Por Fabien Lefebvre

“YOGA” viene de la raíz del sánscrito (yug – unir). Unión entre cuerpo y mente. Esta disciplina y filosofía tiene sus orígenes en India hace más de cinco mil años. El yoga es “unión”.
La historia del yoga está estrechamente vinculada a la de la civilización india. Práctica antigua para ayudarnos a encontrar el bienestar, la felicidad y la unidad de nuestro cuerpo y nuestra mente.

Los primeros textos que lo abordan son las Upanishads que se desarrollaron a partir del siglo VII A.C. En estos textos los sabios comunican experiencias de inmoviliad meditativas o la concentración sobre el movimiento de la respiración (Pranayama). El yoga aparece en todas las literaturas espirituales de la India, donde designa siempre formas de disciplina que unen el cuerpo y la mente. En los alrededores de nuestra era, una síntesis filosófica da al yoga su estrucrura clásica:

Los Yoga Sutras, de Patanjali. Una guía del yoga, a través de su filosofía muestra que para unir el cuerpo y la mente se necesitan más que posturas en el tapete, una verdadera honestidad con uno mismo, tatar de no dañarse ni dañar a los demás ni con acciones ni con palabras en el entendido de que todos formamos parte de un todo.

El yoga se diversificó según los contextos en los cuales se practica. Se pueden distinguir varios caminos del yoga, entre los cuales se encuentran:

• el karma-yoga o “yoga de la acción”, es el yoga de la vida diaria, ayudando a tener en cuenta el “acto justo” o “desinteresado”.
• el bhakti-yoga o “yoga de la devoción”, es el yoga asociado a corrientes religiosas, dentro del hinduismo o el budismo.
• el jnana-yoga o “yoga del conocimiento”, el yoga de la inteligencia que lleva al entendimiento de la no dualidad sino de Unidad de todo.
• el hatha-yoga o secuencia de posturas, respiración energizantes que ayudan a fortalecer el cuerpo y ejercicios de respitación para relajarse.

En la actualidad, las numerosas tradiciones de yoga, que no han dejado de evolucionar, se diversificaron en estilos tal como lo es el estilo Iyengar más enfocado en la alineación del cuerpo con materiales de apoyo en las posturas, el Ashtanga, que es más dinámico, el Kundalini, que se enfoca más en meditación y respiración consciente para despertar la energía (prana). Lo importante en la práctica del yoga es encontrarnos con nosotros mismos.

Dios los bendiga.

CLAUDINA TERUEL – Prof. Purna Yoga Integral.