Archivo | diciembre 22nd, 2013

Editorial: Fin de ciclo -->

Editorial: Fin de ciclo

Llegó diciembre con sus primeros sofocantes calores y las habituales tormentas estivales. Diciembre también trae un final de ciclo.

Por estos días es frecuente escuchar: “Este año se pasó volando”. Es sólo una subjetiva sensación de lo fugaz que parece este transcurrir diario. Si nos detenemos a pensar unos minutos, reconoceremos que cada día vivido trajo consigo sus faenas, sus delicias, sus desencantos, sus logros y sus fatigas. También es habitual, en esta época, intentar un rudimentario balance de lo que fuimos capaces de realizar durante este año calendario. ¿Qué nos propusimos para el 2013? ¿Cuántos logros obtuvimos? ¿Cuántas metas quedaron pendientes de lograr? ¿Qué cosas buenas  pude haber hecho y no las hice? En fin, cada uno sabe en qué platillo de la balanza colocará cada cosa.

Desde este espacio, la Editorial de Correveidile, siempre tuvimos un objetivo claro: ofrecer al lector un lugar para la reflexión y discusión sobre distintos temas que atañen a nuestro pueblo y por ende a nuestras vidas.

Somos conscientes de que nuestro periódico no puede transformar la realidad, tampoco la forma de pensar y actuar de las personas. Sin embargo, asumimos el humilde rol del socrático tábano que, con sus aguijonazos, mantenía siempre despierto al perezoso asno.

Es que la historia del Corre no tendría sentido sin la entrañable historia de Chacras de Coria.

Nuestros fieles lectores reconocerán que durante estos 13 años que estamos juntos tuvimos ciertas y coherentes preferencias.

Una de ellas fue -y lo seguirá siendo- hacer conocer y reconocer a las personas que humilde y anónimamente trabajan con empeño en el cotidiano devenir del pueblo. Si se repasan estos 143 números de Correveidile encontrarán entrevistas a gente tan común como querible: al panadero, al peluquero, al herrero, al vecinalista, al cura, al comisario, al concejal, al maestro, al emprendedor, al zapatero, al placero, al deportista, al artista, al verdulero, al periodista, al comerciante, al doctor, al carpintero, al carnicero, al bicicletero.

Otro horizonte siempre presente fue -y lo seguirá siendo- la defensa de nuestro medio ambiente. Fundamentalmente del arbolado público. Cuántas veces gritamos o ¿suplicamos? ¡“PAREN DE TALAR”! Nunca habrá buena excusa valedera para erradicar caprichosamente a tantos árboles que aún tenían futuro de prodigiosa sombra a la vera del camino.

Cuántos proyectos ecológicos y autosustentables difundimos para su reconocimiento y aprobación…

Cuántas veces reclamamos que por nuestras acequias volviera a correr un poco de agua para saciar la acostumbrada sed de nuestras plantas…

Y, tal vez, el tema más recurrente haya sido la desordenada transformación de nuestro pueblo. Algunos visitantes o recién llegados a Chacras juzgarán algunas de nuestras crónicas como nostálgicas. La “nostalgia” es el deseo doloroso de regresar.

Desde nuestro primer número fuimos nostálgicos. Intentamos advertir que tantos vehículos transitando velozmente por las angostas calles eran un peligro y un estorbo evitable…

Cuántas viviendas de antiguas familias cedieron sus entrañables aromas hogareños a las frías vidrieras de insulsos comercios…

Cuántos viñedos fueron despojados de parrales y buenos vinos para alojar a herméticos barrios privados…

En fin, somos conscientes de que Chacras de Coria dejó definitivamente de ser aquel pueblo amable y pacífico. Sin embargo seguiremos apostando a brindarnos la oportunidad de una buena convivencia entre los que llegaron para quedarse y no sienten nostalgia alguna y los que esperamos ansiosos las fotos para el recuerdo.

Este es nuestro elemental balance. Lo que siempre propusimos y lo que vamos consiguiendo junto a nuestros vecinos . Y la promesa tenaz de que el tábano seguirá con su aguijón para que el asno no se duerma.

Mientras tanto… hoy desde el Corre les deseamos ¡Felices Fiestas y un Gran 2014 para todo el mundo!!!

¡Nos vemos el año que viene!

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