Por José Félix Suárez
La del viernes 9 de julio de 1982 es la fecha que recuerda la despedida de Héctor Osvaldo Pedone del fútbol mendocino después de una trayectoria de 17 años en primera división, donde había debutado en 1965 con los colores de su querido Godoy Cruz Antonio Tomba. Fue uno de los arqueros más completos de todos los tiempos, a la par de inolvidables referentes del arco como Primo Palazzo, el Príncipe Raúl Amador González, el Gringo Luis Iaconetti, el Pelado Juan Carlos Moreno y el Gringo Enrique Juan Reggi entre los más conocidos y nombrados. Se recuerda al popular Chalo por su extensa y exitosa campaña en la que además del Expreso, donde resultó campeón en 1968 y donde fue el máximo responsable de la clasificación del Tomba a su primer Nacional en 1974, actuó también en los Nacionales de 1970, 1971, 1972 y 1978 para Gimnasia y Esgrima, de 1976 para Atlético San Martín y de 1977 para Los Andes de San Juan. En la vecina provincia cumplió dos etapas en Peñarol, otra en Sportivo Desamparados y, pese a su condición de mendocino, a fines de los 70 se convirtió en el arquero titular de la Selección Sanjuanina que logró un segundo puesto en el Campeonato Argentino. En la época de su mayor esplendor se lo conoció como “el pequeño gigante” por su baja estatura y menudo físico. Se destacó siempre por sus notables reflejos, seguridad de manos, elasticidad y agilidad y una fuerte personalidad para ser el líder de cualquier grupo que integró.
En su puesto de frutas, papas y verduras del Mercado Cooperativo de Guaymallén, donde es muy apreciado y respetado por sus compañeros de trabajo y numerosa clientela, el Chalo evoca que la despedida llegó a los 37 años cuando se dio el gusto de jugar en Chacras de Coria, donde también cumplió la función de co-director técnico junto a Felipe Rinaldi que acumulaba mayor experiencia para el cargo. Cuenta Pedone que con un grupo de futbolistas en su mayoría de avanzada edad que se preparaban para tomar la difícil decisión del retiro definitivo, decidieron darle una mano a Chacras de Coria que en aquella temporada de 1982 competía en la división de ascenso. Entre ellos, jugadores muy reconocidos que habían pasado por distintos clubes como el Lalo Eduardo Bazán, Mario Suárez, el Gringo José Basilio Spitalieri, el Mono Jorge Pacheco, Daniel Aliberti y Raúl Legrotaglie, hermano del Víctor que al comienzo estuvo a punto de participar del proyecto. Se recuerda que nuestro Chacras de Coria compartió el primer puesto de la zona “A con Gutiérrez Sport Club por lo que en la instancia de semifinales debió enfrentar al Deportivo Maipú, uno de los clasificados de la zona “B” junto al Centro Deportivo Rivadavia.
En un alto de sus tareas en el café La Playa del mercado de Guaymallén, el Chalo recuerda: “Al término de mi carrera me di el gusto de jugar en Chacras de Coria, una institución que siempre me había resultado muy simpática. Como tenía 37 años sabía que iba a ser mi última temporada y me propuse que ese final tuviera un final feliz como realmente ocurrió. Hicimos una gran campaña y estuvimos muy cerca de dejar a Chacras en primera”.