según el diagnóstico previo, se basa en un plan de conservación y restauración que tiene como objetivo rescatar, salvaguardar y conservar las obras del Museo Emiliano Guiñazú Casa de Fader.
En esta primera etapa, el trabajo de intervención constará de un registro fotográfico en ambas caras de las obras, frente y dorso y el posterior etiquetado de las obras. La complejidad de estas tareas está dada por el estado de las obras que han sufrido el paso del tiempo, la acción de la humedad, los cambios de temperatura y otros factores que han perjudicado a las mismas.
El equipo está integrado por la restauradora Cristina Sonego; el licenciado en Historia del Arte, Pablo Chiavazza y la arquitecta Susana Malnis, con el apoyo del fotógrafo Eduardo Dolengiewich y el personal del Museo, quienes trabajan sobre las obras para clasificarlas, catalogarlas y codificarlas, de acuerdo al grado de intervención que requerirá cada una de las piezas.
La palabra de los especialistas
Cristina Sonego señaló que “este trabajo surge porque ya hemos realizado obras de catalogación, registro y prospección de obras en el Museo Municipal de Arte Moderno (MMAMM). En esa oportunidad, fueron 1200 obras, donde se trabajaron bajo normas nacionales e internacionales para este tipo de trabajo y a partir de eso, la Secretaría de Cultura del Gobierno de Mendoza nos convoca a para aplicar el mismo tipo de tarea en esta colección del Museo Fader”.
La restauradora contó que “estas tareas de relevamiento están basadas en un pilar que es el registro documental y fotográfico de todo el proceso. El antes, el durante y el después. Se hace un registro de cada obra, con todos los datos y características pertinentes a las mismas, los códigos de registro y normalización. Para esto se adjunta una ficha de prospección o de diagnóstico, se carga en esa ficha, en esa base de datos, todo el diagnóstico y las patologías que pueda tener la obra. Es decir, si están en buen estado o no o en estado de deterioro. A eso se le adjunta un código de conservación, donde se clasifica pintura por pintura, el estado y la situación en qué se encuentra. Osea es un peritaje para saber el estado de conservación de las obras”.
Con respecto a estos trabajos, Sonego destacó que “llevará aproximadamente un mes, ya que hay que proceder con un circuito de investigación, se toma las fotografías a las obras, se cargan los datos a la base de datos, el examen organoléptico u ocular, con luz UV, con lupa y se adjunta todas estas características en rótulos en la obras y en su embalaje con los códigos correspondiente, de manera que, al finalizar esta tarea, se sabe no sólo con qué cantidad de obras se cuenta sino también en qué situación está cada obra. Esta es una documentación muy importante, tanto de archivo como de conservación para el estudio de los bienes culturales y poder realizar a futuro cualquier otra tarea que se quiera realizar”.
Pablo Chiavazza, también especialista en archivística, dijo que “sabemos que hay alrededor de 1500 obras en el Museo. Estamos ordenados en el Museo en estaciones. Estaciones que están enfocadas en alguna tarea específica. Particularmente estoy en la parte de Documentación. Esto implica que hacemos un registro fotográfico de cada una de las obras, en verso, reverso y el etiquetado. Que tiene que ver con documentación museológica, que son tareas fundamentales para reconstruir a futuro la historia de las obras, del arte local, la perspectiva de otras disciplinas del arte o para la preparación de muestras y el armado de guiones. Es un punto de partida fundamental”.
“Hemos diseñado una base de datos con campos, esos campos incluyen información con datos históricos al contacto inmediato con la obra y al tener esos datos se incluyen los datos de conservación y sus determinadas patologías. Lo que permiten la base de datos es cruzar información, por ejemplo, si estas obras han sido premiadas, en qué momento y asociar diferentes obras. Se pueden incluir a futuro documentos históricos digitalizados con determinadas obras, del archivo documental del museo, se podrá acceder digitalmente los catálogos, las críticas que salieron en los medios de comunicación sobre las obras premiadas. Por ahora, estamos catalogando sólo de las obras para luego cruzarlas con las del archivo. Es decir que se maneje grandes volúmenes de información con fines de investigación, que es uno de los objetivos de los museos”, finalizó Chiavazza.