La diabetes puede dañar los ojos, puede causarles daño a los pequeños vasos sanguíneos de la retina, la parte posterior del ojo, lo cual se conoce como retinopatía diabética. La Diabetes Mellitus es un conjunto de trastornos metabólicos caracterizada por aumento de la glucosa en sangre (glucemia).
Sus síntomas principales son: orinar varias veces en el día (poliuria), aumento exagerado del apetito (polifagia), aumento de la sed (polidipsia) y pérdida de peso. En el mundo hay más de 347 millones de personas con diabetes, según la OMS.
La clasificamos en:
•Tipo 1: o antiguamente denominada juvenil o insulinodependiente
•Tipo 2: o antiguamente denominada no insulinodependiente
•Gestacional: la que puede aparecer en el embarazo
•Otros tipos
La retinopatía diabética es causada por daño a los vasos sanguíneos de la retina, la capa de tejido en la parte posterior del interior del ojo. Es la causa principal de ceguera en los países desarrollados en edad productiva, siendo el riesgo de ceguera un 25% mayor que el resto de la población. Las personas con diabetes tipo 1 y diabetes tipo 2 están en riesgo de padecer esta afección.
Existen dos etapas de la retinopatía diabética:
1. La no proliferativa se presenta primero.
2. La proliferativa es más grave y avanzada. La posibilidad de desarrollar retinopatía y tener una forma más grave es mayor cuando se ha tenido diabetes por mucho tiempo o ha estado mal controlada, en el embarazo o pubertad y si existe hipertensión arterial y colesterol elevado. Con mucha frecuencia, no provoca síntomas hasta que el daño a los ojos es grave.
Los síntomas abarcan visión borrosa y pérdida lenta de la visión con el tiempo, moscas volantes, sombras o áreas de visión perdidas y dificultad para ver en la noche. Muchas personas con retinopatía diabética inicial no presentan síntomas antes de que ocurra un sangrado mayor en el ojo. Ésta es la razón por la cual toda persona con diabetes debe hacerse exámenes regulares de los ojos.
El médico puede diagnosticar retinopatía diabética mediante un procedimiento llamado “fondo de ojos” que consiste en dilatar las pupilas con gotas para los ojos y examinar luego la retina cuidadosamente. También, se puede emplear una fotografía de la retina o angiografía con fluoresceína. Es posible que usted no se dé cuenta de que hay daño en sus ojos hasta que el problema es muy grave. El médico puede detectar problemas oportunamente si usted se hace exámenes regulares.
Toda persona con diabetes debe hacerse exámenes oculares regulares para diabéticos por parte de un oftalmólogo capacitado en el tratamiento de la retinopatía diabética, por lo menos una vez al año. Si usted tiene retinopatía diabética en etapa temprana (no proliferativa), el médico puede observar: vasos sanguíneos en el ojo que son más grandes en ciertos puntos (llamados microaneurismas), vasos sanguíneos bloqueados que generan falta de llegada de oxígeno a la retina, pequeñas cantidades de sangrado (hemorragias retinianas) y líquido que escapa hacia la retina.
Si tiene retinopatía avanzada (proliferativa), se observa: nuevos vasos sanguíneos que empiezan a crecer dentro del ojo, frágiles y pueden sangrar, pequeñas cicatrices que se desarrollan en la retina y en otras partes del ojo (el humor vítreo) y que al contraerse pueden despegar la retina, causando su desprendimiento.
Es posible que las personas con la forma temprana (no proliferativa) no necesiten tratamiento. Sin embargo, un oftalmólogo entrenado debe hacer un seguimiento cuidadoso. Una vez que el oftalmólogo note que están proliferando nuevos vasos sanguíneos en la retina (neovascularización) o que se desarrolla edema macular, por lo general se necesita tratamiento.
La cirugía del ojo con láser crea pequeñas quemaduras en la retina donde hay vasos sanguíneos anormales. Este proceso se denomina fotocoagulación y se usa para impedir que los vasos presenten filtración o para eliminar vasos anormales y frágiles. Un procedimiento quirúrgico llamado vitrectomía se usa cuando hay sangrado en el ojo.
También puede usarse para reparar el desprendimiento de retina. Fármacos que impiden la proliferación de vasos sanguíneos anormales y esteroides inyectados en el globo ocular, son posibles nuevos tratamientos para la retinopatía diabética. Los tratamientos pueden reducir la pérdida de la visión, pero no curan la retinopatía diabética ni contrarrestan los cambios que ya se han presentado.
Otros problemas que se pueden presentar son:
•Cataratas: opacidad del cristalino del ojo.
•Glaucoma: aumento de la presión en el ojo, que puede llevar a ceguera.
•Edema macular: visión borrosa debida a que se filtra líquido hacia el área de la retina que suministra la visión aguda central.
•Desprendimiento de retina: la cicatrización puede provocar que parte de la retina se salga de la parte posterior del globo.
Si usted es diabético, consulte al oftalmólogo si algunos de los siguientes síntomas son nuevos o están empeorando: no puede ver bien en la luz tenue, tiene puntos ciegos, visión doble, nublada o borrosa y no puede enfocar, dolor en uno de sus ojos, dolores de cabeza, ve manchas que flotan en sus ojos, no puede ver cosas que están al lado de su campo visual, ve sombras.
El control estricto de la glucemia, la presión arterial y el colesterol es muy importante para prevenir la retinopatía diabética. No se debe olvidar realizar el control oftalmológico cada seis meses o por lo menos anualmente a partir del diagnóstico de diabetes. La dieta saludable, la actividad física regular, el mantenimiento de un peso corporal normal y la evitación del consumo de tabaco pueden prevenir la diabetes de tipo 2 o retrasar su aparición.
Autores: •Dra. Evelin Kadi. Médica Oftalmóloga. Instructora de Residentes Instituto Zaldivar. Jefe de trabajos prácticos Universidad de Mendoza •Dr. Daniel Fernando Sanchez Olguin. Médico Oftalmólogo. Jefe de Residentes Instituto Zaldivar. Jefe de trabajos prácticos Universidad de Mendoza