La vecina y cantante de tango comparte su poesía alusiva al género musical que tanto ama.
Milonga
Ese deseo que te viste de rojo
y aros con brillos y tacones altos.
Crujen las tablas,
quejumbroso el bandoneón lo acompaña.
Estallan las luces y las sombras
empujándolo a tus entrañas.
Y se queda muy quedo
disfrutando rincones oscuros.
Sigilosamente salta de nuevo al escenario
recorriendo tus brazos adornados de plumas,
alcanzando tu cuello,
deslizándose por tu pecho que vibra en un do.
Ávido te reclama urgencia de sentidos
y tus caderas la otorgan al compás de la milonga,
que invita, que sugiere, que resbala por tus muslos
llegando enardecido hasta tus pies.
Exhausto al fin de tamaño placer,
suavemente te abandona,
buscando entre los pliegues de tus sedas
un lugar donde quedarse,
interludio palpitante para volver a encontrarse.
Marga Freire