La senadora provincial Claudia Najul, de la Unión Cívica Radical, insiste en que “exigir reparaciones inmediatas a un gobierno que se ha hecho cargo hace 2 meses sólo servirá para seguir en el atraso”.
Si no premiamos el esfuerzo, ¿qué premiamos?
Son muchos los servidores públicos que cada día desarrollan su actividad con vocación de servicio y con compromiso por ganarse su salario, aún cuando sus condiciones de trabajo están lejos de ser las ideales.
Las paritarias del sector estatal en Mendoza deberían ser, además de una discusión salarial, una instancia para lograr que cada día estos servidores públicos mejoren su situación laboral y los mendocinos tengamos acceso a más y mejores servicios. Para eso votó el pueblo de Mendoza a este gobierno.
La paritaria supone un diálogo en el que ambas partes proponen y ambas partes escuchan. Cuando el gobierno hace una propuesta a través de sus miembros paritarios, todos los mendocinos que financian el gasto público con sus impuestos están sentados a la mesa de negociación.
Aceptar el pago de cifras de imposible cumplimiento para evitar el conflicto es una irresponsabilidad cuyas consecuencias ya hemos vivido. Un cuarto de los salarios del año pasado se han pagado con fondos correspondientes a este ejercicio. Eso significa endeudamiento, pago de intereses carísimos y cero obra pública, porque todos los ingresos de la provincia apenas alcanzarán para pagar sueldos.
Existe la posibilidad de mejorar los servicios y de remunerar de la mejor forma a quienes se esfuerzan a diario por quienes pagan su salario. Si estimulamos con mejores sueldos a quienes más se esfuerzan, tendremos mejor salud, mejor educación, mejor seguridad.
Si en cambio todo nos da lo mismo y el docente en manos de quien ponemos nuestros hijos durante cuatro horas al día recibe la misma remuneración que aquel que elude el desafío de formar los mendocinos del futuro, estaremos desalentando la vocación docente.
Estimular al maestro que se pone al frente de un grado no es conculcar el derecho de nadie. Es poner las cosas en su lugar. Es garantizar igual remuneración por igual tarea. Es hacer justicia.
Son innumerables los temas a resolver entre el gobierno representante del pueblo y los representantes de los trabajadores estatales. Debemos ser capaces en el inicio de esta nueva etapade entablar un diálogo duradero que permita ir resolviendo los problemas de a uno y rediscutir permanente, cuando sea necesario.
Exigir reparaciones inmediatas y totales de los errores de muchos años, a una administración que se ha hecho cargo hace dos meses de una provincia que no pagaba ni a sus empleados ni a sus proveedores, sólo servirá para seguir en el atraso y la frustración.
Debemos ser capaces, los mendocinos, de dialogar. Debemos esforzarnos por lograr entendimientos que sean la base de mejores condiciones sobre las cuales asentar la próxima discusión salarial. Debemos tender todos a una Mendoza que vuelva a crecer sobre la base del esfuerzo personal y colectivo, con una actividad privada pujante y un estado promotor.
Para eso es necesario que demos señales claras de que vale la pena esforzarse. Si así no lo hacemos estaremos premiando la desidia y condenando a Mendoza a la resignación.