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Correo de lectores: Gabriela Figueroa y el Encuentro Nacional de Mujeres

Derecho a decidir como terminología mejorada de legalización del aborto

Debe haber sido en una reunión de mujeres allá por los años 90. Imagino el debate y después la propuesta, que algunas la habrán tomado como una claudicación y otras como un desafío para seguir avanzando. Cambiemos la palabra feminismo por otra. Ya se encargaron de que el término que se acuñó para defender los derechos de la mujer se relacionara con ser pésima madre, mala esposa o enfrentar a los hombres. ¡Si hasta las mismas mujeres aclaran que no son feministas, como si se tratara de una secta perversa!

Entonces, insisto, con resignación, tienen que haber pensando en varios vocablos persuasivos hasta que quedó el que se utiliza ahora: temática de género. Suena a tela, pero a los oídos de muchos penetra sin tanta resistencia.

En el 28º Encuentro Nacional de Mujeres, realizado en San Juan pasaron cosas hermosas y otras no tanto. Como siempre. Como en todas las reuniones en donde se mezclan distintas clases sociales, credos, edades y afiliaciones sindicales y políticas.

Mientras sólo repercute en muchos medios de comunicación lo más conflictivo (la noticia no es que un perro muerda a una persona, sino que una persona muerda a un perro) como por ejemplo las pintadas que hizo un grupo pequeño de fundamentalistas a la catedral de San Juan y a edificios públicos (éramos más de 20.000 mujeres marchando por las calles sanjuaninas), hecho menor y sin trascendencia alguna para los movimientos de mujeres, se llegaron a muy buenas conclusiones en los 58 talleres de trabajo.

En uno de los tres talleres de Mujer y Medios de Comunicación quedó flotando una consigna que tenemos la obligación de instalar las personas que nos dedicamos a la comunicación. Algo así COMO LO QUE SUCEDIÓ en esa reunión que comenté al principio con el cambio de feminismo a género (aunque en el fondo sea lo mismo).

Hay que empezar a dejar de utilizar tanto la palabra aborto porque asusta, espanta. De eso no se habla, aunque suceda y sea tu vecina o tu sobrina la que no le dé curso a un embrión. Eso no va más. La gente que no es buena gente o que es ignorante se ha encargado de ponernos el sello de aborteras, de estar en contra de la vida. Hay que enseñarles y especialmente a las mujeres, que la lucha a la que les pedimos que adhieran es por nuestro derecho a decidir. Hablar de la libertad de decidir, sin juzgar, sin encarcelar, que cada caso sea personalísimo. Hacer hincapié en eso.

No, dijo otra. Yo no estoy de acuerdo. Un huevo no es un pollo y un embrión no es una persona. Hablamos de que no se muera ninguna mujer más por aborto clandestino, no es que estemos mandando a las embarazadas a abortar, interrumpió otra participante del taller: nosotras ya sabemos que la mujer no es una incubadora, que los derechos sexuales y reproductivos son derechos humanos muy humanos y que el aborto es el último eslabón de una cadena en donde se rompieron todos los eslabones anteriores y que cuando la decisión es irreversible lo mejor es que no corra riesgo la mujer.

Debate. Terminología. Las palabras tienen sexo. Todas estamos a favor de la vida. Todas queremos que no haya violencia de ningún tipo. Somos madres, compañeras, solidarizadas con las más vulnerables, débiles o desesperadas.

Derecho a decidir. Libertad. Responsabilidad de la propia vida y del propio cuerpo.

Y agrego yo: con más y mejor educación no habría delincuencia. Con más y mejor educación no habría barrios privados. Con más y mejor educación no habría discriminación y con más y mejor educación no habrá embarazos no deseados ni abortos.

Pero mientras tanto, como sociedad justa, démosle la posibilidad a la mujer a que ejerza su derecho a decidir.

