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Carnavales eran los de antes (y el que se viene ahorita)

El Carnaval es una celebración que tiene lugar antes de la Cuaresma cristiana. Su origen se remonta a 5000 años, en Sumeria y Egipto. Combina elementos como disfraces, desfiles y fiestas en la calle. Esta vez la vecina Antonieta Pellegrini y otros testigos chacrenses nos invitan a recordar los carnavales del pasado en Chacras de Coria.

El próximo lunes 16 nos juntamos a las 18 en la Plazoleta Levy para dar comienzo a los festejos de carnaval; de ahí saldrán las murgas convocando a los vecinos para que los acompañen hasta llegar a la Plaza de Chacras, donde habrá una gran kermesse, cantinas, música, bailes y concurso de máscaras. El fin de semana previo al festejo, los integrantes del colectivo artístico Toparte realizarán un mural en la pared de la Delegación, que será inaugurado al finalizar la fiesta, el mismo lunes.

El encuentro festivo es organizado por instituciones vecinales del pueblo como el teatro comunitario Chacras para Todos, la Biblioteca Popular Chacras de Coria, la Feria de Artesanos, la Murga Las Hechiceras,  el Centro de Jubilados, los medios de comunicación Correveidile y Soy-D-Chacras, el grupo de los NyC -nacidos y criados en este pueblo- y uniones vecinales, quienes se vienen reuniendo desde hace un tiempo para tal fín. En su proyecto cuentan con el apoyo de los comerciantes de Chacras y de la Municipalidad de Luján de Cuyo.

En pleno carnaval, la cantina de La Hechicera.

Las costumbres de antaño

Las calles de tierra se cubrían de hinojos para impregnar con su perfume el lugar al paso de carros y carretelas vestidas de temáticas gauchescas, tangueras y vinculadas a los viñedos. Con la música y el baile como grandes protagonistas, los participantes circulaban con sus rostros cubiertos por máscaras; poco hablaban para que no fueran reconocidos. Cuando la fiesta terminaba, cerca de las tres de la mañana, se develaba el misterio en un clima alejado del miedo y la violencia. Las jóvenes preparaban ramos de flores que luego obsequiaban a los hombres que las atraían, mientras que las serpentinas y el papel picado eran arrojados como cortinas de colores por los habitantes del pueblo. Como el agua no escaseaba, los pomos, las bombitas y los baldes eran arrojados entre risas y corridas.

Familias enteras, vecinos entusiastas, grandes y niños inclusive de otros departamentos se sentían convocados a participar. El Club Social Chacras de Coria y la Unión Vecinal también eran de la partida en escenarios como los alrededores de la Plaza General Espejo, la Plazoleta Dr. Levy, el Barrio Chino, la calle Mitre -desde la estación hasta Viamonte-, el local del Cine Mitre y las casas particulares donde crecían los festejos.

Recuerdos del Carnaval en las voces de sus protagonistas:

“Al Carnaval lo esperaban todos los niños. Nosotros éramos cinco hermanos. Un año, tres estábamos muy resfriados y con algo de fiebre. No obstante como mamá sabía lo felices que éramos cuando íbamos a la plaza, nos metió en un fuentón, nos bañó con especial cuidado, nos vistió y nos llevó a disfrutar ese día. La alegría produjo el milagro: al día siguiente amanecimos sin fiebre”, manifiesta Delia Bloin.

“Era un día del esperado Carnaval, y yo, adolescente, busqué uno de mis mejores vestidos y me lo puse para ir hasta la plaza. El vestido era de “crépe Georgette”, de color crema. En el camino recibí un balde de agua que me arrojaron desde un camión. Cuando miré mi vestido, además de mojado, se encogía por efecto del agua. Tuve que volver a casa y cambiarme, pero este contratiempo no impidió la alegría de ver el desfile de carros”, dice Chela Cocucci.

“La música se transmitía desde una sala ubicada al lado de la Comisaría. Desde temprano se escuchaban las canciones que ponía la señora Lucero. Una noche, mi hermano y yo llevamos algunos discos de mi padre cuya música se escuchó en forma reiterada durante la noche. Mi padre, al escuchar repetía: “Esos son los mismos discos que tengo yo! Al volver a casa le contamos que los discos eran los suyos, que los habíamos llevado nosotros sin avisarle y él, sonriendo, nos dijo que estaba feliz de haberlos compartido con los vecinos”.

¡Gracias a los vecinos que se sumaron a este precioso e imborrable recuerdo: a Antonieta Pelegrini y la gente de la Biblioteca de Chacras por esta recopilación de testimonios, y a quienes quisieron compartir sus recuerdos: Osvaldo Poggi, Silvano Savoy, Chela Cocucci, Delia Bloin y los que prefirieron mantener su identidad en el anonimato!

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