Tecnología ambiental con sello Luján: cloacas a cielo abierto

Los vecinos del Loteo La Aurelia toman la posta de nuestro correo de lectores. Y dejan clarísimo, el por qué de su reclamo.

La Municipalidad de Luján ha hecho una revolución ingenieril comparable a lo que significaron los acueductos romanos. Respetando el patrón que caracteriza a esta gestión, han ahorrado trabajo y pensamiento al resolver de la manera más simple la rotura de un caño de cloacas: ¿Enterrar un caño? Mucho laburo. Dejemos que los deshechos fecales viajen libremente por esa maravilla de la tecnología vernácula: la acequia.

La idea, además, puede ser un golazo en turismo. Después de todo las heredamos de nuestro pueblo originario. La acequia de la calle Bulnes entre el Acceso Sur y Terrada debe ser declarada sitio arqueológico incorporado funcionalmente a la vida cotidiana de los lujaninos. Para los turistas que no se enganchen con lo Huarpe tenemos otro relato. Las cloacas a cielo abierto significan una recuperación de la historia que nos devuelve la cruda belleza de la edad media donde los soretes pululaban por las calles fétidas para recordar a los mortales que la ciudad de los hombres no era el paraíso.

La edad media es todavía más palpable para el loteo La Aurelia de la calle Terrada entre Bulnes y Castro Barros. Tampoco tenemos agua corriente y siempre pasa cuando más la necesitamos (temperaturas arriba de treinta y cinco). Por suerte, el Señor Aguilera de Aguas de la Muni es un narrador eximio y nos ameniza el infortunio contándole a cada vecino una historia distinta -el ‘relato’ que le dicen- de por qué no tenemos agua. El día que abandone la oralidad por la escritura, el Nobel va a ser para un tapado.

Sin sensibilidad histórica ni sentido de la estética, los vecinos de La Aurelia suplicamos que la Muni se apiade de nuestros bebés y niños y trate los deshechos cloacales con caños y nos dé un poco de agua también en diciembre y enero.

Vecinos Loteo La Aurelia


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