Gabriela Figueroa

Participante XXVIII Encuentro Nacional de Mujeres

Foto: Telam

2 Comentar este artculo

  1. Eduardo Luis Ferrer Dijo:

    “La historia (real) del origen moderno del aborto en el mundo
    No nació como un “derecho reproductivo” sino como un instrumento para someter poblaciones
    En la actualidad la libertad de abortar es tratado como un fenómeno progresista que libera a la mujer. Un logro del feminismo que independiza a la mujer de las estructuras patriarcales ancestrales. Pero, ¿es realmente así? ¿Las posturas favorables al aborto nacieron de revoluciones sociales progresistas como, por ejemplo, el mayo del 68 francés? Analicemos brevemente la evolución del aborto en el siglo XX hasta nuestros días.
    La realidad es que sólo se habla del aborto como una aportación del movimiento feminista y una aportación de la mujer y para la mujer que nace a partir de los años 70 en Estados Unidos. No obstante, esa afirmación no es cierta, ya que cuando la ‘revolución’ abortista desembarcaba en Estados Unidos no solamente ya había empezado hacía muchos años atrás, sino que los máximos que se habían conseguido ya difícilmente se volverían a dar posteriormente.
    La Rusia bolchevique, verdadera impulsora del aborto
    En primer lugar el aborto empezó en 1917 en Rusia, con la Unión soviética, con el primer gobierno bolchevique. Evidentemente, los bolcheviques no legalizaron el aborto porque creyesen en los derechos individuales de las mujeres, en el marxismo los derechos individuales no existen como tales, solamente existen los derechos de las personas en función de su responsabilidad social. ¿Por qué lo hicieron, pues?, porque el programa bolchevique implicaba un proceso de industrialización que duró muchos años y que causó muchas muertes. Un proceso de industrialización acelerada que requería el máximo de personas activas. Se trataba de provocar una incorporación masiva de las mujeres en la industria y en las grandes granjas colectivizadas, que también imitaban al modelo industrial de producción a escala. La mujer madre no encajaba en este sistema.
    Con el paso de las décadas eso provocó un importante problema demográfico en la Unión Soviética, que todavía colea en la actual Rusia porque la tasa de aborto –heredada de la URSS- ha llegado de ser enorme. En la Unión Soviética nunca dejó de ser legal, pero vivió fluctuaciones en su aplicación, algo común en los regímenes comunistas: apretar más o menos una ley en función de las circunstancias provocando así que fuera más fácil o menos abortar.
    Aquí empezó históricamente el aborto masivo legal, en la Unión Soviética. Después este modelo fue copiado por el Partido Comunista chino que, en definitiva, en sus orígenes era influido y dependiente del Partico Comunista soviético.
    En China el aborto se legalizó por el mismo motivo que lo hiceran los bolcheviques y todavía por una razón más marcada: la industrialización en China tenía que ser más acentuada ya que en la Unión Soviética había una base industrial que China no tenía. Y no sólo eso: a eso se le suma que China sí tenía un grave problema de excedente demográfico, que podía resolver con el aborto.
    Este proceso comenzó en el gigante asiático en los años 20 en los territorios ocupados del partido socialista chino y se consolidó con la derrota de los nacionalistas chinos.
    Cuando los abortos superan el 15% de los nacimientos es irracional negar su relación con la crisis demográfica, así fue para la URSS y está siendo para China. En Europa no ha sido diferente y se están notando claramente sus efectos.
    En Europa la mayoría de países han tendido a converger en el intervalo 20- 25 abortos cada cien nacimientos, con la excepción de Alemania, que está en el 16%. Existen evidencias suficientes como para afirmar que ningún país se situaría claramente por debajo de la tasa de remplazo sin la generalización de aquella práctica. La aplicación de modelos de simulación estableció ya en 1975, que el aborto reducía un 20% la tasa de fertilidad. La situación actual es incluso peor. En una fecha tan temprana como 1999, la investigadora Margarita Delgado anunciaba que ya producía un impacto tangible sobre la natalidad, pero siempre ha sido políticamente incorrecto exponer los efectos del aborto, incluso ahora cuando alcanza cifras trágicas.
    Japón, el tercer país por obligación estadounidense
