Oposición a la explotación de Hierro Indio

Hay una razón muy elemental para que haya países que viven muy bien y otros países que apenas subsisten, y la razón es cuánto reciben los que viven bien, de aquellos países donde sus habitantes no llegan a ganar para sobrevivir.

Ing. Alberto Lucero


Tomemos los países africanos más pobres y veremos que, desde el fondo de la historia, entregaron sus riquezas naturales a los países que los dominaron, y aportaron desde sangre humana como esclavos, maderas, marfil, caucho, fauna exótica y además, todo tipo de minerales valiosos, que aún hoy salen a bajo precio hacia los países que los dominan, los que, con este aporte, logran un excelente nivel de vida para sus ciudadanos.

Latinoamérica también fue destinada a entregar sus recursos a sus dominadores y, desde la llegada de los Europeos hasta hoy, seguimos entregando más de lo que recibimos y por eso, un ciudadano suizo, por ejemplo, goza de beneficios que no tiene ningún ciudadano latinoamericano.

En ese contexto, resulta por lo menos insultante, que algunos dirigentes políticos; algunos dirigentes empresarios y algunos dirigentes gremiales, sigan defendiendo proyectos extractivos, que solo acentúan nuestra condición de proveedores de riquezas naturales.

Y cada uno tiene el derecho de preguntarse cuáles son las razones que llevan a esas personas a defender lo indefendible.

¿Qué argumentos racionales pueden esgrimir, para proponernos que arriesguemos nuestra agua, nuestros ecosistemas, nuestra tradicional forma de vida, para que empresas desconocidas extraigan el hierro y otros minerales valiosos, como en Hierro Indio, solo a cambio de algunas monedas?

En Malargüe, en las nacientes del Río Atuel está la mina Hierro Indio.

La empresa que quiere explorarla es Hierro Indio S.A., con sede en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, quien no dice cuánta agua va a usar y de dónde la va a sacar; no dice qué hará con los elementos que no se llevarán y quedarán como residuos, caso del fósforo y del azufre; no habla del titanio contenido en la roca y que seguro se lo llevarán gratis, como impurezas de los concentrados; no aclara porqué en su Declaración de Impacto Ambiental no hizo consulta alguna con los departamentos de San Rafael y Alvear, involucrados en la cuenca del Atuel y solo cuenta con la opinión favorable de Malargüe, que tiene un intendente a todas luces pro minero.

Si nuestros legisladores quisieran estudiar lo que ocurrirá si se empezara a explotar el yacimiento Hierro Indio, les bastaría observar lo que está ocurriendo en la mina de Hierro Sierra Grande, en la provincia de Río Negro, donde el millón de litros de agua que gastan por día ha agotado los arroyos Ventana y Los Berros, en la Meseta de Somuncura y ha producido la desertificación de lugares otrora húmedos y que hoy se transformaron en parte del desierto patagónico, solo para que la empresa MMC de origen chino, obtenga un concentrado que sale en bruto hacia Australia y China, dejando en la Argentina solo algunos puestos de trabajo y pasivos ambientales que nuestros nietos lamentarán.

Por eso nos sentimos insultados, humillados, cuando los medios de In-Comunicación, le dan espacio a algunos representantes gremiales y a algunos empresarios, que solo ven el beneficio que les producirá a ellos, sin pensar que pertenecen a una comunidad, que se deben a ella y que los efectos negativos de este proyecto, de alguna forma, también los afectará a ellos y a sus descendientes, a mediano y largo plazo.

Por eso, insultados y humillados, les decimos NO a sus planes.

Y a los que aún dudan de nuestra postura, les sugiero entrar a cualquier buscador, como el Google y escribir: YO TAMPOCO ME CALLO.

En ese blogspot de Federico Soria, encontrarán centenares de razones para entender porqué nos oponemos, desde hace años, a estas prácticas absolutamente nocivas desde todo punto de vista.

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