La creación de “un callejón” vehicular en el espacio verde de las vías del tren y el paso del ómnibus por calle Loria generan temor entre los vecinos de la zona. Se espera la audiencia pública que el municipio organizará a mediados del mes de octubre. Opinan vecinos y especialistas.
Adriana Sayavedra
Foto: Javier Gallar
Enteradas algunas personas a través de los medios y dichos de funcionarios municipales sobre la pronta implementación de las nuevas medidas de tránsito que aplicará el municipio lujanino en el casco céntrico de nuestro pueblo, comenzaron a movilizarse para ser escuchadas en sus reticencias sobre un par de puntos específicos de estas medidas.
Entre las acciones a implementar como parte del Plan de Ordenamiento Territorial para Chacras, recientemente elaborado por el municipio según exige la ley provincial Nº 8051 de Uso del Suelo, funcionarios municipales comentaron a Correveidile que se viene el estacionamiento sobre un solo costado en calle Italia, ciclovías sobre el costado opuesto, horarios determinados para el funcionamiento de ambas medidas –por ejemplo, de noche se podrá estacionar sobre ambos márgenes-; calle Besares de un solo sentido de marcha –Este Oeste- entre Italia y Delhez; en calle Delhez la circulación será de Norte a Sur hasta Roberto de la Motta –ex 6 de Septiembre-, entre varias otras. También estavo entre los planes abrir la salida del colegio San Nicolás por calle Delhez , pero esta medida fue descartada ante la oposicion de los vecinos de la zona.
Y es en este contexto que existen dos aspectos que preocupan a la comunidad: la transformación de las calles céntricas Italia y Loria en vías de un solo sentido de marcha –Italia correría de sur a Norte y Loria de Norte a Sur- por lo que de esta manera el colectivo público ingresaría al pueblo por calle Loria, en vez de Italia, como hace hasta ahora; y la creación de una calle vehicular en el espacio verde de las vías del tren, entre calles Loria y Delhez, para descomprimir la circulación de Italia, según sostienen los funcionarios. Este sería precisamente el ítem que más oposición genera entre la vecindad.
Cabe recordar que este predio resulta caro para los afectos de los chacrenses, que ya en algún momento, durante la gestión del ex intendente Parisi, defendieron firmemente su voluntad de mantenerlo como espacio verde ante la iniciativa del por entonces jefe municipal de crear allí una playa de estacionamiento.
Según los vecinos directamente afectados por el alcance de estas nuevas medidas “el congestionar Loria o Delhez, no aportaría a solucionar el colapso actual de calle Italia”. En este sentido, el arquitecto Roberto Cugnini sostiene que “el hecho de que los pueblos se desarrollen, no significa que tengan que perder valores como la tranquilidad, que fue una de las características de este lugar por el que muchos lo elegimos”. El temor de Cugnini se basa en la experiencia de lo ocurrido en la misma calle Italia, hoy colapsada por la falta de planificación y sobre población de comercios. “De que pase el ómnibus por Loria a que ésta se convierta en una arteria comercial como Italia hay un solo paso. Y de allí en más: chau tranquilidad”. Y propone como alternativa intervenciones en calle Italia como el ensanchamiento de la carpeta asfáltica hasta el borde de las cunetas, entubar una acequia con rejillas de limpieza en los sectores más estrechos, intimar al colegio San Nicolás que se reubique en cinco años en otro lado como lo ha hecho el Colegio San Jorge en el Pedemonte –que disminuiría más de 500 autos en horas picos-, promover en tiempo prudencial la utilización de pequeños ómnibus, lomos de burro extendidos en calle Loria similares a los del frente de la iglesia -pero más cortos-, gestionar nuevos espacios para estacionar como los ubicados al Este de la plaza y prohibirlo alrededor de ésta, sobre su vereda, entre otras.