    El tercer país que legalizó el aborto fue Japón, pero no el Japón imperial sino el ocupado por la fuerzas norteamericanas tras las Guerra Mundiales. Esas fuerzas decretaron a finales de los años 40 que el aborto sería legal en Japón.
    Y aquí es donde se produce la gran contradicción: en el año 50 el aborto era legal en Japón, y hasta 12 años más tarde, en el año 72 no sobrevino legal en Estados Unidos. La pregunta es: ¿es que los militares norteamericanos querían dar más derechos a las japonesas derrotadas que a sus propias mujeres?, es evidente que no. Se utilizaba el aborto para el control de la población y para evitar que hubieran niños que tuvieran ocupadas a las mujeres cuando e país requería una gran capacidad productiva.
    No es hasta el año 72 que el aborto cambia de signo y se trastoca: lo que había sido visto como un empuje de la mujer al trabajo industrial y un instrumento de control de poblaciones por sistemas totalitarios o sistemas militares de ocupación, es visto ahora como un signo de progreso y liberación.
    Por entonces, autores de la época afirman que la mujer no se podrá realizar hasta que sea igual que el hombre, y ¿qué la diferencia del hombre?, la maternidad. Cuál es el riesgo de no ser feliz, el riesgo que introduce la maternidad por lo tanto hace falta suprimirla o dejarla reducida a cuando vaya bien.
    Después esta concepción con el tiempo ha sido criticada aunque se mantiene viva en el meollo del feminismo radical. Un feminismo que ve a la mujer como el hombre, porque el hombre disfruta teniendo varias relaciones con diferentes mujeres, y para que las mujeres sean iguales deben no tener hijos porque supondría un impedimento para ello
    Y es que el hombre tienen una tendencia a buscar diversas mujeres, cuando la mujer lo que busca es fidelizar la relación, lo cual no significa que sean verdades absolutas, pero como tendencia es así. Es el mismo mecanismo por el que a penas hay pornografía femenina: el proceso de satisfacción de ambos es diferente. Las mujeres necesitan que la relación sexual incorpore una determinada dimensión de afecto, cosa que el hombre no necesita porque tiene un sistema más límbico, más primario. Esto ha comportado en la actualidad la figura de esa mujer desquiciada que debe trabajar como un hombre pero que como no consigue deshacerse de su realidad como mujer tiene la sensación de que les quedan vacíos.
    La normalización legal del aborto es pues un fenómeno muy reciente -y siempre discutido y contestado en todos los sitios- que empezó (si dejamos de lado los países comunistas que no respetaron ningún derecho humano) en USA en 1973 y, desde ahí, se fue extendiendo a Europa, primero, y después al resto del mundo, a impulsos de ideologías, intereses económicos y estrategias políticas hoy muy contestadas (obsesión maltusiana por el control de la población, revolución sexual sesentayochista, imperialismo yanqui, presión de la industria del aborto y la anticoncepción sobre los Gobiernos, ideología de género, etcétera).
    El aborto no sólo no está normalizado en el mundo, sino que encuentra cada vez más resistencia en todas partes y, en primer lugar, en Estados Unidos, donde precisamente empezó este fenómeno. En este país, ya una mayoría de la población se define como pro life -provida- y no como pro choice –pro elección-, según la encuesta de Gallup; y más de la mitad de los Estados de la Unión han aprobado en los últimos años leyes restrictivas del aborto con una cadencia que sigue en aumento, a pesar de contar en estos momentos con el Presidente más proabortista de su historia, Obama.
    Por otra parte, varios países del ex bloque comunista han aprobado leyes restrictivas del aborto a partir de 1989 (el caso más exitoso es el de Polonia), y en toda la América Latina se está produciendo una gran resistencia a la aprobación del aborto que se exige a aquellos países de forma insistente y colonialista desde Naciones Unidas, ello a pesar de la insistente presencia del lobby abortista.
    En la Europa occidental, el aborto es objeto de amplio debate social en países como España, Irlanda, Francia o Italia. En ningún sitio es algo normalizado y pacífico.
    Artículo publicado por Forum Libertas
    sources: Forum Libertashttp://www.aleteia.org/es/salud/contenido-agregado/la-historia-real-del-origen-moderno-del-aborto-en-el-mundo-5815058361745408

