Archivo | enero 2nd, 2014

Actividades de verano en la Biblioteca Alberdi -->

Actividades de verano en la Biblioteca Alberdi

Desde la segunda semana de enero se ofrecerán actividades artísticas y recreativas para todas las edades. Lecturas al aire libre, música y juegos son algunas de las ofertas que la institución literaria ofrece en Luján

Para esta temporada estival la Biblioteca Popular Municipal Alberdi sigue con su programa de actividades para todas las edades. Todas se desarrollarán en horarios matutinos y se encuentran incluidas en el programa “Libros al Sol. Verano para todos en la Alberdi” que se desarrollará por tercer año consecutivo en la casa de libros.

El 6 de enero comienza el mencionado programa con las clases de Artes Plásticas, a cargo de Daniela López y Neida Medaglia. Será los días lunes y miércoles desde las 10 de la mañana.

Los días martes a las 10 continuará la tradicional Hora del Cuento. Está destinada a niños de todas las edades y la dinámica incluye: lecturas de textos infantiles, visita guiada a la biblioteca, susurradores y pintada de mandalas. Esta actividad se complementará con ReciclArte, un taller en donde de creación de juegos con material reciclado.

Otro de los atractivos que ofrecerá la Alberdi en las mañanas del verano lujanino son los Juegos en Vacaciones. Todos los jueves a partir de las 9.30 se armará un circuito con  bloques de construcción, rompecabezas, actividades de motricidad y equilibrio, entre otros. Todos se enmarcarán bajo la temática del libro y la literatura.

Los viernes a las 10 se desarrollará el taller de música, donde los niños podrán crear canciones y divertirse con los instrumentos musicales que la Alberdi recibió de parte de la SENAF (Secretaría de Niñez Adolescencia y Familia de la Nación) en el marco del programa “Jugando construimos ciudadanía”. El paquete también contenía juegos didácticos que se estrenarán en el resto de las actividades veraniegas.

Finalmente, a partir del 28 de enero y durante cinco encuentros se llevará a cabo el taller de máscaras para carnaval. Estará destinado a personas de 8 años en adelante y se trabajará con la técnica de copiado de rostro. Será todos los miércoles a las 10.

Además, todos los días se preparará un mesón en la Plaza de los Escritores – lugar donde se encuentra la sede de la Alberdi – con revistas, diarios, libros de poesías y cuentos cortos.  La actividad está orientada a todas las edades ya que también se pueden encontrar obras infantiles y una beboteca con juegos lúdicos y libros didácticos para los más pequeños. El rincón literario también cuenta con Wi – Fi y estará ambientado con música suave y sonidos de la naturaleza.

Todas las ofertas que incluidas dentro del programa son libres y gratuitas.

La Hora del Cuento. El éxito del verano en la Biblioteca Alberdi


Cambio de horario

El horario de atención para el verano es de lunes a viernes de 8 a 14. La dirección es República del Líbano y Evans de Luján de Cuyo. Para mayor información puede contactarse al teléfono 4985388, ingresar a Facebook – Biblioteca Alberdi (Página) o al blog oficial: wwwbibliotecapopularmunicipalalberdi.blogspot.com

Escrito en CulturaComentarios (0)

“Los mareados”: Entre el desamor y la censura -->

“Los mareados”: Entre el desamor y la censura

Con motivo del Día Nacional del Tango, celebrado el pasad0 11 de diciembre, recordamos el aniversario del fallecimiento del gran poeta Enrique Cadícamo. Aquí, la jugosa historia de uno de sus tangos más conocidos. Su nacimiento, la censura, y la posible y sorprendente influencia de la poesía francesa…

Por Nicolás Sosa Baccarelli

Los dopados

Corría mayo de 1922. Raúl Doblas y Alberto Weisbach estrenaban su obra teatral “Los dopados” en el Teatro Porteño. La misma tenía un aporte musical del mismo título, compuesta por un pianista, por entonces veinteañero, a quien recordamos este año en el 60° aniversario de su fallecimiento: Juan Carlos Cobián. Pianista talentoso, compositor exquisito, ya había tocado para esa época con Eduardo Arolas, con Osvaldo Fresedo, y estaba a punto de conformar su importante pero fugaz sexteto a partir del cual Julio De Caro gestaría la gran renovación de nuestra música.

La letra de “Los dopados” pertenecía a los mismos autores de la obra teatral, Doblas y Weisbach, y relataba -una vez más- la triste y conocida historia de la “milonguita” que olvidó su pasado humilde, sus “viejitos” y que ahora disfrutaba de los lujos y los vicios nocturnos que algún bacán le deparaba: “Pobre piba, entre dos copas/tus amores han logrado./Triste hazaña de un dopado/que hoy festeja el cabaret (…)”

A las dos semanas del estreno de “Los dopados” ya lo estaba grabando Osvaldo Fresedo, para el sello Víctor, en una versión instrumental, sin letra. Dos años más tarde lo grabó el propio Cobián en el piano, con Ferrazano en violín y con la voz de Roberto Díaz.

El tango no tuvo mayores repercusiones, hasta podríamos decir que “fue olvidado”, según lo contaría luego, Enrique Cadícamo.

