Por Adriana Sayavedra / Fotos: Adrián Carrizo
En un paraje ubicado a 30 km. de la localidad de Barreal, más de 1300 afortunados disfrutaron de casi dos horas de música, en una tibia noche sanjuanina, en medio de un anfiteatro natural formado por imponentes cerros. Entre ellos se destaca el Alcázar, justamente el que le presta el nombre al ciclo de conciertos que organiza el Ministerio de Turismo y Cultura de la provincia de San Juan -tal vez esto explique por qué no muchos mendocinos se enteraron de tamaño espectáculo-.
Jaime Torres abrió el show, para emoción de los presentes. El reconocido folclorista argentino interpretó temas autóctonos y latinoamericanos, ya que el objetivo de este Concierto es la conmemoración del Día de las Américas. Tema a tema, su figura y su genio fueron creciendo al calor de sus interpretaciones, al mismo tiempo que el respeto y admiración del público. ¡Un lujo pa’ los argentinos, señores! Aplaudido casi hasta la ovación, el Maestro Torres se mostró maravillado por el entorno que lo rodeaba y hasta comentó vivencias transcurridas en San Juan.
Luego apareció Gustavo Santaolalla, bajando con un tamboril por el costado del cerrillo donde estaba armado el singular escenario. Lo mejor de su interpretación fueron un parde obras de su trabajo con León Gieco “De Usuahia a la Quiaca”, siempre acompañado por su ronroco, instrumento de cuerdas similar y poco más grande que el charango, utilizado frecuentemente en sus trabajos. Lo que todos esperaban llegó casi al final, cuando ambos músicos unificaron su potencial para interpretar juntos un bellísimo tema, Pampa. El público, admirado, aplaudió de pie a los artistas. Ambos contaron anécdotas de cómo se conocieron -aunque no coincidieron en las versiones de cada uno- y resaltaron que este concierto les dio la oportunidad de compartir por segunda vez un escenario.
Tema aparte fue el mapping diseñado para esta ocasión. La historia de los pueblos latinoamericanos, imágenes de pinturas rupestres, banderas de los países de América Latina y otras impresionantes imágenes se vieron reflejadas en el Alcázar y escoltaron la actuación de los artistas. En este mismo sentido, las luces fueron otro condimento que llenó de color el Cerro ¡Otro lujo para resaltar, señores! Una noche para atesorar en el cofre de los recuerdos.
La opinión de Laura Hart
El Cerro Alcazar es una maravilla de la naturaleza. El espectáculo único, excelente el sonido, los efectos de luz e imágenes sobre el cerro. Muy buena la organización. ¡Jaime estuvo genial! Santaolalla también, pero no tanto como Jaime.