Cultivar una huerta familiar presupone el deseo de gozar de una mejor calidad de vida basada en una alimentación saludable, con productos frescos fruto de nuestro esfuerzo. Además, la producción orgánica -libre de químicos- tiene mucho que ofrecer a nuestra salud. Está claro que la tierra puede darnos lo que necesitamos sin necesidad de recurrir a agroquímicos y abonos artificiales, por lo que si estamos pensando en la buena vida de nuestra familia sería interesante que pensáramos en este tipo de producción.
En nuestro pueblo la mayoría de los vecinos goza de una porción de tierra dedicada al jardín. Pues bien, no es mucho lo que se necesita para armar nuestra propia huerta, que por su parte, tampoco debe ser de grandes proporciones. Con unos pocos metros cuadrados es suficiente para brindar a la familia algunas verduras frescas durante todo el año.