Categoría | Cultura

Los Muros Mueren de Pie: en busca de tesoros perdidos

Cinco amigos crearon este colectivo dispuesto a rescatar del olvido lugares marcados por la indiferencia y el paso del tiempo. Las historias alcanzadas y la fotografía confluyen en un blog que relata experiencias de alto valor patrimonial.

“Fieles a esa locura de querer descubrir los enigmas que se llevaron los años, Los Muros Mueren de Pie es una iniciativa que busca retratar esos sitios donde transcurrió la vida de muchas personas y que por diversos motivos hoy están abandonados, olvidados, sin ese ajetreo constante de pasos, sonrisas, sudor, charlas… vida”. Así traducen los integrantes de este colectivo el espíritu que los lleva a reconstruir historias por destinos empolvados de Mendoza. Ahí donde el abandono es latente, cinco jóvenes de la provincia indagan en el relato de lo que alguna vez fue y que con el fluir de los años se volvió patrimonio.

“En economía -escriben-, un principio básico es saber que las cosas toman mayor valor cuando son escasas. Si trasladamos ese principio al patrimonio arquitectónico mendocino, descubriremos sin mucho esfuerzo que es escaso y por lo tanto, que su valor es incalculable. Esa escasez se debe principal, aunque no únicamente, a que nuestra provincia se encuentra en una zona sísmica. Entonces cobra valor rescatar de algún modo esos lugares que sobrevivieron a estos episodios para que no queden en el olvido condenados a desaparecer del mapa, de nuestra memoria y de la de generaciones futuras”.

Oscar Rodríguez, Elisa Vergani, German Ortiz, Marcela Porro y Javier Bertinatto, el equipo completo de Los Muros Mueren de Pie


En el sitio losmurosmuerendepie.blogspot.com.ar, el lector encontrará los descubrimientos de este proyecto surgido entre amigos, amantes de los lugares olvidados, la fotografía y las historias pequeñas. Conocer lo propio y el pasado que nos identifica es sin dudas el gran motor de quienes conforman Los Muros Mueren de Pie, que luego de encontrar el lugar “mágico”, al que llegan muchas veces por casualidad, viajan para fotografiarlo e investigar sobre lo que alguna vez fue a través de entrevistas o lecturas bibliográficas que recorren a pura adrenalina y disfrute.

“El fin último es contribuir para que las personas noten las edificaciones; las valoren y vuelvan parte de la comunidad. Por eso compartimos la historia y fotografías del lugar: para que comenten, participen, añoren y resignifiquen ese escenario para muchos peligroso, que le da un valor significativo a la comunidad”, dicen los jóvenes integrantes de esta iniciativa sin fines de lucro, que apunta a generar conciencia sobre el valor de nuestro patrimonio arquitectónico. En un futuro próximo, les gustaría contar con el apoyo del Ministerio de Cultura de la provincia, resolver el ingreso a lugares de difícil acceso, obtener materiales e insumos y lograr mayor difusión en sitios de interés cultural y turístico.

Un pueblo abandonado en Minas de Salagasta, un viejo taller de maquinarias en algún rincón de Las Heras, la antigua Bodega Aguinaga en La Paz o un viejo almacén de ramos generales en La Dormida, son algunos de los tesoros rescatados hasta el momento, que por preservarlos de posibles daños, prefieren ocultar su ubicación geográfica.

Si bien en Chacras de Coria aún no han desarrollado ningún trabajo, en Luján la aventura los llevó a la Capilla de Nuestra Señora de Monte Carmelo, en Agrelo, y a Los Cubos, una vieja estructura en la zona industrial del departamento. Próximamente nos llevarán a conocer un viejo molino, la antigua estación de trenes y la hidroeléctrica de Blanco Encalada.

Capilla de Nuestra Señora de Monte Carmelo


(…) “El místico sitio donde miles de fieles alguna vez rezaron un Padre Nuestro, pidieron perdón por sus pecados, recibieron el bautismo o se unieron en sagrado matrimonio, hoy parece olvidado no sólo por ellos, sino también por los organismos arzobispales, municipales y provinciales. Cuesta comprender cómo un sitio tan significativo para la comunidad católica, como lo fuera en el pasado la Capilla de Nuestra Señora de Monte Carmelo, pueda pasar al olvido de tal manera…

Era una costumbre para los antiguos terratenientes que profesaban alguna religión, construir una capilla dentro de su propiedad rural. No fue un caso más el de Don Francisco Suárez en la década de 1890, quien erigió un templo para venerar a quien conocemos hoy como Virgen del Carmen. La historia de esta Virgen está íntimamente ligada a la nuestra, ya que su devoción fue introducida por los misioneros desde el momento de la conquista, es la patrona del Ejército de los Andes que nos liberó, y además con la inmigración de españoles -que tantas veces hemos mencionado- volvió a hacerse presente, ya que en su país está presente en múltiples santuarios.

Antiguamente se sepultaba dentro de las iglesias a las personas notables, y una antigua lápida de mármol atestigua que por aquellos años esta edificación sirvió además como enterratorio para los restos de Don Francisco (los que hoy descansan en otro sitio).

Se sabe que tiempo después, en el año 1939 su viuda, Mercedes Molina, decidió donar la edificación al Arzobispado de la Provincia para que fuese de uso público. Y así sucedió, hasta que en 1980 se construyera otra, una nueva iglesia más cercana al núcleo de Agrelo, condenando al viejo edificio a un lento e inevitable recorrido hacia el olvido… Actualmente sus paredes están muy frágiles y sus coloridos techos rasgados, maltratados duramente por el inminente paso de los años, el abandono y el vandalismo, sólo una pesada y quebradiza cruz en lo más alto del frente del templo les recuerda persignarse a vecinos y transeúntes”. (…)

Los Cubos, en algún lugar de Luján de Cuyo


Uno de sus últimos descubrimientos fue esta misteriosa estructura de cemento abandonada en algún lugar de Luján de Cuyo, “de la que muy poco se conoce y a la que muchos llaman Los Cubos, en clara alusión a sus formas”, escriben en el blog.

“Seguramente estuvo destinada a ser una fábrica, pero por algún problema (que puede ser edilicio, de cálculos, de inversión, de cambio de intereses o cuantas posibilidades se nos ocurran), su construcción quedó inconclusa, sólo en los cimientos que hoy muchos usan para sesiones fotográficas o batallas de paintball. Nosotros hicimos unas fotos mientras contemplábamos con amargura un humo espeso saliente de otras chimeneas, polución de fábricas que sí llegaron a funcionar…

Nos quedaremos con ganas de conocer un poco más sobre este escenario, ya que nos fue imposible obtener más datos.

Pero algo quedó grabado en nuestros ojos, y es que aunque esos muros no llegaron a ver su forma definitiva, igual hoy ya tienen historia y mucha vida pasada entre ellos, ganando un lugar entre nuestros muros de pie”.

2 Comentar este artculo

  1. rodolfo Dijo:

    muy buena la nota, me gustaria contactarme con el grupo para colaborar , gracias rodolfo

  2. Adriana Sayavedra Dijo:

    En la nota figura el blog de los chicos.

Deje su comentario