Por su parte, el vecino Roque Flores también sostiene que se debe seguir conservando el espíritu de pueblo, concepto a preservar que surgió muy claramente como valor arraigado entre la comunidad durante los talleres de participación ciudadana que el municipio organizó previo a la elaboración del propio Plan de Ordenamiento para Chacras. “Esto no es una ciudad cosmopolita como para ordenarlo así. Los vecinos de la calle Loria no tienen ganas de encontrarse con un micro pasando por su puerta. Me parece que la máxima barbaridad es hacer de una mano la calle Italia. El vecino de Chacras sabe que la calle está congestionada, especialmente a la entrada y salida del colegio, pero eso son sólo 40 minutos. El resto del tiempo, la calle está medianamente expedita”.
Además, Flores expresa que el único problema con el ordenamiento de Chacras no es solamente por donde circulan los autos, sino también en el mejoramiento de calles y veredas. Y da un ejemplo personal: “Yo no puedo salir caminando de mi casa y llegar a la plaza porque me caigo seguro a causa de las veredas rotas o en desniveles. También hay que mejorar la iluminación y preservar a rajatabla los pocos espacios verdes que aún tenemos”, declara en alusión al espacio verde de las vías.
Foto: Javier Gallar
Opinión de especialista
Leticia Barchilón es arquitecta, especialista en urbanismo y movilidad. Al consultarla sobre el Plan de Ordenamiento Territorial planteado para Chacras de Coria expresó: “Me parece que el plan es muy valioso porque está basado en talleres de participación ciudadana, se le consultó a la gente y ésta respondió cómo quiere vivir en su ciudad”. Uno de los aspectos llamativos de este plan, según explica Barchilón, es que la gente tiene claro que quiere un cambio: “El vecino quiere que Chacras crezca y se desarrolle de una manera diferente. Quiere que dentro de ese crecimiento se preserven las características esenciales de Chacras, el espíritu de pueblo, pero al mismo tiempo que sea un lugar dinámico y que siga teniendo un potencial económico, residencial y comercial”.
Para la especialista muchos de los cambios que la gente quiere pasan por re-definir la manera en que nos movemos en Chacras. El tránsito, el estacionamiento, el estado de las veredas, el no poder llevar a los chicos al colegio caminado o salir a andar en bici de manera segura nos demuestra que hay problemas de movilidad.
Para solucionarlos se requieren propuestas innovadoras, regidas por nuevas premisas. Una premisa nueva y que rige mucho de lo que están haciendo las ciudades más comprometidas con sus habitantes y la sustentabilidad, es la movilidad sustentable. Se trata de un nuevo modelo de diseño urbano: considerar al peatón como escala de diseño, y no al auto.
Esto significa rever qué espacio le vamos a dar al auto, al estacionamiento, a las veredas, a las bicis, ya que todos deben compartir el espacio público pero el peatón es quien debe tener la prioridad de diseño. Por otro lado, al hablar de peatón hablamos de diseñar también para adultos mayores, niños, discapacitados, se necesita entonces salvar los desniveles, proponer mobiliario urbano para el descanso, regular con dispositivos las velocidades en las calles. Puesto que se trata del espacio público de todos que incluye calles, senderos, bicisendas y plazas es el Municipio quien debe proponer las nuevas soluciones orientadas a los modos de movernos más sustentables, que son los que menos espacio ocupan y menos contaminan, como la caminata y la bicicleta. Hacer que Chacras sea caminable cambiará mucho la manera en que nos movemos en ella, la recorremos y quizás nos encontramos. El desarrollo urbano del pueblo se basó siempre en los autos, en que puedan circular rápidamente y estacionarse frente a los comercios o las escuelas. Esto hace que las calles estén saturadas, sean poco seguras y las veredas inexistentes.
En el mismo sentido Barchilón sostiene que el vecino quiere tener comercios de proximidad para realizar las compras diarias. La nueva premisa define que esto se haga además sin necesidad de utilizar el auto. “Por ello el plan de ordenamiento puede definir en los usos del suelo los usos mixtos en ciertas zonas aledañas a las zonas residenciales. A su vez, la implantación de esos comercios debe estar regida por la llegada a pie y no en auto, definiendo espacios que no sean para el estacionamiento en la puerta del comercio, sino veredas anchas y continuas, seguras e iluminadas para que uno pueda llegar al almacén, el club o la escuela, caminando o en bicicleta.