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Vidas ejemplares. La historia de Guady y Gabriela

Cuando el amor y la fortaleza de espíritu vencen todas las barreras. La comunidad del Colegio San Pablo, apoyada por los vecinos de Luján, homenajearon el amor a la vida de una docente y su hija, ejemplos de dignidad humana.

Por Adriana Sayavedra

La tarde del pasado viernes 31 de octubre no fue igual que todas las tardes para Gabriela, maestra de tercer grado del Colegio San Pablo.

Ese día le habían comunicado que habría un acto en la escuela con los Bomberos de Luján. Por lo que, a la hora señalada, reunió a sus alumnos y salió con ellos al patio para presenciar el evento. Ni en sus más remotos sueños se imaginó lo que le iba a suceder en ese momento.

Guadalupe con su mamá, familiares y amigos de la escuela.

Gabriela es docente desde hace muchos años en ese Colegio. Ella tiene a Guadalupe, su hija de siete años, alumna también del establecimiento, del 2º B, quien sufre una discapacidad motora del 90 %, por lo que se moviliza únicamente en una silla de ruedas especial. Hasta esa tarde del 31 de octubre, esa era la única movilidad de Guady, como la llaman sus compañeros. Al mando de esa silla recorre las 20 cuadras que existen entre su casa y la escuela, casi su única salida. Y es que como el artefacto no se puede plegar y, por sus dimensiones, no cabe en cualquier vehículo, Guady no podía llegar hasta lugares más alejados de su casa. Este impedimento de no tener dónde cargar su silla tampoco les permitía asistir a clases los días de lluvia o viento, mucho menos concurrir a cumpleaños u otros festejos que quedaran lejos del hogar.

“Guadalupe tiene un espíritu admirable y unas ganas de vivir que nos contagia a todos”, nos cuenta Ana Laura, mamá de un compañero de Guady. Por eso, principalmente, es que Nancy De Marchi, flamante ex directora del Colegio, “se puso la causa al hombro y con el carisma y la fuerza que la caracterizan comenzó la campaña con un grupo de padres que la acompañaron en este camino de mejorarle la calidad de vida a estos dos seres tan queridos en nuestra comunidad”.

Aquella tarde del 31 de octubre grande fue el sobresalto de Gabriela cuando, parada en el patio en medio de sus alumnos, esperando la aparición de los Bomberos, vio aparecer, en cambio, a su familia -su mamá y sus tres hermanos- a bordo de un reluciente utilitario blanco, adornado con moños y corazones de colores. Mientras tanto Nancy anunciaba por el micrófono que ese vehículo era para ella y su hija,  como homenaje de la comunidad de la escuela y de Luján a la valentía y amor a la vida de ambas.

Ese día, Gabriela y Guadalupe comenzaron a disfrutar una nueva vida cuando, a la salida de la escuela, partieron a su casa en su flamante O KM, logrado con el dinero recaudado a través de bonos contribución repartidos entre los padres del colegio y de donaciones de diferentes instituciones comprometidos con esta causa.

Durante el acto con la ex directora Nancy Demarchi.

La Cruzada del San Pablo

Cuenta Nancy Demarchi, promotora de la iniciativa y quien hasta el mes de junio pasado fuera la directora del Colegio, que al ver los problemas que Guadalupe tenía para llegar a la escuela -“cada vez que llovía o corría viento no podía venir”-, o para ir a ver a la abuela, que vive en Las Heras y a quien no veía desde hacía tres meses, decidieron alquilar una traffic para que la transportara.

Una gran sorpresa para Guadalupe y su mamá.

Esa fue la primera idea, que al sacar cuentas quedó rápidamente transformada en una iniciativa superadora. “Alquilar la traffic nos salía $3000 por mes. En un año significaban 30 mil pesos. Así es que en reunión de padres decidimos ir más allá y comprarles un utilitario. Los padres se prendieron inmediatamente, especialmente las madres del 2ºB de Guady,  quienes no pararon hasta lograr el objetivo”.

Así fue que desde el mes de junio, un poco antes de que Nancy dejara la dirección de la escuela, se repartieron bonos contribución con lo que llegaron a juntar 100 mil pesos. “Nos faltaban sesenta mil, continúa, por lo que decidimos ir a pedirle a las empresas. Muchos empresarios eran ex alumnos, pero muchos otros no, e igual colaboraron. También los Santa María Goretti, María Auxiliadora y Santa Teresita acercaron su aporte y finalmente pudimos llegar al monto”, finaliza emocionada la ex directora.

La docente Gabriela y la ex directora Nancy Demarchi.

Guady y sus pequeños gigantes amigos.

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