Rara, como encendida

Veinte años más tarde: 1942. Cuenta Cadícamo en sus memorias: “Un día Troilo llega muy entusiasmado a nuestro departamento trayéndome una vieja grabación por la orquesta de Fresedo del tango de Cobián “Los dopados”. Como era sólo para orquesta, me pidió que le adaptase versos porque quería estrenarlo urgentemente y con letra. Le expliqué que no me parecía correcto hacerlo sin la autorización de Cobián, que se hallaba fuera del país. Insistió que le hiciera ese favor que me pedía, agregando que cuando Cobián regresara a Buenos Aires se encontraría con un éxito”. Finalmente Pichuco logró convencer a Cadícamo, quien se decidió a hacerle la letra cambiándole el título por el de “Los mareados”. Ambos ignoraban que el tango que traía Pichuco, en versión instrumental de Fresedo, ya tenía una letra. Troilo le hizo sus arreglos para la orquesta y para la voz de “Fiore”.

Imaginemos la escena: Corrientes y Talcahuano, cabaret “Tibidabo”. De pronto brotan los acordes de la vieja y maravillosa melodía de Cobián, y sobre el escenario un impecable Francisco Fiorentino entonaba, como una fórmula mágica, los primeros versos de lo que sería un éxito rotundo, grabado en el tiempo para siempre: “Rara… Como encendida, te hallé bebiendo, linda y fatal”.

Así comenzaba ese relato, esa confesión de amantes embriagados en una despedida, en un último brindis, a punto de darse el último beso, sin rencores, sin lamentos. Así, casi discretamente, narraba Enrique Cadícamo ese adiós. “Bebías  y en el fragor del champán loca reías, por no llorar”.

De esta forma nacía una de las 11 perlas urdidas por el dúo Cobián–Cadícamo, un ensamble perfecto de músico y poeta. De este binomio surgieron tangos tales como “La casita de mis viejos”(1932), “Nostalgias”(1936), “Rubí”(1944) o “Niebla del Riachuelo”(1937) entre otros. Obras inmortales que enaltecieron la música de los argentinos y figuran entre las composiciones más refinadas de nuestra cultura nacional.


La censura

Un par de meses más tarde, exactamente la madrugada del 4 de junio de 1943. Ocho mil soldados encabezados por el General Arturo Rawson y algunos subalternos, salen de Campo de Mayo, se enfrentan con fuerzas leales al gobierno en la ESMA. Muertos, heridos, un presidente -Ramón Castillo- que se embarca rumbo al Uruguay y los argentinos teníamos ya, en un abrir y cerrar de ojos, otro gobierno.

“Por ahora nuestro propósito es sanear, sanear y sanear, después el pueblo y el tiempo dirán lo que debe hacerse” dijo el Gral. Ramírez. Ese “saneamiento” alcanzó al tango. Se prohibió la difusión de muchas obras por considerárselas inmorales, se intentó desterrar al lunfardo y hasta el “voceo” tan nuestro, buscando reemplazarlo por un “tuteo” tan puro como ajeno a nuestro particular español. El tango y la literatura popular se retorcían.

Según cuenta el profesor Horacio Belmaña, Enrique Cadícamo fue citado por un funcionario de la Dirección de Cultura. ¿El asunto?: su tango “Los mareados”, donde hablaba de dos borrachines. A ver qué se podía hacer al respecto…

El poeta se sentó frente a una máquina de escribir y la hizo retumbar un rato. Redactó algunas estrofas y se las leyó al censor: “¿Así le gusta?”, le preguntó. “Esto está mejor” contestó el funcionario.  “Pues sepa que esto es una porquería”, respondió Cadícamo y rompió en su cara el escrito.

Llegó el 25 de marzo de 1949. El presidente Juan Domingo Perón resolvió previa audiencia con representantes de los interesados, un tema que inquietaba a muchos hombres de la música y las letras: levantó la censura al lunfardo y demás asuntos milongueros. De este modo resurgía, entre muchos otros tangos, en su versión auténtica, “Los mareados”.

“Hoy vas a entrar en mi pasado”

Fue el escritor e investigador de tango, Ricardo Ostuni, el que alguna vez hizo notar la evidente similitud entre algunos versos de “Los mareados” y el poema “Finale” del poeta francés Paul Geraldy. La pieza se publicó en su libro “Toi et Moi” (Tú y yo)  en 1913 y dice así: “Ainsi, déjà, tu vas entrer dans mon passé ” (Así, ahora, tú vas a entrar en mi pasado).

Dice Gerlady en la versión de Ismael Enrique Arciniegas que consultamos: “Y qué grandes creímos nuestros dos corazones,/¡y qué pequeños! ¡Cómo nos quisimos tú y yo!/ ¿Recuerdas otros días? ¡Qué gratas ilusiones!/Y mira en lo que ahora nuestra pasión quedó”. Hay un indudable parecido con el tango de Cadícamo: “Hoy vas a entrar en mi pasado/y hoy nuevas sendas tomaremos…/¡Qué grande ha sido nuestro amor!…/Y, sin embargo, ¡ay!,/mirá lo que quedó…”.

Influencias que van y vienen en el mundo de la poesía y que no deben escandalizar a nadie, ni mucho menos quitan mérito a este señor poeta que fue Enrique Cadícamo.

Escrito en CulturaComentarios (0)