Conducir por los alrededores de la intersección de Terrada y Bulnes puede volverse una decisión bastante peligrosa. En varias ocasiones los vehículos han quedado atrapados en pozos que surgen súbitamente, ya que la calle luce normal.
Por mal compactamiento, la calzada cede ante el paso de los vehículos, convirtiendo el tramo en una verdadera trampa.
Y es que luego de las obras de cloacas y de tendido de la red de gas, la calle de tierra ha quedado mal compactada, por lo que a menudo cede ante el peso de algún vehículo que tranquilamente y sin la menor sospecha del peligro que se le avecina circula por
allí.
Abajo, como trampas agazapadas, se encuentran las zanjas de las cloacas y ahora las de gas. A esto se le suma el desborde sobre las calles del agua de riego, lo que provoca el hundimiento de la calzada ante el paso de los vehículos, convirtiendo la calle en peligrosa trampa.
Desde la empresa ECOGAS aseguran que eso se debe a las continuas filtraciones de agua.
