Por Arq. Emilio Rodolfo Cugnini

Urbanísticamente hablando, tiempo atrás, se consideró al automóvil “la bestia negra del urbanismo”, por toda la problemática que el mismo ocasionaba. Por supuesto que el auto habla de población, ¡o sea que más población es igual a más autos! En Mendoza hay 1,5 autos por familia. Lo mismo en Luján, Drummond, Chacras.

Sabemos los beneficios que trajo este medio de locomoción y transporte pero sin duda se adosaron al mismo muchos problemas a solucionar porque en primer lugar: nada se puede proyectar sin él, pero hay que contemplar la contaminación sonora y ambiental; la ocupación de grandes superficies, diseñar medidas de seguridad.

Hacia 1956, el sector administrativo nacional de Brasilia fue diseñado a escala automotor y acorde a las necesidades del mismo. En función de él, el arquitecto Oscar Niemeyer creó distancias, carreteras, estacionamientos con esta premisa, especialmente zonificaciones.  Hoy grandes orbes como Dubai contemplan al automóvil en sus proyectos.

Chacras, nuestra Chacras, no fue diseñado como Dubai o Brasilia. Comenzó como un pequeño pueblo de agricultores compuesto mayormente de inmigrantes de posguerra.  Construyeron este pequeño oasis pintoresco, autóctono y tranquilo. Transitado mayormente por carretas.

No hace más de 20 años que todo lo característico desapareció, primó el comercio, el negocio, la conveniencia económica a valores más importantes que pasaron al olvido. Todos nuestros acerbos culturales, propios, autóctonos, desaparecieron.

Ha venido a instalarse la ciudad al pueblo, con toda su vorágine; ruidos, bocinas, velocidad, cuidacoches, trapitos y por supuesto, el bastardeo total del espacio público local.

Alguien mencionó que los “colonos” hemos cedido el paso a los conquistadores, pero todo es plata.

Observemos la calle Italia: ha sido destruida, los antiguos pobladores han ido dejando sus propiedades al avance de la ciudad.

Total, “la plata es lo que vale, la vida va y viene”. Los responsables de las ordenanzas que dieron lugar a este avasallamiento, sin duda no tuvieron idea de lo que hacían. No se pensó a futuro lo que sucedería. Chacras ya está contaminada desde el momento en que salimos de nuestra casa.

La calle Italia angosta fue atestada de comercios, locales, colegio. Es una pesadilla transitar por ella, especialmente en horas de salida del colegio, ni hablar de habitar en ella.

Hoy tenemos banco, comercios, institutos y autos, autos y  más autos. Gente que para colmo no es, ni vive en el pueblo habitan en los alrededores. Los mendocinos queremos llegar hasta el dormitorio si es posible, con el auto.

Vienen de sus tranquilos e inexpugnables conjuntos privados, bastardean al casco de Chacras, y regresan luego a sus reductos habitacionales, donde gozan de paz y tranquilidad, fuera de de comercios, extraños trapitos, bocinas, velocidad, escapes libres, etc. ¿La comuna al aprobar tantos loteos no pensó que Chacras tiene la mismas calles que hace 100 años?

Luego de este preludio, reflexiono e induzco a la comisión que estudia esto, a que piense muy bien lo que van a proponer destruir otras zonas tranquilas para aparentemente mejorar lo irremediable, no mejora nuestro pueblo.

Doy un ejemplo: congestionar Loria o Victor Delhez, para descongestionar Italia es ya destruir el casco viejo y autóctono de Chacras y no mejorará Italia.

Lo que he oído como propuestas:

- Artesanos en la línea férrea entre Italia y Loria; llenaremos de autos Loria y Delhez?

- Una mano Italia y la otra ¿por dónde? ¿Por Loria? ¿El micro también? Un solo auto estacionado en Loria impide el tráfico normal, adosemos las paradas y vibraciones de los micros.

- ¿Rotonda de Panamericana y B. de San Martín? Se tiene en cuenta lo que sucederá con la angosta Besares, B. de San Martín, Mitre?

- ¿Peatonal Italia? ¿Y el flujo actual de vehículos qué zona arruinará?

- ¿Uso único y privado de Loria?

Ruego a la Comisión que piense bien, muy bien lo que proyectan:

- El automóvil: se debe desalentar en su uso.

- Polos comerciales: aparte de las zonas residenciales, no destruyendo lo poco que queda.

- Prohibir emprendimientos populosos que usen a Chacras como polo comercial.

- Respetar el factor de ocupación de las áreas.

- Los grandes barrios privados, Palmares, Dalvian, Barraca no juntan lo comercial con lo residencial.

“El amor al dinero es la raíz de todos los males”, dice la Biblia. Este sentimiento modifica la escala de valores arruinando la dignidad humana.

52 años en Chacras