La inconciencia generalizada ya casi es un tema de Estado. La velocidad con que circulan los irresponsables -quienes además, se multiplican como hongos- se ha vuelto un problema casi insostenible en el pueblo.

Circular por la mayoría de las calles de Chacras es una misión de alto riesgo. El peligro que implica cruzar caminando alguna de ellas o circular en bicicleta es algo cotidiano, con lo que hemos tenido que aprender a convivir. Por eso mismo se multiplican a su vez los pedidos de los vecinos hacia las autoridades municipales para la colocación de adecuados reductores de velocidad, cartelería y debidos controles.

En este sentido, increíble pero cierto, solicitan en carácter de urgente la instalación de reductores en la zona de la intersección de Viamonte y Mitre -esquina congestionada si las hay, pero que aún así, los desubicados y desubicadas utilizan cual pista de carrera-. Lo mismo pasa en calles Loria, Besares, Pueyrredón, Álzaga, etc., etc., etc.

¿Dónde quedó el pueblo sin prisa? Esta gente que corre y acelera como loca… ¿Se dedica a atender partos, llevar la extremaunción o apagar incendios, tal vez?

La ordenanza que indicaba circular a 30 km quedó en la nada, la gente no la aceptó por lo engorroso que le resultaba desplazarse a tan baja velocidad -aunque es la ideal para que convivan en una misma vía automovilistas y ciclistas-. Pero se fue al otro extremo del velocímetro, con una total falta de respeto hacia al otro y con un exceso de soberbia absoluto.

Las autoridades municipales deben tomar cartas en el asunto en forma urgente e iniciar una campaña de concientización con la instalación de cartelería, reductores de velocidad eficientes en las zonas críticas y reglamentación de velocidad máxima permitida, multas incluidas.

Y los automovilistas veloces, por favor, tomen conciencia de una buena vez que viven en comunidad, con las normas de convivencia que ello significa.

Si bajan la velocidad con que circulan por las atiborradas calles de nuestro pueblo, el beneficio será para todos: ganaríamos un lugar y una vida más apacible. De paso disfrutarían más de nuestro bello entorno.