  2. Eduardo Luis Ferrer Dijo:

    Europa: Tribunal de Justicia protege al embrión humano desde la concepción
    Histórica sentencia en un caso de patentes biotecnológicas

    20 de octubre de 2011 | 3315 hits

    LUXEMBURGO, jueves 20 octubre 2011 (ZENIT.org).- El Tribunal Europeo de Justicia, con sede en Luxemburgo, ha dictado una histórica sentencia a favor de la dignidad del embrión humano desde la concepción. Se trata de una decisión emitida a instancias de la organización ecologista Greenpeace, en un caso de patentes biotecnológicas.

    La sentencia declara que una invención biotecnológica no debe ser protegida jurídicamente cuando para su proceso haya requerido la previa destrucción de embriones humanos o el uso de los mismos como materiales de base.

    En definitiva, no podrá ser patentado un proceso que implique la extracción de una célula madre de un embrión humano, ni siquiera en la etapa de blastocito (célula embrionaria no diferenciada), ya que este proceso implica la destrucción del embrión.

    El caso que ha dado lugar a la sentencia se originó a raíz de la decisión del Tribunal Federal de Justicia de Alemania, a instancias de la organización ecologista Greenpeace, de someter la patente desarrollada por Oliver Brüstle, en 1997, al Tribunal Europeo, para que fuera éste el que interpretase la expresión “embrión humano”, a la que se refiere el art. 6 (2) (c) de la Directiva de la Unión Europea 98/44/EC sobre la Protección Jurídica de la Invenciones Biotecnológicas.

    Ahora, la sentencia del Tribunal de Luxemburgo se ha pronunciado en el sentido de que la Directiva protege todos los estadios de la vida humana, al excluir al embrión humano de la protección de las patentes.

    El fallo proporciona así una correcta definición del “embrión humano” como un “organismo capaz de iniciar el desarrollo de un ser humano”, ya sea el resultado de la fecundación o el producto de una clonación.

    En concreto, el fallo de la sentencia confirma que la legislación europea relativa a la protección jurídica de las invenciones biotecnológicas debe interpretarse en el sentido de que constituye un “embrión humano” todo óvulo humano a partir del estadio de la fecundación, todo óvulo humano no fecundado en el que se haya implantado el núcleo de una célula humana madura, y todo óvulo humano no fecundado estimulado para dividirse y desarrollarse mediante partenogénesis (reproducción basada en el desarrollo de células sexuales femeninas no fecundadas).

    Además, la sentencia excluye que pueda ser patentado un invento que haya implicado la destrucción previa de embriones humanos o su utilización como materia prima, sea cual fuere el estadio en el que éstos se utilicen.

    La asociación española Profesionales por la Ética celebró esta decisión del Tribunal Europeo “desde el convencimiento de que la protección de la vida humana requiere, en el contexto de las actuales investigaciones biotecnológicas, una definición amplia de lo que debe entenderse por embrión humano”.

    De este modo, además –añade-, “se refuerza el carácter ético de dichas investigaciones y, en definitiva, la mejor y más eficaz opción por las células madre adultas.

    En opinión de la asociación, “la negativa de la patente a la investigación con células embrionarias en Europa hace que, a partir de esta histórica sentencia, dicha línea de investigación resulte mucho menos atractiva desde el punto de vista de los intereses financieros que, en buena medida, la sostenían”.

    Ver el texto completo de la sentencia del Tribunal Europeo de Justicia en el caso Brüstle vs. Greenpeace de 18 de octubre de 2011.

    Para saber más: http://www.profesionalesetica.org/.

    http://www.zenit.org/es/articles/europa-tribunal-de-justicia-protege-al-embrion-humano-desde-la-concepcion

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